LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Clinton desembarca en la campaña demócrata para lograr que Kerry rompa su empate con Bush

Los republicanos contrarrestan la ofensiva demócrata con Schwarzenegger y Giuliani

Bill Clinton, sobrado de carisma, ha acudido a la llamada de John Kerry, a quien le escasea, y ha reaparecido en campaña cuando quedan sólo ocho días para las elecciones más reñidas de toda la historia de Estados Unidos. Ante un público entregado, el ex presidente demócrata ha arropado con su presencia al candidato Kerry - que no logra despegarse de George W. Bush en las encuestas- en un mitin en pleno centro de Filadelfia, capital del Estado de Pensilvania, uno de los considerados clave en la batalla presidencial.

Su delicada salud -fue operado del corazón hace siete semanas- no le ha ...

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Bill Clinton, sobrado de carisma, ha acudido a la llamada de John Kerry, a quien le escasea, y ha reaparecido en campaña cuando quedan sólo ocho días para las elecciones más reñidas de toda la historia de Estados Unidos. Ante un público entregado, el ex presidente demócrata ha arropado con su presencia al candidato Kerry - que no logra despegarse de George W. Bush en las encuestas- en un mitin en pleno centro de Filadelfia, capital del Estado de Pensilvania, uno de los considerados clave en la batalla presidencial.

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Su delicada salud -fue operado del corazón hace siete semanas- no le ha impedido saltar a la arena política en un momento crucial para las aspiraciones del senador John Kerry, que, a diferencia de Al Gore hace cuatro años, pidió sin tapujos a Clinton que se involucrara en su campaña.

Una espectacular puesta en escena ha acompañado la reaparición pública de Clinton. Bajo los acordes de No surrender, un tema de Bruce Springsteen, el ex presidente ha subido al estrado y ha respondido al entusiasmo con una frase redonda: "Si esto no es bueno para mi corazón, no sé qué puede ser bueno". Después ha arremetido contra las políticas de empleo, seguridad, sanidad y fiscalidad de Bush. "En ocho días, John Kerry nos devolverá el país", ha prometido. Con un lenguaje claro y llano, el ex presidente ha recordado que Bush y Kerry tienen "diferentes filosofías". El republicano "se centra en el miedo" y el demócrata, "en la esperanza", ha resumido.

La presencia de Clinton en Pensilvania no es casual. Este Estado, que ha perdido 70.000 empleos durante la presidencia de Bush, es clave en la contienda al estar las fuerzas allí muy igualadas. Los demócratas, que cuentan con la mayoría del voto en la región de Filadelfia -que recuperó el propio Clinton en 1992-, quieren que el ex presidente, adorado por los negros, sirva para sacudir la apatía que les caracteriza a la hora de votar. Las últimas encuestas han alarmado a los demócratas al reflejar un espectacular avance de Bush entre la minoría negra de Pensilvania, pasando del 9 al 18% en la intención de voto.

Antes de aparecer junto a Kerry en Filadelfia, Clinton ha pasado esta mañana por las cámaras de la cadena de televisión ABC. En el transcurso de la entrevista, el ex mandatario se ha mostrado cauto y no ha querido dar por descontado el triunfo de Kerry, ya que "estas son las elecciones más difíciles de predecir que jamás he visto". Para romper el empate que arrojan todos los sondeos, Clinton ha lanzado unos últimos consejos a su compañero de partido: que no busque "soluciones mágicas" sino que se emplee el poco tiempo que resta para apuntalar sus promesas electorales.

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El atractivo de Bill Clinton ya quedó claro hace meses, cuando el ex presidente convocó a miles de personas en una gira donde promocionó su autobiografía, Mi vida, rápidamente convertida en un best-seller. Y en julio, muchos lo consideraron la verdadera estrella de la convención del Partido Demócrata, donde opacó a Kerry con un discurso electrizante.

Schwarzenegger y Giuliani

Pese a criticar la reaparición de Clinton, lo cierto es que el Partido Republicano tampoco se ha quedado atrás y ha decidido hacer uso también de sus figuras más carismáticas. Uno de ellos, sin lugar a dudas, es el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, que hará campaña con Bush a finales de semana en otro Estado decisivo, el de Ohio. Y eso pese a las diferencias que ambos han mantenido en los últimos días en lo relativo a la investigación con células madre, algo de lo que es firme partidario el ex actor y que pretende impulsar en su territorio.

En todo caso, el primero en entrar en acción será Rudy Giuliani -el ex alcalde de Nueva York e importante figura para Bush por su liderazgo en los días posteriores a los atentados del 11-S-, quien hablará hoy mismo de seguridad y lucha contra el terrorismo.

Bill Clinton y John Kerry saludan a una audiencia entusiasta durante un mitin conjunto en Filadelfia.AP
La periodista Diane Sawyer, de la televisión ABC, entrevista a Bill Clinton en su casa de Nueva York.AP

La prensa, con Kerry

Hasta la fecha, 125 periódicos de EE UU se han posicionado públicamente a favor de Kerry, mientras que por Bush sólo apuestan 96, según el recuento realizado por la Asociación de Editores del país. Así, el demócrata le saca al actual presidente 16 millones de ejemplares de tirada. Pero eso no es todo: 32 de los rotativos que apoyaron a Bush en 2000 han cambiado ahora de opinión y piden el voto para Kerry, mientras que en el bando demócrata sólo se han sufridos dos bajas. Otros tres diarios que nunca han apoyado a un candidato progresista han querido mantener su tradición pero no apoyarán al republicano.

Entre las cabeceras más destacadas, The Washington Post y The New York Times han publicado sendos editoriales con el título 'Kerry for president'. Sin emabargo, en Ohio -donde se juegan 20 compromisarios-, el principal periódico, The Columbus Dispach, está con Bush. En Europa, donde no existe esta tradición, el Financial Times ha mostrado en su edición de hoy su preferencia por Kerry.

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