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LA POSGUERRA DE IRAK | La zona de conflicto

Al menos 80 muertos y 200 heridos en un atentado contra un lugar santo chií en Irak

El máximo líder religioso de la comunidad, Mohamed Báquer al Hakim, fallece en el ataque con coche bomba

La explosión de un coche bomba frente a la principal mezquita de la ciudad iraquí de Nayaf al final de la multitudinaria oración de los viernes ha causado al menos 82 muertos y 229 heridos, según fuentes médicas. Entre ellas se cuenta el máximo líder político-espiritual chií, el ayatolá Mohamed Báquer al Hakim, lo que puede quebrar el precario equilibrio en esta comunidad.

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La muerte de Mohamed Báquer la ha confirmado su sobrino, Mohsen al Hakim, que ha confirmado que la bomba estalló a la salida de la oración, poco después de que su tío saliera del mausoleo. Según esta fuente, fueron dos los coches bomba empleados por los terroristas. El secretario general de la ONU, Koffi Annan, y el Gobierno estadounidense, entre otros, han condenado el ataque.

Cerca de la base española

Estados Unidos ha cedido el control de la zona sur de Irak al mando polaco, bajo el que se encuadran los 1.300 soldados españoles en el país. Nayaf pasará en pocos días a manos de la sección hispanoamericana de la brigada Plus Ultra, bajo dirección española, aunque en esta ciudad sólo hay un puñado de soldados españoles encargados de garantizar el sistema de comunicaciones. El resto tiene su base en Diwaniya, a 50 kilómetros. Según el Gobierno español, ningún militar ha resultado herido en el atentado, extremo confirmado por el Pentágono.

La explosión ha tenido lugar frente a la mezquita que alberga el mausoleo de Alí, el fundador de la corriente islámica chií; si la ciudad ya es de por si considerada santa por esta circunstancia, este lugar es el vértice religioso de esta comunidad. En su interior dirigía la oración Mohamed Báquer, lo que convierte el lugar en un doble objetivo muy simbólico. El atentado tiene lugar además apenas unos días después de que el tío de Mohamed Báquer, el también ayatolá Mohamed Said, saliera ileso de un atentado en el que perdieron la vida dos de sus guardaespaldas y su chófer; en esa ocasión, una bomba artesanal hizo explosión junto a la oficina del líder religioso cuando descansaba en ella tras la oración del domingo.

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Lucha por el poder

Miles de personas se manifestaron entonces en Nayaf, 175 kilómetros al sur de Bagdad, en una muestra de rabia y ultraje por el atentado, del que muchos responsabilizan a miembros del antiguo régimen de Sadam Husein. Pero consecuencias de este atentado pueden ser devastadoras dentro de la comunidad chií (que constituye el 60% de los 25 millones de habitantes iraquíes), puesto que es previsible que el ataque dispare las tensiones internas por el liderazgo.

Estados Unidos ha explicado hasta ahora los atentados en Nayaf y alrededores como fruto de las tensiones entre distintos grupos de poder chiíes, en contraste con los ataques contra las potencias ocupantes, de los que responsabiliza a partidarios del régimen de Sadam Husein. La lucha de los líderes religiosos por conseguir la posición dominante en la comunidad chií ha desatado fuertes tensiones tras la caída del ex presidente iraquí, sobre todo entre los más ancianos, moderados, y los jóvenes de ideas radicales. Éstos últimos aparecen como sospechosos de gran parte de los ataques, incluido el del pasado fin de semana.

El ayatolá Mohamed Báquer al Hakim era el líder del Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Irak (CSRII), uno de los partidos con mayor número de seguidores, aunque había dejado la dirección política en manos de su hermano Abdelaziz. Era además miembro de una de las familias más influyentes de la comunidad chií de Irak; su hermano, Abdul Aziz al Hakim, es uno de los nueve miembros del Consejo de Gobierno provisional iraquí que presiden el país en turnos de un mes.

Críticas de los más radicales

Aunque Mohamed Said y Mohamed Báquer han mantenido algunas divergencias ideológicas, el primero nunca se ha mezclado en política y ha mantenido su influencia en el terreno de la religión a través de su pertenencia a la hawza, el seminario de Nayaf, la máxima autoridad religiosa de la rama del islám chií y una especie de Vaticano chií. Esta institución religiosa ha adoptado una actitud moderada hacia los ocupantes y ha pedido paciencia a la población, lo que le ha valido las críticas de los sectores chiíes más radicales.

El CSRII responsabilizó del atentado contra Mohamed Said a las tropas de ocupación: "Intentan traernos la paz con carros de combate en vez de contar con las fuerzas honorables de Irak", declaró durante el funeral por las víctímas el hijo de Abdelaziz. Por eso algunos de los asistentes al funeral acusaron del atentado a los seguidores de Múrtada al Sáder, un joven clérigo que intenta hacerse un hueco en la vida política iraquí y ha llamado a resistir la presencia de los soldados extranjeros. La oficina de Múrtada, hijo del reverenciado gran ayatolá Mohamed Sadeq al Sáder, asesinado por el régimen de Sadam en 1999, negó cualquier implicación.

El pasado abril, al poco de la entrada de las tropas norteamericanas en Bagdad, otro destacado miembro de la comunidad chií, Abdul Mayid al Joei, fue asesinado dentro del propio recinto del santuario de Alí. Al Joei pertenecía, como los Al Hakim, al sector más moderado del chiísmo.

Imagen del patio de la mezquita de Nayaf tras el atentado.
Imagen del patio de la mezquita de Nayaf tras el atentado.EFE

Un soldado de la revolución islámica

Mohamed Báquer al Hakim había regresado a Irak tras 23 años de exilio en el vecino Irán, desde donde ejercía una fuerte oposición al régimen de Sadam Husein. Báquer al Hakim ya es reivindicado como mártir por los suyos, que le califican como un "soldado de la revolución islámica".

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