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Policías argelinos protestan en la calle en un gesto inédito

Centenares de agentes denuncian en Argel sus malas condiciones laborales

Cientos de policias argelinos uniformados se manifiestan.Foto: reuters_live
Javier Casqueiro

No se recuerda una imagen así en la historia reciente de Argelia. Varios centenares de policías argelinos (entre 400 y 1.000) emprendieron en la tarde de este martes una marcha por el centro de la capital, Argel, para protestar contra sus jefes y para denunciar sus penosas condiciones de trabajo, especialmente cuando se tienen que enfrentar a fenómenos muy violentos como sucede periódicamente en la región de Gardaia.

Los policías se manifestaron de manera inesperada en cuatro columnas desde distintos puntos de las afueras de Argel y tras recorrer unos 15 kilómetros llegaron sobre las cinco de la tarde al Palacio de Gobierno. Allí exigieron una cita con el primer ministro, y con el ministro del Interior, Tayeb Bebaiz, que no se la concedió porque había decidido viajar casualmente a Gardaia. Sí lograron un encuentro con el responsable máximo de la Seguridad del Estado, Abdelghani Hamel. En Argelia las manifestaciones están prohibidas y las improvisadas son duramente reprimidas. En este caso no se produjo ningún incidente.

El último detonante de esta inaudita imagen en Argelia de policías expresando su cólera a gritos por las calles se produjo el pasado fin de semana en la localidad de Beniane, a unos 40 kilómetros al norte de Gardaia, una región conflictiva que reclama históricamente más autonomía y en la que se registran incidentes esporádicos.

La disputa en Beniane sobre una vivienda desató la ira de varios grupos de jóvenes, que empezaron a lanzar piedras y cócteles molotov contra la residencia del gobernador local. La policía se empleó a fondo para frenar los brotes de vandalismo. Se quemaron contenedores y una decena de locales comerciales. Los policías denunciaron luego sus medios precarios y expusieron como evidencia que un agente había muerto y varios más habían resultado gravemente heridos. La Dirección General de Seguridad del Estado negó el fallecimiento de algún agente, pero sí aceptó que varios habían sido hospitalizados y de hecho el máximo responsable visitó rápido la zona para intentar apaciguar los ánimos.

Este pasado lunes ya se improvisó en Gardaia una primera manifestación de policías que sumó más de 1.500 agentes procedentes de 28 regiones del país. Las exigencias eran claras. Protestaron porque consideran que no tienen las condiciones adecuadas para hacer bien su trabajo. Esta tarde del martes los agentes se plantaron definitivamente en la capital. Llegaron sobre las tres y marcharon coreando sus quejas y el himno nacional hasta la sede del Palacio del Gobierno. Allí el gobernador local, el walli, se ofreció para tener un encuentro con ellos y así frenar algo la insólita reivindicación. Los concentrados le ignoraron. En la cita que al final sí tuvieron con su jefe le exigieron la creación de un sindicato que les represente, además de las mejoras laborales.

Los partidos de la oposición reaccionaron rápido para denunciar que esta histórica exhibición es un exponente claro del vacío de poder que se constata en Argelia con un presidente anciano, Abdelaziz Buteflika, enfermo y de 77 años, que apenas ha aparecido públicamente tres veces desde que ganó en abril sus cuartas elecciones consecutivas.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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