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Cuba apuesta por Obama

Los cubanos lo apoyan "por ser negro" y representar un cambio en la política norteamericana

Cuba apuesta claramente por Obama. Al candidato demócrata lo apoyan la mayoría de los cubanos de a pie, por "ser negro" y representar la posibilidad de un cambio de la política norteamericana de presión hacia la isla, que podría conllevar también a cambios dentro de su país, creen algunos. Lo aúpa también gran parte de la disidencia, que ve en la eliminación o flexibilización del "bloqueo" el fin de la "coartada del régimen para seguir restringiendo las libertades". Y el Gobierno, aunque con cautela, se inclina también por Obama, si bien su elección supondrá un "reto" ideológico y político, admiten algunos funcionarios.

El que más claro ha expuesto el desafío ha sido el dirigente histórico y miembro del Comité Central, Armando Hart: ''Si [Obama] cumple su promesa [de aliviar el embargo] nacerá una nueva etapa en el combate ideológico entre la revolución cubana y el imperialismo. En ella, para alcanzar la invulnerabilidad ideológica a la que aspiramos, será necesario el diseño de una nueva concepción teórica y propagandística acerca de nuestras ideas y su origen'', argumentó Hart en reciente artículo.

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En las últimas semanas, las autoridades y la prensa oficial se han cuidado mucho de expresar abiertamente sus preferencias. Aunque algo han dicho... El canciller, Felipe Pérez Roque, ha calificado a John McCain de "dinosaurio político", mientras que de Obama ha resaltado su posición "respetuosa". Fidel Castro no se ha decantado abiertamente a favor de Obama, pero ha argumentado que supera a McCain "en inteligencia y serenidad" y ha calificado al candidato republicano de "instrumento de la mafia de Miami". "Si lo defendiera [a Obama], haría un enorme favor a sus adversarios", ironizó Castro.

"No hay nada más parecido a un republicano que un demócrata"

Aunque en vísperas de cada elección presidencial en Estados Unidos el refranero político cubano solía recordar que "no hay nada más parecido a un republicano que un demócrata", en esta ocasión no es así. McCain ha abogado abiertamente por más presión para acabar con la revolución; Obama ha dicho que si llega a la Casa Blanca estaría dispuesto a sentarse a dialogar con Raúl Castro.

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El presidente cubano, por su parte, ha tendido en tres ocasiones "una rama de olivo" a la administración que salga de las elecciones de mañana para negociar una salida al "diferendo bilateral" que enfrenta a ambos países desde hace casi medio siglo.

Disidentes como el socialdemócrata Manuel Cuesta Morúa afirman que Obama representa el cambio, pero incluso más allá de la política de embargo económico norteamericano. "Si gana Obama comenzará el deshielo de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y eso puede influir en que se descongelen cambios que ahora están pendientes en Cuba, además de tener un efecto psicológico en la gente y las autoridades".

Disidentes, cubanos de a pie y gobernantes saben que un triunfo de Obama no se traducirá en la eliminación inmediata del embargo. Pero el candidato demócrata ya anunció que de llegar al poder daría marcha atrás de inmediato a las medidas tomadas por el presidente norteamericano, George. W Bush, que restringen los viajes y las remesas que los cubanoamericanos pueden enviar a la isla.

En la actualidad, los exiliados residentes en EE.UU solo pueden viajar una vez cada tres años a visitar a sus familiares en la isla. Y el envío de dinero esta restringido a 100 dólares mensuales, que sólo pueden mandarse a familiares cercanos, no a amigos o a parientes lejanos. "Se calcula que por concepto de remesas entran al país más de 1.000 millones de dólares anuales; si se eliminaran las restricciones a los viajes y al envío de dinero, la cifra podría incrementarse en 500 millones de dólares anuales", considera un economista cubano que pidió el anonimato.

Poder visitar la isla

Otros analistas señalan la posibilidad de que Obama levante la prohibición de viajar a los turistas norteamericanos, ya debatida en el congreso norteamericano en el pasado. Hart y otros funcionarios cubanos admiten en privado que un triunfo de Obama y un eventual deshielo de las relaciones cambiaría el escenario político. ''Una amplia migración con distintos objetivos puede venírsenos encima y para ello debemos prepararnos culturalmente'', alertó el dirigente del Partido Comunista.

A su juicio, "la supresión de las limitaciones económicas impuestas a los viajes a Cuba significará que alrededor de un millón de nacidos en esta tierra o sus descendientes pueden venir como turistas''. El ex ministros concluye que la revolución tiene "el reto inmenso de cómo enfrentar un tiempo nuevo en la lucha cultural contra el enemigo''.

En las calles de La Habana, la apuesta por Obama es clara. "A los que tenemos familia en Miami nos beneficiaría su triunfo, pero a los que no la tienen también: hace falta que en los dos lados se acabe el discurso de barricada y que las cosas se empiecen a mover", asegura Juan, un ingeniero jubilado. Otros cubanos advierten que cada vez que ha existido una posibilidad seria de normalización de las relaciones cubano-norteamericanas con un presidente demócrata, ha ocurrido algo que la ha hecho fracasar (con Jimmy Carter, el éxodo del Mariel; con Bill Clinton, el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate y la crisis de las balsas) En definitiva: Cuba apuesta por Obama, pero ni Obama ni Raúl Castro lo tendrán fácil.

El candidato demócrata a la presidencia es el preferido por el gobierno, los disidentes y el pueblo cubano
El candidato demócrata a la presidencia es el preferido por el gobierno, los disidentes y el pueblo cubanoREUTERS

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