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Nuevos choques entre las fuerzas de seguridad yemeníes y los manifestantes

Al menos 10 heridos en la ciudad de Taiz durante una manifestación frente al Palacio de la República del presidetne Saleh

Un grupo de opositores hacen frente a un cañón de agua en la ciudad de Taiz, durante una manifestación contra el presidente Saleh.
Un grupo de opositores hacen frente a un cañón de agua en la ciudad de Taiz, durante una manifestación contra el presidente Saleh.KHALED ABDULLAH (REUTERS)

Grupos de manifestantes de la oposición se han vuelto a enfrentar hoy a fuerzas policiales en la ciudad yemení de Taiz cuando intentaban acercarse al palacio presidencial de la localidad. Al menos diez personas han resultado heridas después de que las fuerzas de seguridad yemeníes abrieran fuego contra miles de personas que intentaban unirse a una manifestación en las calles de esta ciudad del sur de Yemen.

"Miles de personas participaban en una marcha procedentes de las afueras de Taiz, pero la Policía, el Ejército y hombres armados vestidos de paisano se enfrentaron con ellas y dispararon con fuego real y gases lacrimógenos", ha declarado un testigo. "Diez personas resultaron heridas. Abrieron fuego intensamente desde todas las direcciones", ha añadido.

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El palacio de Taiz, 257 kilómetros al suroeste de Saná, es utilizado por el presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, cuando visita esta localidad, pero hoy el mandatario se encontraba en la capital. Las protestas en Taiz, que desde hace varios meses se concentraban en la plaza Libertad, cambiaron hoy de escenario cuando cerca de 4.000 activistas de la oposición se desplazaron al Palacio de la República.

Al menos cuatro personas murieron ayer en esta misma ciudad en choques durante una manifestación. Tres de los fallecidos eran partidarios de la oposición y el cuarto era seguidor del presidente. En Taiz, al igual que en otras ciudades de Yemen, incluida la capital, Saná, se desarrollan manifestaciones desde finales de enero, al calor de las revueltas del mundo árabe.

En esas protestas, que se intensificaron a mediados de febrero, primero se pedían reformas políticas y poco después la salida del poder del presidente Saleh, en el poder en Yemen desde la unificación entre el norte y el sur, en 1990.

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De hecho, la desconfianza se apoderó de Yemen ayer, un día después de que presidente y oposición aprobaran en principio el plan del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para un traspaso pacífico del poder. Los opositores no se fían de que Ali Abdalá Saleh vaya a dejar el cargo, mientras que el entorno del mandatario exige que acepten el acuerdo íntegro antes de someterlo a su firma. Miles de activistas en Saná y otras ciudades de Yemen se manifestaron en contra de esa salida que garantiza la inmunidad de Saleh y sus allegados.

Aliados bajo el paraguas del Foro Común, siete grupos opositores, encabezados por los islamistas del Islah y el Partido Socialista, han capitalizado las protestas para recuperar la iniciativa política que perdieron al legitimar al Gobierno de Saleh con su participación en el Parlamento. Sin embargo, como sucediera en Túnez y en Egipto, los jóvenes activistas actúan con independencia y ya al principio de la crisis obligaron al Foro a dar marcha atrás después de que aceptara una invitación al diálogo del partido gobernante.

"La iniciativa del Golfo aborda el problema como si se tratara de una crisis entre dos partidos políticos, mientras que nosotros hemos salido a la calle para pedir un cambio total del sistema", explicó uno de los líderes estudiantiles, Abdel Malik al Yusufi, a la agencia France Presse.

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