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Varios linchamientos en una semana desatan la alarma en Argentina

Francisco Peregil
La presidenta argentina, Cristina Fernández, durante un discurso en la Casa Rosada, Buenos Aires (Argentina).
La presidenta argentina, Cristina Fernández, durante un discurso en la Casa Rosada, Buenos Aires (Argentina).Maximiliano Luna (EFE)

Hay actos brutales en los que una sociedad queda retratada. Y si la sociedad posee un mínimo de conciencia crítica puede quedar sobrecogida ante el horror de la foto. En Argentina se han registrado en los últimos nueve días siete linchamientos contra delincuentes. En el primero de ellos, que se produjo en la ciudad de Rosario, donde se registra las tasas más altas de homicidio en Argentina, a causa del narcotráfico. Allí fue donde un grupo de vecinos agarró a a David Moreyra, de 18 años, cuando acaba de quitarle el bolso a una mujer, lo lincharon, lo dejaron tendido en el suelo con una visible “pérdida de masa encefálica” y al cabo de cuatro días murió en el hospital. La madre de la víctima, Lorena Torres, dijo que quienes lincharon a su hijo “lo deberían haber llevado a una comisaría”. Después de ese asesinato se han producido más casos de revancha colectiva en varios puntos del país.

Los dirigentes políticos han salido al paso de esos actos de salvajismo, pero arrimando el ascua a su sardina. Es decir, el Gobierno acusa de forma indirecta a la oposición y la oposición carga contra el Gobierno. La presidenta Cristina Fernández pronunció el lunes un discurso por cadena nacional -retransmitido de forma obligatoria en todos los canales de radio y televisión- en el que no pronunció la palabra linchamiento -como no suele pronunciar la palabra inflación, aunque sea la segunda más alta de América- pero aludió varias veces a ellos y apeló a luchar contra los sentimientos de venganza. “Necesitamos miradas y voces que traigan tranquilidad, no voces que traigan deseos de venganza, deseos de enfrentamiento, deseos de odio. Eso es malo (…) Todo lo que sea generar violencia, siempre, siempre engendra más violencia, se espiraliza la violencia”.

Por su parte, el dirigente opositor del Frente Renovador, Sergio Massa, resaltó que los linchamientos “aparecen porque hay un Estado ausente”. “Hay que condenar la decisión de que se tome justicia por mano propia. Para dejarlo claro y que no haya malos entendidos, cualquier persona que acepta que vive en una sociedad debe vivir con reglas y condenar la decisión de tomar justicia por mano propia”, añadió. El ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan Lewis, le respondió a Massa diciendo que hablar “ausencia del Estado” es un grave error de interpretación ya que se trató “lisa y llanamente de un homicidio”.

En su discurso del lunes la presidenta aludió a la Noche de los Cristales Rotos, los atentados contra judíos que se produjeron del 9 al 10 de noviembre de 1938 en Alemania y Austria. “Miren, sin comparar, porque no tiene punto de comparación con lo que pasó, pero siempre la historia enseña cosas terribles. (…) Y me vino a la memoria la Noche de los Cristales. (…) Dejemos de lado todas las voces que convoquen a Noches de los Cristales. Nosotros no queremos ninguna Noche de los Cristales en la República Argentina”.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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