Polonia y Ucrania se enzarzan por una matanza de la Segunda Guerra Mundial
Varsovia acusó de genocidio al país vecino en una resolución que ahora Kiev condena

Polonia y Ucrania se han enredado este verano en una polémica diplomática por un episodio ocurrido en tierras fronterizas bajo la ocupación nazi, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. El Parlamento ucranio condenó este jueves la acusación de genocidio que le había dedicado el país vecino por la matanza de Volinia, una masacre en la que nacionalistas ucranios mataron entre 1943 y 1945 a 100.000 polacos, según Varsovia; entre 8.000 y 30.000, según Kiev. En una declaración institucional la Cámara alta ha acusado al país vecino, gobernado por el partido ultraconservador y nacionalista Ley y Justicia, de Jaroslaw Kaczynski, de "politizar las trágicas páginas de la historia ucranio-polaca", en referencia a la resolución aprobada por el Parlamento polaco el pasado julio. Un grupo de intelectuales y parlamentarios ucranios reclama que, en respuesta, se apruebe una resolución análoga que eleve a la categoría de genocidio varios crímenes históricos cometidos contra compatriotas por parte de Polonia, según el diario Observer.
La noche del 11 de julio de 1943, los nacionalistas del Ejército Insurgente Ucraniano atacaron por sorpresa decenas de pueblos polacos de la región de Volinia —entonces en la Polonia ocupada por los nazis, hoy parte de Ucrania—. Esta guerrilla, que buscaba la independencia del país, mató a miles en los siguientes dos años, a todos los que no fueran étnicamente ucranios, según la resolución del Parlamento polaco. Estaba liderada por Stepan Bandera, hoy considerado uno de los padres fundadores de la Ucrania independiente. De hecho, uno de las principales arterias de Kiev, la Avenida de Moscú, fue renombrada en julio como la Avenida de Stepan Bandera, según la agencia de noticias rusa TASS.
La polémica comenzó cuando el Parlamento polaco aprobó el pasado 22 de julio una resolución llamada "En memoria de las víctimas del genocidio cometido por los nacionalistas ucranios entre 1943 y 1945", que declaraba el 11 de julio como día nacional en recuerdo de los asesinados. El movimiento, declarado como "anti-ucranio" en Kiev, tuvo respuesta a primeros de agosto. Un diputado ucranio presentó un proyecto de resolución que contemplaba "el genocidio cometido por el Estado polaco contra los ucranianos entre 1919 y 1951", con su correspondiente día de recuerdo por las víctimas.
Un grupo de 90 parlamentarios e intelectuales ucranios, encabezados por el primer presidente del país, Leonid Kravchuk, fue más allá el 25 de agosto. Presentaron a la Rada Suprema —el Parlamento ucranio— un escrito en el que solicitaban que se establecieran no uno, sino tres días en recuerdo de las víctimas ucranias a manos de los polacos. Como recoge el diario Observer, el escrito se refiere a la represión y deportación masiva de ucranios de la región de Galicia —que ocupa la frontera entre ambos países— por parte de la II República de Polonia en 1930, así como a las matanzas de civiles a cargo de guerrilleros polacos en 1942, durante la ocupación nazi. También hace mención a la llamada Operación Vístula, por la que las autoridades comunistas polacas deportaron en 1947 a unas 200.000 personas, la mayoría de origen ucranio, del sureste del país. El objetivo era suprimir la presencia del Ejército Insurgente Ucraniano en la región.
La declaración aprobada ahora por la Rada Suprema llama la atención a la sociedad polaca sobre que sus "acciones anti-ucranias" tienen lugar "en el momento de mayor sensibilidad del Estado de Ucrania, que sufre las acciones agresivas de la Federación Rusa". También alude, sin embargo, a un espíritu de reconciliación, y afirma que Polonia y Ucrania "han tenido significativos ejemplos de lucha conjunta por la libertad, así como otros de confrontaciones sangrientas". Recuerda que ambos países han hecho en las últimas décadas grandes esfuerzos por perdonar y para conmemorar a "los ucranios y polacos inocentes asesinados durante el conflicto de los años 40". "Todas las víctimas en los territorios de ambos países deben ser homenajeadas al mismo nivel". La región fronteriza entre ambos países fue escenario de matanzas por parte de milicias de uno y otro lado en tiempos de la ocupación nazi, durante la II Guerra Mundial.
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