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La policía paquistaní detiene al expresidente Pervez Musharraf

Su arresto se ha producido un día después de que se escapara de un tribunal de Islamabad

Ángeles Espinosa
El expresidente paquistaní, Pervez Musharraf, el 15 de abril en Islamabad.
El expresidente paquistaní, Pervez Musharraf, el 15 de abril en Islamabad. B.K. Bangash (AP)

El expresidente paquistaní Pervez Musharraf, que intentaba participar en las elecciones del próximo mayo, se encuentra detenido en una residencia de la policía desde la mañana de hoy viernes. Su arresto se ha producido un día después de que se escapara de un tribunal de Islamabad para evitar la orden de detención dictada por el juez. Más allá del culebrón, la imagen del antiguo jefe del Estado Mayor sometido a la justicia supone una novedad para un país que ha estado gobernado por los militares la mitad de sus 66 años de independencia y donde el Ejército aún constituye un poder fáctico.

Musharraf, que regresó a Pakistán a finales del mes pasado tras cuatro años de autoexilio, se enfrenta, entre otros casos, a la acusación de haber violado la Constitución cuando, en 2007, puso bajo arresto domiciliario a varios jueces, tras haber destituido al jefe del Tribunal Supremo, que se negaba a condonar una extensión de su mandato. Por ello estaba citado el jueves ante el Alto Tribunal de Islamabad, donde confiaba que iba a imponérsele una fianza. Sin embargo, el magistrado decidió ordenar su detención.

Nada más oír la decisión, el antiguo militar logró escabullirse de la sala protegido por sus guardaespaldas y se refugió en su casa de las afueras de la capital paquistaní. Se producía así una situación surrealista en el que las fuerzas de seguridad, en lugar de cumplir la orden del juez y detenerlo, montaban guardia alrededor de su vivienda como si estuvieran esperando instrucciones de alguien para actuar.

Hasta que en la mañana de hoy, la televisión local mostró imágenes de Musharraf entrando en el juzgado rodeado de un imponente despliegue policial. No está claro cómo llegó hasta allí. Mientras que un portavoz de la policía dijo que le habían detenido durante la madrugada, un comunicado de su partido enviado por email a esta corresponsal asegura que se presentó el mismo ante el magistrado.

“Estas acusaciones están políticamente motivadas y voy a combatirlas en el tribunal, donde la verdad terminará por prevalecer”, aseguraba poco antes Musharraf en un mensaje colgado en su página de Facebook.

Sin embargo, el tono del enfrentamiento entre los jueces y el ex presidente se hizo evidente cuando esta mañana el encargado del caso decidió remitirlo a un tribunal antiterrorista con el argumento de que la detención de los magistrados puede constituir un ataque al Estado. El mismo juez pidió a la policía que mantuviera a Musharraf bajo su custodia hasta que fuera citado ante la instancia antiterrorista en las siguientes 48 horas. Sin embargo, la policía le devolvió a su casa, lo que hizo pensar que quedaba bajo arresto domiciliario. Hasta que varias horas después, el ex mandatario fue trasladado a una casa de huéspedes dentro del cuartel general de la policía en Islamabad.

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Tan rocambolesca peripecia para lo que a fin de cuentas no deja de ser una detención parece fruto de lo inusitado de la medida. Por primera vez, un hombre que ha ejercido la máxima representación militar, en un país donde ese estamento es intocable, va a verse obligado a responder a los jueces. Aunque no parece que el regreso del dictador haya causado muchas simpatías entre sus antiguos compañeros de armas, siempre existe el riesgo de que los guardianes de las esencias no puedan soportar la imagen de uno de los suyos obligado a rendir cuentas al poder civil.

Es probable que en esas 24 horas de vacilación entre la orden de detención del juez y el arresto efectivo de Musharraf, las autoridades hayan querido asegurarse la neutralidad del Ejército. Las elecciones del próximo 11 de mayo van a ser las primeras en que un Gobierno civil y elegido democráticamente será relevado en las urnas sin interferencia militar.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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