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LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO

EE UU presenta por primera vez cargos contra uno de los detenidos tras el 11-S

El Departamento de Justicia acusa a Zacarías Moussaoui de conspirar junto a Bin Laden y los 19 terroristas que secuestraron los aviones

EE UU ha dado hoy un nuevo giro en la guerra declarada al terorrismo. El Fiscal general, John Ascroft, ha acusado a Zacarías Moussaoui, uno de los detenidos por los atentados del 11 de septiembre, de conspirar junto a Bin Laden y los 19 terroristas que secuestraron los aviones. Moussaoui, francés de origen marroquí, es la primera persona procesada en este país dentro de la investigación para esclarecer los sucesos del 11-S.

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Ashcroft ha afirmado que contra Moussaoui se han presentado ante un tribunal en el estado de Virginia seis cargos, cuatro de los cuales suponen como máximo castigo la pena de muerte, y que las 30 páginas que contiene el documento de procesamiento incluyen terribles acusaciones.

"Al Qaida hará ahora frente a la justicia de la que abjura", ha comentado el secretario de Justicia.

Moussaoui, detenido hasta ahora como "testigo material", levantó las sospechas de las autoridades estadounidenses porque había intentado seguir clases de vuelo un mes antes de los atentados.

Al parecer, no quería aprender ni a despegar ni a aterrizar, sino sólo a volar, y había recabado información sobre la dispersión de productos químicos y sobre aviones de fumigación.

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Las autoridades estadounidenses lo habían considerado como el posible miembro número 20 del grupo de secuestradores aéreos, pero el director del FBI, Robert Mueller, lo descartó posteriormente.

Las autoridades de Estados Unidos mantienen en custodia a unas 600 personas desde los atentados del 11 de septiembre, la mayoría por violaciones de las leyes de inmigración, y algunos de ellos están detenidos como "testigos materiales".

AP

Los árabes de Michigan no responden a la 'invitación' del FBI

La invitación del FBI dirigida a más de medio millar de árabes y musulmanes de Michigan para ser interrogados en el marco de las investigaciones sobre los atentados del 11 de septiembre no ha sido respondida por más de la mitad de ellos. Así lo ha anunciado un portavoz de la fiscalia de Detroit.

En Michigan, especialmente en Dearborn, la ciudad sede de la empresa Ford, vive el mayor número de árabes y musulmanes fuera de Oriente Medio, por lo que la investigación nacional tras los atentados terroristas del 11 de septiembre se ha concentrado en este estado.

Según la fiscalía, de las 509 cartas enviadas sólo 242 han recibido respuesta para concretar día y hora de entrevistas entre los afectados y los investigadores de la justicia.

Hasta ahora ya se han realizado un 60% de los interrogatorios. Los que no respondieron a las cartas recibirán visitas sin anunciar de agentes del FBI en sus casas.

La fiscalía general de EE UU anunció a finales de septiembre que entrevistará a 5.000 varones árabes y musulmanes entre los 19 y los 33 años en todo el país que residen con visados temporales extendidos hace menos de un año.

Grupos de derechos civiles han alegado que el procedimiento criminaliza a una minoría y que el método es, además, ineficaz ya que muchos no se presentarán frente a las autoridades por tener problemas de residencia.

Las entrevistas esperan dar luz sobre el reclutamiento de extremistas musulmanes en EE UU, entrenamiento militar, formación académica y recursos financieros de grupos terroristas, entre otros.

La inmigración árabe y musulmana a Dearborn se inició a comienzos de siglo cuando Henry Ford, el fundador del imperio automovilístico, ofreció un salario de cinco dólares al día a trabajadores internacionales.

En las últimas décadas han llegado inmigrantes y refugiados de países árabes y musulmanes que han sufrido de guerras civiles y regímenes represivos, como Líbano o Irán.

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