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Silicon Valley financia el talento

Cientos de 'startups' de jóvenes con ideas brillantes consiguen atraer el dinero de los inversores en las 'tech'

Michelle Crosby, fundadora de Wevorce, una web dedicada a resolver divorcios por la vía amistosa.
Michelle Crosby, fundadora de Wevorce, una web dedicada a resolver divorcios por la vía amistosa.vimeo

Muchos jóvenes con talento de la generación tecnológica están encontrando en Silicon Valley una mina de oro para sacar adelante sus proyectos y lanzar startups que acaban alcanzando cifras astronómicas en el mercado.

La financiación que los bancos no siempre brindan, la acaban encontrando en el lugar con el que todo joven con aspiraciones en el campo tecnológico sueña: Silicon Valley, una palabra que suena a “mantra” y atrae ideas y dinero.

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Lo sabe bien Michelle Crosby, la fundadora de Wevorce, una web dedicada a resolver divorcios por la vía amistosa. A finales del año pasado pidió un préstamo a un banco local de Idaho para abrir una nueva oficina de su recién creada startup, pero el dinero no acababa de llegar. Cuando el proyecto parecía truncado, un e-mail de Silicon Valley cambió de lleno el rumbo de los acontecimientos. Un grupo de inversores de Mountain View (California) la invitaban a una entrevista y se interesaban por su negocio.

Crosby no se lo pensó dos veces y de Idaho viajó a California para embarcarse, durante tres meses, en un campus tecnológico creado por Y Combinator, una organización de Silicon Valley que apoya y financia a las startups tecnológicas con un futuro prometedor por delante.

Y Combinator inició su andadura en 2005 y, desde entonces, ha financiado a 500 compañías. Algunas ya han hecho historia: Reddit, valorada recientemente en 400 millones de dólares, Dropbox, 4.000 millones, o Airbnb –la web de alojamientos para vacaciones-, 1.300 millones.

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Muchos jóvenes con talento de la generación tecnológica están encontrando en Silicon Valley una mina de oro para sacar adelante sus proyectos 

El fundador y director del campus es Paul Graham, un gurú tecnológico que cree firmemente en la rentabilidad de apoyar el talento de los jóvenes con ideas brillantes. “El objetivo es ayudar a las startups a aterrizar. Llegan a Y Combinator en diferentes fases de su desarrollo: Algunas sólo con la idea y otras con una trayectoria de uno o dos años a sus espaldas. En cualquier caso, tras pasar tres meses en el campus, el empujón que aquí encuentran es espectacular”, explica.

Y Combinator organiza dos campus trimestrales al año. A la última convocatoria se presentaron 2.633 candidatos, de los que fueron invitados 47, y entre ellos Michelle Crosby.

De enero a marzo, los seleccionados compartieron ideas y asesoramiento con los inversores -entre los que se hallan el apodado “el ángel inversor de Sillicon Valley”, Ron Conway-, además de charlas protagonizadas por invitados de honor como Mark Zuckerberg, Al Gore y Marissa Mayer.

El objetivo de Y Combinator es ayudar a las startups a aterrizar. Tras pasar tres meses en el campus, el empujón que aquí encuentran es espectacular" Paul Graham

La última semana del campamento intensivo está dedicada a que los seleccionados expliquen su proyecto y convenzan a los inversores de las bondades de apostar por ellos. Saber persuadir es aquí la regla. “La startup no tiene que ser necesariamente la próxima Google, pero sí debe convencer a los inversores de que podría serlo”, señala un socio de Y Combinator.

La aportación estándar por cada inversor convencido es de 20.000 dólares, con un porcentaje de beneficios de en torno al 7%. A mayor número de persuadidos, más dinero para la compañía.

Finalmente a la fundadora de Wevorce no le fue nada mal y logró 1,5 millones de dólares para su web de divorcios, inspirada en la no muy grata experiencia que tuvo que afrontar a los nueve años cuando sus padres se divorciaron y un abogado le preguntó con quien de los dos quería vivir. 28 años después, esa experiencia la transformó en una startup con éxito.

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