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China y EEUU abren su diálogo anual a la sombra de las tensiones marítimas

El secretario del Tesoro, Jack Lew, también advierte contra la sobrecapacidad del acero chino

Macarena Vidal Liy
Varios chinos sacan fotos a Lew mientras hacía turismo en la Ciudad Prohibida.
Varios chinos sacan fotos a Lew mientras hacía turismo en la Ciudad Prohibida.EFE

Las relaciones entre Pekín y Washington son siempre, como poco, complicadas. Este año, las crecientes tensiones en el mar del sur de China y las disputas sobre las exportaciones de acero chino las han enrarecido aún más. Una circunstancia que domina los dos días de sesiones del diálogo bilateral que celebran anualmente las dos potencias, pese a los rutinarios llamamientos a aumentar la confianza mutua con los que se ha inaugurado la ronda de conversaciones, que este año se desarrolla en Pekín.

El Diálogo Estratégico y Económico es el foro anual más importante de contacto entre los dos países, en el que los equipos de política exterior y economía de ambos gobiernos se reúnen para tratar de fijar las metas de su relación bilateral, establecer puntos de acuerdo y gestionar sus diferencias, aunque en sus ocho años de existencia sus progresos han sido modestos.

“China y Estados Unidos necesitan aumentar su confianza mutua”, afirmó el presidente chino, Xi JInping, en la ceremonia de inauguración del foro. “No hay ninguna razón para asustarse de que tengamos diferencias, la clave es no adoptar una actitud de enfrentamiento” sino una posición “pragmática y constructiva”.

Por su parte, el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, insistió en la necesidad de una “solución diplomática” a las tensiones marítimas.

El lenguaje diplomático pasaba por encima de un intercambio mucho más áspero este fin de semana entre representantes de Defensa de los dos países en el Diálogo Shangri-La de Singapur, el principal foro anual de seguridad en Asia-Pacífico.

Pekín se atribuye la soberanía de casi la totalidad del mar del Sur de China, una zona por donde cada año pasan cerca de 5 billones de euros en intercambios comerciales. Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunéi también reclaman parte de esas aguas. China ha defendido su posición de manera cada vez más tajante y en los últimos dos años ha acelerado la construcción de islas artificiales en el área.

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Manila, por su parte, ha llevado la disputa al Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya, que se espera que emita su sentencia en las próximas semanas. Los analistas opinan que la opinión de la Corte será favorable a Filipinas. Pekín ya ha anunciado que no reconoce la competencia del tribunal en este caso y no acatará su dictamen.

Aunque Washington se declara neutral en las disputas territoriales, insiste en la necesidad de defender la libertad de tránsito por esas aguas y ha llevado a cabo varias patrullas en áreas que China se atribuye, algo que ha suscitado las enérgicas protestas de Pekín.

Este fin de semana, el propio Kerry advertía contra la posibilidad de que China pueda declarar una zona de identificación de defensa aérea sobre las islas en disputa, como ya ha hecho en el mar del Este de China sobre las islas Diaoyu/Senkaku, que reclaman tanto Pekín como Tokio. La declaración de la zona requeriría que los vuelos comerciales que atravesaran ese espacio aéreo se identificasen ante las autoridades militares chinas antes de sobrevolarlo.

El secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, ha acusado a China de estar “construyendo una Gran Muralla de autoaislamiento” con su política en esas aguas. Por su parte, el almirante Sun Jianguo, el jefe de la delegación china en el foro de defensa en Singapur, replicó que “algunos países mantienen una mentalidad y unos prejuicios propios de la guerra fría… pueden construir un muro en su mente y acabar aislándose ellos mismos”.

Además de las tensiones en el mar del Sur de China, ambos países abordan en las sesiones de su dialogo bilateral asuntos como el programa nuclear norcoreano, la ciberseguridad o el cambio climático, esta última quizá el área donde ambos países han logrado mayores avances en su colaboración.

Antes de comenzar las reuniones, el secretario del Tesoro de EE UU, Jack Lew, advirtió a China contra su exceso de capacidad de producción de acero. Washington y la Unión Europea culpan a China de inundar los mercados mundiales con su acero excesivamente barato, lo que ha agudizado la crisis en ese sector en el resto del mundo.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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