Rosario y la ruta de la droga
La ciudad argentina se ha convertido en centro del tráfico de estupefacientes y los homicidios se han duplicado
Ajustes de cuentas entre bandas de narcotraficantes, sicarios, jefes policiales involucrados en incidentes, un periodista amenazado por publicar los nombres de los narcos... Todo eso ha ocurrido en los últimos cuatro años en Rosario, la tercera ciudad de Argentina. Entre 2010 y 2014, Rosario duplicó su tasa de homicidios, de 10 por cada 100.000 habitantes, similar a la de los peores municipios de la provincia de Buenos Aires, hasta 20,8. El índice en México es de 23,7.
Los datos de homicidios de toda Argentina datan de 2010 y arrojan una tasa de 5,5, el tercer nivel más bajo de Latinoamérica. Pero en los últimos años puede haber empeorado por las peleas sin cuartel que se han desatado no solo en Rosario. En las últimas semanas el secretario de Seguridad de Argentina, Sergio Berni, se reunió con el alcalde de Buenos Aires y candidato presidencial, el conservador Mauricio Macri, tras varios tiroteos entre bandas y atentados de sicarios en la capital argentina.
Todo ello ha llevado al papa Francisco a hablar de “mexicanización” de la violencia. La corresponsal mexicana de la agencia Notimex en Argentina, Cecilia González, autora de los libros Narcosur y Todo lo que necesitás saber sobre narcotráfico, critica la comparación: “Para que Argentina se convierta en México tendría que convivir con una frontera de miles de kilómetros con Estados Unidos, el país que más consume y que provee de armas a los carteles. La situación argentina es grave, pero el narco ha crecido en todo el mundo”.
El Papa aludió a México para responder un correo en el que el concejal Gustavo Vera le anticipaba que denunciaría a funcionarios del Gobierno de Cristina Fernández y de la justicia federal por falta de investigación de denuncias sobre la producción de drogas en Buenos Aires. En su mensaje, Vera recordaba que la ONU ha afirmado que Argentina es el tercer país de origen de cargamentos incautados de cocaína en el mundo, después de Brasil y Colombia. También advertía de que su país es el de mayor consumo de esta droga en Latinoamérica y que sus estudiantes secundarios son los que más usan las drogas sintéticas en esta región. Además, le señalaba que solo dos personas han sido condenadas en Argentina por lavado de dinero y que cinco exfuncionarios, incluido un exsecretario de Lucha contra el Narcotráfico del Gobierno kirchnerista, José Granero, están procesados por tráfico de efedrina.
Entre 2003 y 2011, la cantidad de presos por violaciones de la ley de estupefacientes se incrementó de 3.500 a 6.800
Entre 2002 y 2009 se multiplicó por más de siete las toneladas de droga incautada en territorio argentino. Entre 2003 y 2011, la cantidad de presos por violaciones de la ley de estupefacientes se incrementó de 3.500 a 6.800. El secretario de Seguridad argentino dijo que en 2013 detuvieron a 4.000 personas por presunto narcotráfico. Los expertos cuentan que la ruta de la droga parte desde Colombia y Perú, hace escala en Bolivia y acaba en Argentina, donde no se produce pero se refina cocaína, donde se consume y se exporta a Europa. Rosario se ha convertido en el centro del tráfico por sus puertos, su expansión inmobiliaria que facilita el lavado de dinero y sus barriadas pobres en las que los narcos hallan sicarios y consumidores, según el periodista Gustavo Sierra, autor del libro Sinaloa-Medellín-Rosario.
Santa Fe, además, alcanzó en 2014 una tasa de homicidios de 30 por cada 100.000 habitantes. Mendoza está en 14,3 y el sur de la ciudad de Buenos Aires, en 13,1.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.