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Una estampida causa al menos 60 muertos en Costa de Marfil

El suceso que se produjo al término de un espectáculo de fuegos artificiales para conmemorar el Año Nuevo

Ropa y otros objetos, en la zona donde se produjo la estampida.
Ropa y otros objetos, en la zona donde se produjo la estampida.HERVE SEVI (AFP)

Los espectaculares fuegos artificiales arrancaron a medianoche decorando la nocturnidad del cielo, la entrada de año y reflejando su destellos en la laguna de Abiyán, en Costa de Marfil. Su juego de luces se veía desde todos los rincones la ciudad pero miles de personas quisieron asistir de cerca y por eso se concentraron en Plateau, el centro de la ciudad y lugar desde donde se lanzaba la pirotecnia, para asistir al costoso y bello evento.

Pero la celebración se convirtió en tragedia, al estallar un estampida que ha provocado 60 muertos y decenas de heridos. El ministro de Estado, del Interior y de la Seguridad, Hamed Bakayoko, ha lamentado el accidente en la televisión nacional, la RTI, informando que hay 60 muertos y 49 heridos que han sido evacuados y están siendo tratados en el hospital CHU. Bakayoko ha asegurado que las medidas de seguridad eran las correctas durante el evento y que fue al terminar, cuando la gente volvía a su casa, que se desató la avalancha. Pero no ha especificado la edad de las víctimas mortales, entre las que, según algunas fuentes, hay muchos menores. El ministro de la juventud, Alain Lobognon, a su vuelta de la morgue del hospital de Treichville, ha twiteado que hay 26 niños y 28 mujeres entre los muertos.

Entre la consternación y la confusión los cuerpos de seguridad investigan qué pasó exactamente y, sobretodo, el porqué se inició la avalancha.

El ambiente anoche era de música, cantos y joya en las calles de Abiyán. Los pollos, las cabras y la comida circulaban junto a los niños tirando petardos, en un ajetreo alegre. Una atmosfera muy distinta de la de hace dos años cuando la guerra y el miedo acallaban los ánimos de los abidjaneses, tan amigos de la fiesta. El 2011 empezó con la ciudad divida por tanques y milicianos y aliñada por los cantos políticos de “vamos a desalojar a (Laurent) Gbagbo” –el ex presidente-, que entonaban los seguidores del actual presidente, Alassane Ouattara. Las detonaciones de este año eran solo las de los petardos. Pero el balance del día 1 ha sido en cambio, paradójicamente, mucho más mortífero. 

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