Condenado a cadena perpetua el compañero de crímenes del francotirador de Washington

Lee Boyd Malvo, de 19 años, pasará el resto de su vida en prisión, ya que no tendrá derecho a la libertad condicional

Una juez del Estado de Virginia ha condenado a cadena perpetua a Lee Boyd Malvo, uno de los dos francotiradores que sembraron el terror en el área de Washington en octubre de 2002. La juez Jane Marum Roush ha seguido al pie de la letra las recomendaciones del jurado, que pidió que Malvo pasara el resto de su vida en prisión. Ayer, otro juez de Virginia, en un proceso separado, condenó a pena de muerte a John Allen Mohamed, el compañero de crímenes de Malvo, y fijó para el próximo 14 de octubre la fecha para su ejecución.

El joven de origen jamaicano, que era menor de edad cuando se come...

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Una juez del Estado de Virginia ha condenado a cadena perpetua a Lee Boyd Malvo, uno de los dos francotiradores que sembraron el terror en el área de Washington en octubre de 2002. La juez Jane Marum Roush ha seguido al pie de la letra las recomendaciones del jurado, que pidió que Malvo pasara el resto de su vida en prisión. Ayer, otro juez de Virginia, en un proceso separado, condenó a pena de muerte a John Allen Mohamed, el compañero de crímenes de Malvo, y fijó para el próximo 14 de octubre la fecha para su ejecución.

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El joven de origen jamaicano, que era menor de edad cuando se cometieron los diez asesinatos de los que están acusados tanto él como John Allen Mohamed, no tendrá derecho a acceder a la libertad condicional, según la sentencia emitida hoy.

El veredicto del jurado, conocido el pasado 18 de diciembre, consideró a Malvo culpable de asesinato, terrorismo y posesión ilegal de armas por la muerte de Linda Franklin, una trabajadora del FBI que cayó fulminada por un tiro el 14 de octubre de 2002 en la localidad de Falls Church (Virginia).

Malvo admitió haber disparado contra Franklin, pero sus abogados esgrimieron el argumento de que lo hizo porque Mohamed, de 43 años, le había lavado el cerebro y le había convencido para disparar. No convencieron a nadie.

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