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La popularidad de Merkel se desploma tras los ataques terroristas

La aprobación a la canciller baja 12 puntos en un mes y se sitúa en el 47%

Merkel durante el homenaje a las víctimas del tiroteo en Múnich.
Merkel durante el homenaje a las víctimas del tiroteo en Múnich.Johannes Simon (Getty Images)

Casi un año después de abrir las fronteras de su país a cientos de miles de refugiados, la canciller Angela Merkel comienza a pagar un elevado precio por su generosa política de asilo. Según una encuesta del barómetro mensual Deutschlandtrend, que realiza la cadena de televisión pública ARD, solo un 47% de sus compatriotas se declara satisfecho con el trabajo que realiza la mujer más poderosa del mundo, una caída de 12 puntos con respecto al mes anterior.

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El barómetro también revela que sólo un 34% de los alemanes -ocho puntos menos-, aún sigue defendiendo la política de asilo impulsada por Merkel desde el verano pasado, el porcentaje más bajo desde que el barómetro formuló esta pregunta en octubre de 2015.

La caída en picado de la popularidad de la canciller y la certeza de que un 64% de los alemanes afirma que se siente insatisfecho con la política de refugiados de la canciller, benefició en cambio al líder conservador de Baviera, Horst Seehofer, el político más crítico de Merkel. La cota de popularidad del jefe del gobierno regional de Baviera subió 11 puntos, hasta el 44%.

La enorme pérdida de popularidad de Merkel alimentó, en los pasillos políticos de Berlín, la posibilidad de que la canciller renuncie a presentar nuevamente su candidatura al cargo en las elecciones federales que deben realizarse en septiembre del próximo año. Varios medios alemanes, incluido el influyente Frankfurter Allgemeine Zeitung, jugaron este viernes con la posibilidad de que Seehofer, retire el apoyo de su partido a Merkel y presente su propia candidatura.

El lunes pasado, el líder bávaro había dejado saber a través de fuentes internas de su partido, que se sentía “indignado” por la determinación de Merkel de no apartarse de su línea con respecto a la acogida de refugiados y que la CSU se encontraba inmersa en una discusión para determinar si apoya en las elecciones federales a su partido hermano, la CDU, que dirige Merkel.

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La publicación del barómetro mensual de la ARD fue comentada casi de inmediato por el secretario general de la CSU, Andreas Scheuer, quien señaló que Seehofer y su partido habían recibido un fuerte viento a favor gracias a su política crítica. “La CSU es el único partido que no ha tenido que corregir el curso de su política de asilo y que sigue defendiendo tres principios fundamentales, humanitarismo, integración y límite”.

En las filas del Partido Socialdemócrata (SPD), el resultado de la encuesta ha hecho creer a su cúpula que la pérdida de popularidad de Merkel también reflejaba el caos que reina en las filas de los dos partidos democristianos, la CSU y la CDU. “La drástica pérdida de popularidad de la canciller es un indicio claro de que ha comenzado el descenso político de Angela Merkel”, señaló Ralf Stegner, vicepresidente del partido. “La meta del SPD para 2027 es la disolución del gobierno de gran coalición y de la canciller a través de una mayoría política diferente”.

Pero la espectacular pérdida de popularidad de Merkel se debe no al caos que reina en las filas de la democracia cristiana germana, sino a un hecho real que estremeció al país en el mes de julio. Los dos primeros atentados reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico en territorio alemán, ambos perpetrados por peticionarios de asilo en Baviera.

Seehofer y también los líderes del partido Alternativa para Alemania (AfD) culparon a Merkel de ser la responsable indirecta de los ataques terroristas que dejaron un saldo de 13 muertos y decenas de heridos en cuatro ciudades alemanas, pero la canciller tuvo el coraje de defender su política de asilo en el marco de una concurrida rueda de prensa realizada en Berlin.

“Lo lograremos”, insistió la canciller al repetir la famosa frase con la cual defendió su decisión de abrir las fronteras en el verano pasado. “Seguimos manteniendo y defendiendo nuestros principios. La dignidad del hombre es intangible y las personas que son perseguidas recibirán asilo y los refugiados serán protegidos como establece la convención de Ginebra”, afirmó.

El resultado del barómetro dejó al desnudo que los alemanes piensa diferente, pero también miembros destacados del partido de la canciller, como el diputado Wolfgang Bosbach. “Más y más personas se muestran preocupadas sobre si realmente existe la posibilidad, frente al gran desafío de la inmigración, de tener éxito”, dijo el político al periódico Bild.

Su colega de la CSU, Peter Ramsauer fue más directo y exigió a la canciller, desde las páginas del mismo periódico, que cambie su política de asilo. “Muchas personas califican como una provocación el hecho de que la canciller siga diciendo que lo lograremos”, dijo el político bávaro.

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