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REFERÉNDUM DE INDEPENDENCIA

Las grandes empresas votan no a la independencia de Escocia

Banca, aseguradoras y el sector del petróleo alertan de problemas si se divide Reino Unido

Un hombre se fotografía frente a un cartel que da la bienvenida a Escocia.
Un hombre se fotografía frente a un cartel que da la bienvenida a Escocia.j. j. m. (getty)

Finanzas y petróleo son dos de los principales sectores económicos de Escocia y, si sus empresas votaran en el referéndum del próximo 18 de septiembre, escogerían la papeleta del no a la independencia. Naturalmente, no lo han dicho de forma tan diáfana y aseguran que la decisión está en manos de los escoceses, pero compañías del peso de los bancos Royal Bank of Scotland (RBS), Lloyds y Barclays y la petrolera Shell han alertado de las complicaciones que generaría la independencia y la aseguradora Standard Life y la inversora Alliance Trust han empezado a poner en marcha planes de contingencia para mudarse al sur de la frontera si gana el sí a la independencia.

Los comentarios en voz alta de las grandes empresas, que hasta hace poco decían en privado lo poco que les gusta la independencia pero preferían callar en público, reflejan en parte el nerviosismo por un cierto fortalecimiento en las encuestas del voto favorable a la salida, aunque en algunos casos las compañías se han limitado a cumplir la ley y alertar en sus informes anuales sobre las consecuencias que tendría la independencia para su negocio si consideran que es un hecho potencialmente relevante.

Las encuestas sobre el referéndum siguen dando una clara ventaja a los unionistas, pero reflejan también un crecimiento del voto independentista. Esta semana, un sondeo de YouGov para la edición escocesa del Sun otorga un 53% al no y un 35% al sí; una ventaja muy apreciable, pero hace seis meses la diferencia era de 60-28. El sondeo de Survation para The Daily Record y la Universidad de Dundee da un 47,6% al no y un 39,3% al sí, el porcentaje más alto a la independencia desde hace seis meses.

Las de Standard Life y Shell son las declaraciones más dañinas para los independentistas, aunque el consejero delegado de la petrolera anglo-holandesa, Ben van Beurden, habló no solo de Escocia, sino del peligro de que Reino Unido pueda abandonar la UE. A su juicio, lo mejor es el status quo: Reino Unido en la UE y Escocia en Reino Unido.

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En la recepción anual de Shell en Londres, Van Beurden comentó: “Estamos acostumbrados a operar en entornos de incertidumbre política y económica. Pero, si podemos elegir, preferimos saber con la mayor precisión posible qué condiciones de inversión se esperan a 10 y 20 años vista. Por eso estamos a favor de que Reino Unido mantenga su arraigada posición en el corazón de la Unión Europea: da mayor estabilidad y seguridad a la inversión”. Y añadió: “Por razones muy similares nos gustaría que Escocia siguiera formando parte de Reino Unido. Shell tiene una larga historia de presencia en el Mar del Norte, y por lo tanto en Escocia, y seguimos invirtiendo aquí miles de millones de libras cada año”.

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Para el ministro principal escocés, Alex Salmond, es malo que un sector básico para el éxito económico de la independencia, el petrolero, se pronuncie de forma tan diáfana en contra de esta. Tan malo como los planes para mudarse al sur de la frontera anunciados por Standard Life si gana la independencia. Con sede en Edimburgo y establecida en Escocia desde su fundación en 1825, la aseguradora ha explicado que ya ha puesto en marcha planes de contingencia como el establecimiento de aseguradoras en Inglaterra. “No queremos de ninguna manera decir a la gente qué ha de votar, pero tenemos que asegurar la continuidad del negocio”, ha explicado su máximo responsable, David Nish. La compañía ha recibido consultas de clientes ingleses preocupados por lo que ocurriría con sus pólizas si Escocia se independiza.

Fuente: Oficina Nacional Estadística de Reino Unido y Gobierno escocés.
Fuente: Oficina Nacional Estadística de Reino Unido y Gobierno escocés.EL PAÍS

Lo mismo ha hecho el fondo de ahorro y pensiones Allianz Trust, con sede en Dundee, que ha empezado también a registrar compañías en Inglaterra aunque ha advertido que es “prematuro” hablar de un traslado de la sede. Otras aseguradoras, como Aviva, la mayor del país, han dicho que la independencia de Escocia no les afectaría. Pero se trata de una entidad que tiene tanto su sede como el grueso de su negocio en Inglaterra.

El caso de la banca es incluso más delicado. Entidades como RBS y las filiales escocesas de Lloyds pueden verse legalmente obligadas a trasladar su sede a Inglaterra porque una directiva comunitaria de 1995 puede forzar a que la sede de una empresa se encuentre en el país donde la compañía registra mayor actividad. Es, sin embargo, una norma algo confusa, puesta en marcha por el colapso en 1991 del BCCI, un banco registrado en Luxemburgo que tenía sedes en Londres y Karachi (Paquistán).

En todo caso, la compañia Lloyds, con cuartel general en Londres pero registrada en Edimburgo, ha confirmado que estudia con detalle esa normativa comunitaria y el impacto que puede tener la independencia. Lo mismo está haciendo RBS, con sede en Edimburgo pero la gran mayoría de sus operaciones en Inglaterra. También Barclays ha expresado preocupación. Lo que más inquieta a la banca es la posibilidad de dejar de tener acceso al Banco de Inglaterra como prestatario, aunque temen también un aumento de la regulación y de los impuestos si gana la independencia.

Curiosamente, que parte de la banca se vaya de Escocia puede no ser precisamente algo negativo, según la agencia de calificación Standard & Poors, que ha publicado un informe sobre la viabilidad económica de una Escocia independiente. A su juicio, uno de los riesgos de Escocia es que es demasiado pequeña para el tamaño de su sistema financiero, que es 12,5 veces más grande que el PIB escocés, una ratio muy superior a la del conjunto de Reino Unido (que lo multiplica por cuatro).

A juicio de Standard & Poors, una Escocia independiente tendría al principio problemas de crecimiento y de calificación de su deuda, pero con el tiempo sería financieramente viable e incluso tener su propia moneda. Otros expertos, como el financiero George Soros, han cuestionado que Escocia puede compartir la libra como es su intención, y cree que estaría mejor ingresando en el euro.

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