Los Verdes alemanes aprueban la misión de sus tropas en Afganistán
Fischer había planteado un órdago a su partido al vincular el visto bueno al envío de tropas a la permanencia en el Gobierno
El partido de los Verdes alemanes ha aprobado hoy, en su congreso federal de Rostock, la participación de soldados alemanes en operaciones en Afganistán y la permanencia en la coalición de Gobierno con los socialdemócratas. Joschka Fischer, la figura más destacada de los Verdes y ministro de Exteriores, había colocado a las bases de su partido ante el desafío de asumir la decisión de Gobierno de enviar tropas a Afganistán o regresar a las filas de la oposición en una especie de voto de confianza como al que se sometió el canciller, Gerhard Schröder, al Parlamento.
La mayoría de los 800 delegados de las bases ha dado indirectamente su visto bueno a la política de Fischer y de la cúpula del partido al aceptar sólo la votación de mociones favorables. En los congresos verdes se pueden presentar varias mociones sobre el mismo tema, que se van retirando por eliminación hasta que no quedan más que dos sobre las que se vota.
Las dos propuestas que habían llegado a la "final" en este congreso eran ambas iniciativas a favor de la permanencia en el Gobierno de Berlín y de la política exterior del Ejecutivo roji-verde, que incluye la puesta a disposición de tropas alemanas para misiones en Afganistán.
"Asumir decisiones dolorosas"
Fischer había dejado claro en su intervención ante los delegados que el rechazo de la política de solidaridad con Estados Unidos tendría por consecuencia el fin de la coalición de Gobierno.
El ministro, representante de lo que sus enemigos internos llaman "ala gubernamentalista" del partido, ha demostrado una vez más ser la "estrella" por excelencia de los Verdes en el congreso que esa formación celebra hoy y mañana en Rostock (este de Alemania).
En una vibrante intervención ante los delegados, Fischer desafió esta tarde a sus bases a "asumir de una vez" su responsabilidad como fuerza gubernamental, inclusive cuando implica "decisiones dolorosas" para un pacifista, como aprobar una intervención militar.
"Es hora de que nos aclaremos: o asumimos responsabilidades en estas decisiones, por difíciles que éstas sean, o volvemos a la oposición", ha señalado Fischer, para quien el partido no puede mantenerse por más tiempo en una posición ambivalente frente al Gobierno del que forma parte.
"No sé cómo lo veis vosotros, pero yo no puedo olvidar las imágenes del 11 de septiembre", ha añadido Fischer, que ha pedido a los delegados que se pongan "en la piel" de la población de Nueva York y traten de entender como se siente desde ese día.
Los atentados contra Estados Unidos suponen "un punto de inflexión" para toda la sociedad, ha afirmado el ministro, quien ha sentenciado -en respuesta a los recelos que despierta George Bush en sus bases- que "cualquier Gobierno, sea republicano o demócrata" hubiera reaccionado como lo ha hecho la actual administración. La intervención ha estado salpicada por abucheos, a los que Fischer ha respondido con sus habituales buenos reflejos frente a sus rivales.
