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La ONU podrá llevar ayuda a los miles de desplazados en la zona de combate de Congo

Los rebeldes de Nkunda permiten abrir "un pequeño corredor humanitario".- Muchos campamentos de refugiados han sido saqueados

En plena ofensiva diplomática europea por alcanzar la paz en la República Democrática del Congo (RDC), Naciones Unidas (ONU) ha anunciado este viernes que podrá llevar ayuda a los miles de desplazados que se encuentran en las afueras de Goma, la capital provincial de Kivu Norte. Esta provincia ha sido el principal escenario de los combates y son muchos los grupos de personas que recorren carreteras y caminos a la espera de encontrar un lugar donde no peligren sus vidas.

Pese al alto el fuego anunciado el pasado miércoles por las tropas rebeldes, la situación de miles de civiles sigue siendo trágica y alarmante. Desde el estallido del conflicto el pasado domingo, los desplazados no sólo han visto empeorar su situación sino que además el número de personas que han tenido que huir víctimas del miedo ha aumentado.

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El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha informado este viernes que se calcula que el número global de desplazados en la zona del conflicto, al este del país, se eleva actualmente a 1,2 millones de personas, frente a las 847.000 que se calculaba había en abril pasado. Según sus últimas informaciones, varios campamentos de desplazados (con un total de 50.000 personas) en la ciudad de Rutshuru, a 90 kilómetros de Goma, "han sido vaciados por la fuerza, saqueados y quemados".

En tierra de nadie

La mayoría de estas personas se hallan en tierra de nadie. Con el comienzo de los enfrentamientos en las espesas zonas vegetales de Kivu entre los soldados rebeldes del general Laurent Nkunda y las tropas gubernamentales, apoyadas por los cascos azules, miles de personas abandonaron los campos de refugiados y huyeron hacia Goma, donde reinaba un relativa calma bajo el amparo del Ejército y la ONU. Pero los soldados congoleños han abandonado la capital provincial y las tropas disidentes de Nkunda, que rodean Goma, han vuelto a meter la incertidumbre en el cuerpo a los más desfavorecidos. En la capital provincial, varios soldados congoleños han saqueado a la población civil ante el vacío de poder.

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El coordinador del equipo de emergencias de Médicos Sin Fronteras para Congo, Pablo Marco, ha reconocido a ELPAÍS.com que muchas ONG y organizaciones humanitarias "se han marchado de la zona por la violencia" y que "son muchos los desplazados que se han ido al norte y este de Goma". Esta situación ha provocado que la huida se dirija hacia la frontera con Uganda o Ruanda.

MSF, que todavía tiene varios equipos operativos en Kivu Norte y Kivu Sur, ha encontrado grupos de personas que han tenido que desplazarse de nuevo. Como reconoce su coordinador, "miles de desplazados están viviendo en condiciones terribles, sin ninguna atención sanitaria y fuera del alcance de las organizaciones".

Esfuerzo diplomático

Tal es el desconcierto en el este congoleño que los ministros de Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, y del Reino Unido, David Miliband, han viajado juntos al país con el objetivo "de llevar un mensaje político muy claro de Europa para pedir que la situación se estabilice y que políticamente los diferentes actores acepten hablarse", según han informado las cancillerías.

Nkunda, general congoleño de etnia tutsi, se rebeló el pasado domingo asegurando que los hutus y soldados congoleños han vuelto a tomar las armas. Este militar disidente creó su propio ejército hace años en respuesta a la convivencia entre el Gobierno y las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas por combatientes hutu ruandeses.

Sobre Nkunda pesan cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad por la Segunda Guerra del Congo, aunque las responsabilidades en el polvorín de la zona salpican a todas las partes. El ejército congoleño, según donde soplen los vientos políticos y de dónde venga el dinero, a veces lucha con las fuerzas tutsi de Nkunda y otras apoya a los combatientes hutu.

Un soldado congoleño camina junto a un grupo de desplazados en la ciudad de Goma.
Un soldado congoleño camina junto a un grupo de desplazados en la ciudad de Goma.REUTERS

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