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Prodi propone un golpe de timón para la Unión Europea

"Si Alemania parece estar convencida de poder hacerlo sola, Italia debe trabajar con Francia y España para impulsar Europa”, dice el dos veces primer ministro

Manifestantes en Roma conmemoran el 25 de abril.
Manifestantes en Roma conmemoran el 25 de abril.FILIPPO MONTEFORTE (AFP)

Lo podía haber dicho más fuerte, pero no más claro. El político de centro izquierda Romano Prodi, de 72 años, dos veces primer ministro de Italia (entre 1996 y 1998 y entre 2006 y 2008) y presidente de la Comisión Europea desde 1999 a 2004, propone un golpe de timón en la política europea: “Si Alemania parece estar convencida de poder hacerlo sola, Italia debe trabajar con Francia y España para impulsar Europa”. Prodi reconoce los esfuerzos, “en la dirección correcta”, de los gobiernos de Mariano Rajoy y de Mario Monti por reducir el déficit y alcanzar el equilibrio presupuestario, pero advierte de que, como se está comprobando, no resulta suficiente para evitar el abismo. Por tanto, y aprovechando la nueva presidencia francesa —sea quien sea el ganador—, lanza un desafío: “Es necesario cambiar de política”.

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El profesor de Economía no es el único que, desde Italia, empieza a impacientarse por la falta de resultados de las duras políticas de ajustes. Hasta el presidente de la República, Giorgio Napolitano, ha advertido a su pupilo Monti –bien es verdad que sin interpelarlo directamente— de que no es suficiente con invocar constantemente la palabra crecimiento: “Hacen faltan hechos”. En cualquier caso, nadie lo ha explicado tan gráficamente como Romano Prodi: “En primer lugar, Alemania parece convencida de poder hacerlo sola, ignorando que nosotros [el resto de los países europeos] constituimos una gran parte de su fortuna. El resto de los países, a su vez, en lugar de formar un frente común, compiten entre ellos. En este sentido, la lucha entre Italia y España ha sido perjudicial (…). Y no solo Italia y España, también el resto de los países periféricos, Francia incluida, están en la misma barca: la caída de uno arrastraría a todos. Partiendo de esta realidad, es necesario entonces cambiar de política. Y este cambio, para ser eficaz, no se puede hacer sin Francia”. Prodi aquí lanza una pulla al muy bien cultivado orgullo francés: “Hasta ahora Francia ha preferido dialogar en solitario con Alemania en distintas cumbres, de las cuales jamás ha surgido una alternativa francesa a la política alemana…”.

De ahí que, para hacer frente al empuje industrial de China, Japón y Corea del Sur, el antiguo presidente de la Comisión Europea reclama que los gobiernos de España y Francia elaboren rápidamente una estrategia conjunta y se la presenten al próximo presidente francés, sea cual sea su apellido, al día siguiente de ganar las elecciones: “Tal operación será más fácil si sale elegido un presidente distinto, aunque estoy convencido de que, aunque lo sea Sarkozy, después de las innumerables cumbres en las que no ha conseguido nada, se está dando cuenta de que los intereses franceses se defenderán mejor desde una político común con Italia, España y los otros países europeos”.

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