Los afganos rinden el último homenaje al viceministro asesinado en Kabul
La comunidad internacional, conmocionada por el atentado
Mientras la comunidad internacional muestra su conmoción y su condena al asesinato, miles de afganos rienden su último homenaje al vicepresidente y ministro de obras Públicas Haji Abdul Qadir, tiroteado ayer en la capital. En la mezquita Eidga de Kabul ha tenido lugar una breve y multitudinaria ceremonia religiosa y, posteriorme cientos de personas han recibido sus restos mortales en Jalalabad, donde ha sido enterrado.
Así, cientos de afganos, entre ellos numerosos guerrilleros o muyahidín, han recibido en el aeropuerto de Jalalabad, al este de Afganistán, los restos mortales del vicepresidente afgano Abdul Qadir, asesinado cuando salía de su oficina en Kabul.
El cuerpo de Qadir ha llegado esta mañana a la capital de la provincia de Nangarhar, de la que era gobernador, en un helicóptero de la fuerza internacional de seguridad, junto con los restos de dos de sus guardaespaldas, también abatidos ayer.
Desde el aeropuerto ha sido trasladado hacia su domicilio en un vehículo militar, con un cortejo de 300 soldados, y más tarde ha sido enterrado en la tumba familiar, junto a su hermano Abdul Haq, que al igual que Qadir, fue un destacado dirigente de los muyahidín que lucharon contra la ocupación soviética en la década de los 80.
Antes de ser trasladado a Jalalabad, ha tenido lugar una breve y multitudinaria ceremonia religiosa en la mezquita Eidga de Kabul, a la que han asistido miles de personas, entre ellas el presidente, Hamid Karzai, miembros del Gobierno de transición y el ex rey Zahir Sha.
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha lamentado la pérdida de "un integrante destacado del gobierno y un pashtun", la etnia más grande del país, a la que pertenece también el propio Karzai y el ex rey y actual "Padre de la Nación", Mohamed Zahir Shah.
La muertde de Qadir amenaza de nuevo la frágil estabilidad de un país sacudido por decenios de guerra civil. Por ello, las autoridades del país se afanan por esclarecer el crimen y castigar a los culpables. Por el momento, los 10 guardaespaldas del ministro han sido detenidos por negligencia.
Una condena unánime
Qadir fue asesinado a las 12:40 hora local (10.10 hora española) de ayer en Kabul por dos hombres fuertemente armados que abrieron fuego contra el vehículo del vicepresidenteafgano cuando salía de su Ministerio. Sus agresores se dieron a la fuga en un automóvil. Horas después, el Gobierno afgano difundió un comunicado en el que califica el asesinato de "atentado terrorista" y a Qadir de "mártir"
El fallecido era un personaje polémico, un poderoso señor de la guerra del este del país y una de las principales, y escasas, figuras de la etnica pastún que lucharon contra el régimen de terror de los talibanes, como es el caso de Karzai.
Mientras tanto, la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, han expresado su condena y consternación ante el asesinato, el segundo desde la llegada al país de un Gobierno de transición el pasado diciembre. Así, el presidente George W. Bush ha mostrado su firmeza y compromiso con la estabilidad en Afganistán.
"Estamos más decididos que nunca a llevar la estabilidad al
país", ha afirmado Bush sin querer conjeturar si el asesinato de puede ser un atentado terrorista. "Podría ser eso, podrían ser los barones de la droga o viejos rivales ¿Quién sabe?", ha apuntado Bush de Kennebunkport (Maine).
El ministro de Exteriores británico, Jack Straw, ha calificado de "terrible e impactante" el asesinato, pero se ha mnifestado convencido de que no impedirá al Gobierno afgano "permanecer en el camino del progreso y de la reconstrucción". Straw llamó ayer por teléfono a su homólogo afgano, Abudlá Abdulá, para expresarle su pésame y hablar de las implicaciones del asesinato.
Por su parte, el Gobierno alemán se ha declarado "consternado" por el asesinato y ha pedido, en un comunicado del ministro de Exteriores, Joschka Fischer, que se aclare el origen y la motivación del crimen lo antes posible. Francia también ha expresado su repulsa por el "cobarde" asesinato en un momento en que el país acaba de dotarse de "nuevas instituciones".
Además, desde el otro lado del mundo, China ha condenado el atentado y ha manifestado su esperanza en que el proceso de paz en Afganistán no salga perjudicado.