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La 'epístola' que los pobres quieren leer

Bill Gates repasa los logros y los desafíos de su fundación en una carta anual, la primera que escribe desde que en julio de 2008 decidió apartarse de Microsoft

Reducir a la mitad la mortalidad infantil en dos décadas -10 millones de niños mueren cada año-. Ayudar a 105 millones de campesinos africanos y asiáticos a triplicar sus ganancias para 2025 -un tercio de la población mundial hoy vive con menos de 1,55 euros por día-. Desarrollar en el corto plazo una píldora o un gel que reduzca sustancialmente el número de contagios de sida, que actualmente es de casi tres millones de casos al año. Erradicar la polio y la malaria. Promover la educación como factor capaz de resolver la inequidad que resulta de que algunos accedan a excelentes profesores e instituciones educativas y otros se vean obligados a desertar de las aulas.

La primera carta anual -como él mismo autor la ha bautizado- de Bill Gates acerca de la fundación que dirige con su esposa Melinda es un listado de propósitos humanitarios apabullantes, expuestos con optimismo, rigor lógico y lenguaje sencillo. Gates dice en 20 páginas todo lo que los pobres quieren leer. Y creer.

"En 2009, los sueños filantrópicos de los Gates se apoyan en 2.970 millones de euros"
"Las empresas farmacéuticas y los gobiernos han invertido muy poco en nuevas drogas y vacunas porque la enfermedad ya no existe en los países ricos"
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El texto, publicado en enero -y sólo disponible en inglés-, es el puntapié inicial de lo que pretende ser una costumbre a imagen y semejanza de la que cultiva el multimillonario Warren Buffet, amigo de los fundadores de Microsoft, y benefactor de la Fundación Bill & Melinda Gates . El mundo corporativo y el libre mercado que han catapultado al creador de Windows están presentes en los primeros renglones de la carta: Gates asegura que la labor filantrópica es tanto o más "excitante" que la gestión del gigante informático y que llevará adelante la fundación echando mano de lo que ha aprendido en el sector privado, sin pretender equiparar ambos universos. "Para empezar, los países donde Microsoft tiene negocios son mucho más estables y poseen bastante más infraestructura que los lugares donde la fundación trabaja. Esto me obligará a calibrar mejor las dificultades que encontraremos en la ejecución de nuestras estrategias", precisa.

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El semanario británico The Economist ha recibido con cautela la carta de presentación del 'nuevo' Gates, al que considera mucho más amable y cándido que el real Bill, el jefe exigente y obstinado que hizo de Microsoft un emporio. Ironías aparte, The Economist aconseja leer el escrito de Gates sobre todo por sus comentarios sobre la crisis económica. "El filántropo cree que este escenario se mantendrá durante varios años... pero pronostica que la innovación y la creación de riqueza reaparecerán en algún momento porque el mercado subyacente y las fuerzas tecnológicas permanecen tan robustas como antes. Bueno, esperemos que esto ocurra así", glosa el semanario en un texto titulado 'La primera epístola de San Bill'.

Tirón de orejas para Berlusconi

Pero que nadie dude que Gates está decidido a triunfar. Y que no se anda con proyectos pequeños. Aunque el capital de la fundación ha sufrido la crisis financiera -perdió el 20% de su valor durante 2008-, el padre del ordenador personal ha decidido no sólo no achicarse sino crecer. Lejos de las restricciones en las que han caído los grandes presupuestos públicos y privados, en 2009 la fundación gastará el 15% más que el año pasado. Es decir, los sueños filantrópicos de los Gates se apoyan en 2.970 millones de euros.

La tercera persona más rica del mundo según la revista Forbes advierte que "los ingresos de los gobiernos han disminuido drásticamente en momentos en que los ciudadanos necesitan los servicios públicos más que nunca". En ese contexto, el gasto más amenazado es el que los países ricos destinan a las naciones menos desarrolladas. Con la seguridad del que da el ejemplo, Gates azuza a los mandatarios que han optado por dar la espalda a sus compromisos internacionales. La Italia de Silvio Berlusconi entra dentro de esa lista negra. Pero también hay sitio para elogiar a los que sostienen la ayuda internacional, como Noruega, Suecia, Dinamarca y Holanda. Desde luego, no podía faltar un comentario sobre el proyecto político de Barack Obama: "estoy impresionado con la forma en que el equipo del Presidente está trabajando para estimular la economía y mantener la inversión en objetivos de largo alcance como la educación".

El obstáculo por remontar

Gates está obsesionado con una ayuda que salve vidas que luego se integren a una sociedad donde haya oportunidades. Ese círculo virtuoso, de acuerdo con su opinión, puede ser alcanzado con innovación tecnológica, el norte de su fundación. "En el último siglo, los avances científicos han jugado un rol inmenso en la mejora de las condiciones de vida del Primer Mundo. La tecnología es también una pasión personal que compartimos con Melinda", confiesa por si quedaba alguna duda. Según su criterio, el obstáculo por remontar es aquel que hace de los pobres un mercado nada atractivo para el desarrollo tecnológico.

En Nigeria faltan incentivos para la inversión de capital. Gates afirma que esta es la razón de que una enfermedad como la malaria, erradicada en EE UU en 1951, todavía mate a casi un millón de niños por año: "las empresas farmacéuticas y los gobiernos han invertido muy poco en nuevas drogas y vacunas porque la enfermedad ya no existe en los países ricos". En la carta él se propone -y compromete- a corregir ese tipo de desviaciones del capitalismo. Ayer, en la Conferencia TED 2009, en California, ha demostrado que está dispuesto a emplear todos los recursos (inclusive abrir un bote con los mosquitos responsables de contagiar la enfermedad) para colocar a la malaria, otra vez, en los medios y las cabezas de los que pueden darle jaque mate.

Bill Gates piensa que es posible reducir a la mitad la mortalidad infantil en 20 años
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Promotor de una 'revolución verde' en África

El cambio climático, la cuestión ecológica en boca de todos, brilla por su presencia en la epístola de Bill Gates. "Es interesante cómo con frecuencia los efectos de este fenómeno se ilustran describiendo el sufrimiento de los osos polares en lugar de mencionar el gran número de personas que morirán si no se hace una inversión significativa para ayudarles", dice terminante.

Gates afirma que la agricultura es fundamental para el crecimiento económico de la mayoría de los países africanos y que, por esa razón, su fundación trabaja para promover una "revolución verde" en África. "Como siempre he sido un chico urbano, no sé nada sobre el funcionamiento de una granja. Por ello he tenido que esforzarme por entender cómo funcionan los fertilizantes, la irrigación... y qué cultivos rinden mejor en determinadas condiciones. Nuestro objetivo es que 105 millones de granjeros pobres del África sahariana y el sur de Asia tripliquen sus ingresos para 2025", anuncia.

Gates aclara que un gran escollo en este proyecto es que el cambio climático creará condiciones meteorológicas extremas en las zonas tropicales donde vive la gente pobre. "Los efectos negativos caerán casi completamente sobre ellos aún cuando no contribuyeron a causar el problema", apunta. Y espera que el incremento de la conciencia social sobre el cambio climático también aumente la voluntad política para ayudar a los pobres a mitigar sus consecuencias.

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