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La exesposa del fiscal Alberto Nisman pide entre lágrimas la destitución del juez

Arroyo Salgado apunta contra el magistrado que desestimó la denuncia del fiscal fallecido contra Cristina Fernández en la causa AMIA

La exmujer de Alberto Nisman pide entre lágrimas la destitución del juez que archivó una investigación de su exmarido en la causa AMIA.
Federico Rivas Molina

A 20 meses de la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman, su viuda, la juez federal Sandra Arroyo Salgado, ha pedido la destitución de Daniel Rafecas porque "no fue un juez que haya actuado en forma independiente del por político anterior", el kirchnerismo. Lo hizo con lágrimas en los ojos durante una entrevista, un día después de que un centenar de personalidades políticas y culturales pidiesen en una carta abierta en la prensa que Rafecas deje su puesto por “manifiesta inconducta en el ejercicio de la magistratura”. El juez Rafecas no tuvo a su cargo la investigación por la muerte de Nisman, pero sí archivó una denuncia del fiscal contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2005). En un largo escrito, Nisman había acusado a la expresidenta de “decidir, negociar y organizar la impunidad de los prófugos iraníes con el propósito de fabricar la inocencia de Irán” en el atentado terrorista contra la mutual judía de la AMIA, ocurrido en Buenos Aires el 18 de julio de 1994 con un saldo de 92 muertos. El cuerpo de Nisman apareció en su casa con un tiro en la cabeza un día antes de que explicara ante una comisión del Congreso porque había decidido apuntar contra Fernández de Kirchner.

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Para Arroyo Salgado, el juez Rafecas “fue el magistrado que más esfuerzo hizo para enterrar junto con Nisman su denuncia". “Desestimó en tiempo récord” las investigaciones en la causa AMIA, causa que Nisman tenía a su cargo, porque a cambio obtuvo “un reconocimiento al mérito”, denunció. “El 7 de mayo del año 2015, el Consejo de la Magistratura (el organismo que juzga el trabajo de los jueces), por decisión unánime, cierra todos los pedidos de juicio político que tenían el Rafecas, pero no porque se sustanciaron y se llegó a la conclusión de que no había elementos de prueba (…) sino porque ya se habían cumplido los 3 años que es el máximo el Consejo de la Magistratura tiene para dar tratamiento", dijo Arroyo Salgado.

La solicitada pública contra Rafecas tuvo como respuesta con otra similar que llevó la firma de representantes de organizaciones de Derechos Humanos como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, jueces, políticos y referentes sociales de izquierda. El texto denunció que hay en marcha “una persecución contra un juez independiente a través de esta inusitada práctica (la carta abierta) cuya intención, a no dudar, es disciplinar a todos los operadores judiciales, que de tolerarse afectará gravemente a Estado de Derecho”.

La muerte de Nisman provocó un terremoto político en el tramo final del mandato de Cristina Fernández y puso en evidencia oscuros manejos de los servicios de Inteligencia en la causa por el atentado contra la AMIA. Los investigadores defendieron la hipótesis del suicidio, pero la familia del fiscal pidió desde un principio que se investigue un asesinato. Pese a la repercusión política del caso, la causa Nisman no tiene hoy ni jueces ni fiscales a cargo. “Estamos aún peor que eso, porque desde el mes de diciembre la Justicia no se pone de acuerdo sobre qué juez y qué fiscal debe llevar esta investigación. Este lunes llegamos a la Corte Suprema, que deberá atender, y ellos deberán considerar nuestros argumentos", dijo Arroyo Salgado.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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