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TERROR EN LONDRES | La investigación

La policía británica busca al 'cerebro' de los ataques de Londres

Los agentes registran varias viviendas en el condado de Aylesbury y desmienten una segunda detención

La policía británica desarrolla una amplia operación antiterrorista en el condado de Aylesbury, a unos 60 kilómetros al noroeste de Londres, que incluye el registro de numerosas viviendas. Sin embargo, la policía londinense ha desmentido que se haya producido la segunda detención relacionada con los atentados, tal y como había informado la cadena Sky News.

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En las últimas horas, los investigadores de la matanza en Londres se afanan en encontrar a miembros de lo que consideran que era una célula más amplia en la que se apoyaron los cuatro terroristas, según ha explicado esta mañana el ministro del Interior, Charles Clarke. Por eso, una vez aclarado a grandes rasgos cómo se cometieron los atentados y quiénes eran los terroristas, los esfuerzos de la policía se centran en identificar al cerebro que planeó el ataque.

En efecto, las investigaciones permiten saber ya qué ocurrió la mañana del pasado jueves. Tres de los terroristas salieron de una localidad de extrarradio de Leeds hacia Luton, seguramente en un coche de alquiler. Allí se encontraron con el cuarto kamikaze. En la estación de esta localidad tomaron un tren que les llevó hasta King's Cross, el principal nudo de comunicaciones de la zona norte del centro de Londres. Allí las cámaras de seguridad les filmaron, poco antes de las ocho y media de la mañana.

Tres de ellos tomaron el metro: uno la línea Picadilly en sentido sur; los otros dos la línea Circle con rumbos opuestos. Perfectamente sincronizados, las bombas que llevaban consigo estallaron a las 8.50 horas. Por el momento no se ha determinado si los artefactos llevaban temporizador o fueron accionados manualmente.

En el autobús

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Por ahora está menos claro qué pasó con el cuarto terrorista. Algunos medios británicos publican hoy informaciones no confirmadas que, citando fuentes policiales, barajan la posibilidad de que fuera a tomar la línea Northern pero que una suspensión temporal del servicio o un retraso le hiciera cambiar de opinión.

Sea como fuere, terminó subiendo a un autobús de la línea 30 y se sentó en el piso superior. Allí se mostró muy nervioso, manipulando el contenido de una bolsa, como han contado viajeros que descendieron del vehículo antes de la explosión, a las 9.47, casi una hora después de las primeras. Los investigadores intentan ahora aclarar el por qué de este retraso: no saben si el artefacto falló en un primer momento, si el kamikaze se arrepintió o sufrió momentos de indecisión o incluso si los viajeros del autobús se percataron de su intención y trataron, de alguna forma, de disuadirle.

Esta tarde un tribunal británico ha concedido una prórroga de tres días a la Policía para poder interrogar hasta el próximo sábado al único detenido, por ahora, en relación con los atentados. El sospechoso, de 29 años y cuya identidad no se ha divulgado, fue arrestado ayer en la ciudad de Leeds (norte de Inglaterra) en el marco de una operación policial que se tradujo también en el registro de seis casas. El detenido está supuestamente emparentado con uno de los autores de la matanza, según fuentes próximas a la investigación.

Retrato de Shahzad Tanweer en la portada del diario <i>The Sun</i> de hoy.
Retrato de Shahzad Tanweer en la portada del diario The Sun de hoy.
Un policía cierra la cortina utilizada para proteger de la vista el lugar donde el pasado 7 de julio estalló una bomba en un autobús. Según ha afirmado Scotland Yard, existen pruebas que confirman la muerte de uno de los terroristas suicidas durante los ataques.
Un policía cierra la cortina utilizada para proteger de la vista el lugar donde el pasado 7 de julio estalló una bomba en un autobús. Según ha afirmado Scotland Yard, existen pruebas que confirman la muerte de uno de los terroristas suicidas durante los ataques.AP
La policía retira vehículos del lugar en el que una bomba estalló en un autobús en Upper Woburn Place, cerca de la estación de tren de Euston.
La policía retira vehículos del lugar en el que una bomba estalló en un autobús en Upper Woburn Place, cerca de la estación de tren de Euston.EFE
Agentes de la policía británica custodian la entrada de la estación de tren de Luton. En el aparcamiento de esta estación se realizó una explión contralada de un vehículo en el que aparecieron explosivos.
Agentes de la policía británica custodian la entrada de la estación de tren de Luton. En el aparcamiento de esta estación se realizó una explión contralada de un vehículo en el que aparecieron explosivos.REUTERS
Un policía dirige un robot para detectar explosivos en un barrio de Leeds. En esta ciudad del norte de Londres se ha producido la primera detención y 600 vecinos fueron evacuados y mientras se realizó el registro de seis viviendas.
Un policía dirige un robot para detectar explosivos en un barrio de Leeds. En esta ciudad del norte de Londres se ha producido la primera detención y 600 vecinos fueron evacuados y mientras se realizó el registro de seis viviendas.REUTERS

