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La ex ‘número dos’ de Betancourt deja la Comisión de la Paz

Clara Rojas, que duró seis años en poder de la guerrilla, responde así a los cuestionamientos sobre su condición de víctima

Clara Rojas, en 2008.
Clara Rojas, en 2008.

La representante a la Cámara por Bogotá, Clara Rojas, quien la guerrilla de las FARC secuestró por seis años, renunció a la Comisión de Paz del Congreso por considerar que no tiene las garantías suficientes para reivindicar su condición de víctima. Su decisión ocurre luego de que una guerrillera escribiera en un blog del grupo subversivo, en el que niega la condición de Rojas como víctima del conflicto y cuestiona la forma en la que padeció su prolongado cautiverio, en el que quedó embarazada y tuvo a su hijo Emmanuel en precarias condiciones.

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El escrito hace un recuento del secuestro de Rojas —que ocurrió en 2002 junto a la excandidata a la presidencia Ingrid Betancourt— y afirma que la hoy parlamentaria decidió acompañarla voluntariamente en su cautiverio. “Tanto insistió que terminó quedándose”, dice el escrito que ha sido duramente rechazado por la opinión pública. Para la guerrillera, las dos gozaban de algunas libertades como no estar atadas “por su condición de mujeres y su extracción social”. Hasta menciona detalles de su embarazo y justifica que la hayan separado de su hijo, el cual fue entregado a unos campesinos, por circunstancias de la “naturaleza de la confrontación”.

En una carta enviada por Rojas al presidente del Congreso, explica que las consecuencias de ese escrito “derivan en implicaciones personales que afectan a mi familia y a mi condición personal” y, por lo tanto, toma la decisión de renunciar. En días pasados, la publicación fue cuestionada duramente por el jefe del equipo negociador del gobierno de Juan Manuel Santos, Humberto de la Calle, quien calificó las acusaciones de “denigrantes” e “inexplicables” justo cuando en los diálogos de paz con esa guerrilla se está discutiendo cómo resarcir a más de seis millones de víctimas que ha dejado la guerra. “Es una muestra de desprecio a una víctima que sufrió durante varios años el secuestro a manos de las FARC”, dijo el portavoz del Gobierno.

Ningún integrante de la delegación de paz de las FARC se ha manifestado en contra de reconocer o recibir a las víctimas del conflicto

La guerrilla no tardó en responder y a través de uno de sus portavoces en Cuba, Jesús Santrich, intentó rebajar el tono a las declaraciones de su militante y aseguró que esta era una posición personal de una combatiente que no necesariamente correspondía a la del equipo negociador. “Es una libre narración”, dijo el líder guerrillero. “Ningún integrante de la delegación de paz de las FARC se ha manifestado en contra de reconocer o recibir a las víctimas del conflicto”, agregó. Sin embargo, nadie entiende entonces que lo hayan colgado en su blog. “Que haya sido publicado en el sitio oficial de las FARC quiere decir que cuenta con el aval de los jefes. Que la insensibilidad es colectiva o, por lo menos, mayoritaria”, escribió la periodista Marta Ruiz en su columna de la revista Semana que tituló "Baja condición humana".

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Todo esto sucede en momentos en que el Gobierno y las FARC avanzan en las negociaciones sobre uno de los puntos más críticos de la agenda para la finalización del conflicto armado interno de Colombia, y que centra en los derechos de las víctimas. Precisamente, lo ocurrido con Clara Rojas contradice la petición de perdón que hizo hace unas semanas el jefe negociador de esa guerrilla, Iván Márquez, a una de las víctimas que viajó a Cuba para verse cara a cara con sus victimarios.

Para Rojas, que desde el primer momento afirmó a los medios locales que le sorprendían las declaraciones de las FARC, ya que ella “había pasado la página del secuestro”, ahora ha dicho en una entrevista con el diario El Tiempo que aunque lo ocurrido parece mostrar que hay “teléfonos rotos” al interior de la guerrilla, eso no quita que se desdibuje “la integridad de una mujer y una familia" que padecieron el drama del secuestro, quizás el delito que más repudian los colombianos. Con este precedente llegarán a Cuba este miércoles, un grupo de 12 víctimas, el segundo de cinco, que como ya ocurrió hace dos semanas, se reunirán con los negociadores para hablar de su dolor y de cómo esperan ser resarcidos.

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