Putin blinda su futuro político
El jefe del Kremlin acepta encabezar el partido Rusia Unida, la mayor fuerza política del país.- Podrá controlar más de cerca a Dmitri Medvédev cuando asuma la jefatura de Estado
El presidente saliente de Rusia, Vladimir Putin, ha aceptado hoy la oferta de encabezar el partido oficialista Rusia Unida (RU). Una decisión que sirve para blindar el futuro político del presidente y consolidar aún más su capacidad de maniobra en el país.
"Estoy dispuesto a asumir una responsabilidad adicional y encabezar Rusia Unida", ha dicho el jefe del Kremlin en el IX Congreso de la formación oficialista, inaugurado ayer en Moscú. Esta segunda sesión del congreso del partido ha durado menos que la de ayer. De las dos horas de la jornada de apertura, se ha pasado a menos de una hora, sin discusiones y con un guión más que previsible, donde Putin, que ni siquiera es militante de Rusia Unida, ha precisado que se hará cargo de la jefatura después del 7 de mayo, una vez que deje la Presidencia rusa, que pasará a manos de su protegido, Dmitri Medvédev.
Rusia Unida, un partido creado desde el Kremlin y del que se ha servido Putin durante estos ocho años para ejecutar su política, le desea como militante y como líder, algo que el presidente había evitado hasta ahora. La decisión de encabezar su lista en las elecciones generales celebradas en diciembre fue un primer paso. El éxito cosechado por esta formación en las urnas le sirve a Putin en bandeja una plataforma para reforzar su poder como primer ministro, en teoría dependiente de Medvédev. RU obtuvo el 64,3% de los votos, que se tradujeron en 315 de un total de 450, es decir, más de los dos tercios que se necesitan para reformar la Constitución.
Más poder
De esta manera, Putin garantiza su futuro contra cualquier vaivén de su ahora sólida amistad con Medvédev, ya que podrá controlar su entorno dentro del partido. La historia está llena de discípulos que no acatan el papel asignado por su protector cuando éste debe pasar a un segundo plano. Como líder de RU, Putin se garantizaría un instrumento básico: encabezar el partido que controla el Parlamento, Cámara que aprueba los nombramientos de primer ministro, entre otros.
En el actual sistema político ruso, que Putin tanto ha ayudado a consolidar en estos ocho años en el Kremlin, el primer ministro se encuentra indefenso ante el presidente, ya que es el que paga los errores políticos. El jefe de Estado le puede destituir sin explicación alguna. En la historia de la nueva Rusia hay casos llamativos, como el de Serguéi Stepashin, quien encabezó el Gobierno desde la primavera y el verano de 1999, y se enteró por los medios de comunicación de que había sido destituido.
El Parlamento, donde RU tiene mayoría absoluta, entra en acción cuando el presidente propone al nuevo primer ministro. Los diputados pueden aprobar la candidatura o rechazarla. Pero el presidente en Rusia es omnipotente: nada le impide presentar una segunda vez la candidatura rechazada y luego una tercera. Si el Legislativo no la aprueba por tercera vez consecutiva, entonces puede disolverla Cámara y nombrar de todas formas a su jefe de Gobierno. En su época, Borís Yeltsin optó por una solución más simple: mantuvo tranquilamente a Yegor Gaidar, que era imposible que el Parlamento aprobara, como primer ministro en funciones.
Sea como fuere, hay quienes sostienen que, independientemente del mayor peso que puede dar a Putin la presidencia de RU, sería muy positivo para el desarrollo político del país que éste aceptara. Así, por primera vez en la nueva Rusia, el primer ministro sería el líder del partido que ganó las elecciones parlamentarias.

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