Los cuatro de Luton

Los investigadores conocen también las identidades de los cuatro, aunque sólo han trascendido detalles de tres. Todos eran jóvenes, de entre 19 y 30 años, nacidos en Reino Unido, y llevaban una vida en apariencia normal. La policía ha encontrado la documentación que les delata (tarjetas de crédito fundamentalmente, ya que en Reino Unido no hay DNI) en los cuatro lugares de las explosiones.

Shahzad Tanweer tenía 22 años. Nacido en Bradford, vivía en un adosado de Beeston, a las afueras de Leeds (al norte de Londres), donde su padre regenta un fish and chips. Había estudiado Ciencias y se confesaba amante del fútbol y el críquet. Sus amigos aseguraban ayer a la prensa que era "un buen musulmán" y de carácter abierto. La mañana del jueves hizo estallar una bomba en el tren que circulaba entre Liverpool Street y Aldgate. Murieron siete personas.

Su familia ha expresado hoy su dolor al descubrir la verdad sobre Shahzad. "Hemos perdido todo lo que teníamos", ha dicho su tío, la última persona que le vio con vida. Este hombre ha reconocido que este mismo año su sobrino pasó dos meses en Pakistán para estudiar religión. "No ha sido él, ha tenido que haber fuerzas detrás de él", ha asegurado.

Hasib Mir Hussain, era el benjamín de los cuatro: tenía sólo 19 años. Su carné de conducir y unas tarjetas de crédito a su nombre estaban entre los hierros del autobús descerrajado en Tavistock Square junto a los cadáveres de 13 personas. Vivía en una casa de ladrillo rojo cerca de Leeds. Había dicho a sus padres que iba a Londres con unos amigos. Al estallar las bombas y no tener noticias suyas, temieron que su hijo fuera una de las víctimas y notificaron su desaparición a la policía. Esta denuncia ha sido una de las mejores pistas para los investigadores.

Mohammed Sadique Khan tenía 30 años. Desde hace cinco meses vivía en Dewsbury, a donde se había mudado desde Beeston, ambas en el condado de West Yorkshire. Allí vivía con su mujer, Hasina, y el bebé de ambos, de unos ocho meses. Al parecer, se dedicaba al cuidado de niños discapacitados. Sin embargo, su cadáver es uno de los ocho recuperados de la estación de Edgware Road.

El cuarto sospechoso ha sido identificado ya por la policía, pero sus datos personales no han trascendido a la prensa.

¿Fueron o no detenidos hace dos años?

El ministro de Interior británico, Charles Clarke, ha desmentido esta tarde con dureza las palabras de su homólogo, Nicolas Sarkozy, que poco antes había anunciado que los presuntos autores del atentado en Londres fueron objeto de un "arresto parcial" en la primavera de 2004. "Es difícil de entender" que "una parte de este equipo [en referencia a los terroristas] fue objeto de una detención parcial en la primavera de 2004", ha dicho, para añadir a continuación que este dato constituye "es un elemento de reflexión para los servicios de inteligencia sobre el momento en que hay que hacer las detenciones". En su opinión, no hay que abusar de las detenciones preventivas, pero sí tener en cuenta que si no se actúa correctamente se contraerá una "responsabilidad hacia las víctimas potenciales".

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