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Concha Velasco, 81 años como artista consagrada y lastrada por sus historias de amor

La actriz ha desvelado, tras 44 años de silencio, el nombre del padre secreto de su primer hijo: el director de fotografía Fernando Arribas

Concha Velasco en una imagen de septiembre de 2020 en Madrid.
Concha Velasco en una imagen de septiembre de 2020 en Madrid.Daniel Gonzalez (GTRES)
Maite Nieto

Concha Velasco sigue sobre las tablas con 81 años en un equilibro funambulista entre la pasión por la actuación y la necesidad de seguir haciendo caja para cubrir las deudas con Hacienda que ha tenido que saldar en los últimos años y que la han obligado a vender incluso su casa. Pero esta actriz que, como ella misma recuerda, se lleva solo unas horas de diferencia con Tina Turner y que, cada una a su estilo, han demostrado la misma energía y dominio del escenario, ha dado un paso en otra dirección y es noticia no por su trabajo sino por las revelaciones sobre su vida privada que realizó este fin de semana en Telecinco.

Allí, sentada frente a Jorge Javier Vázquez, afirmó que iba a contar algo que no había desvelado nunca y con el mismo desparpajo afirmó que lo hacía porque si no no la habrían llevado al programa, presuntamente cobrando una cantidad a cambio. La noticia que facilitó Velasco en exclusiva la había guardado para la intimidad de los suyos durante 44 años, los mismos que tiene Manuel, su primogénito, y no era otra que la identidad del padre de su hijo, a quien tuvo como madre soltera: el director de fotografía Fernando Arribas, quien falleció el pasado 24 de enero a los 80 años.

En realidad se podría hablar de un secreto a voces porque la relación entre el director de fotografía de películas como Divinas palabras, Las largas vacaciones del 36, Las verdes praderas o Las edades de Lulú era de sobra conocida aunque la decisión de no revelar que era el padre del primer hijo de Concha Velasco se respetó por parte de compañeros de profesión y prensa. La actriz realizó esta confesión en Sábado Deluxe de la forma más natural, la misma con la que contó que su hijo lo sabía desde hace años, que habían pasado con él en familia las Navidades de los últimos cuatro años, y que estuvo a punto de abortar porque en la época en la que se quedó embarazada ser madre soltera estaba mal visto y él estaba casado. “He sentido mucho su muerte porque era un hombre muy cariñoso y que me admiraba mucho. Estuve muy enamorada de él”, dijo Concha Velasco en el programa.

De él el director de cine José Luis García Sánchez dijo a EFE con motivo de su fallecimiento: “Era una gran persona, un gran tipo, creo que nadie hablaría mal de él y mira que es difícil eso en este mundo”. Y añadió: “Tenía una especial habilidad para casarse y divorciarse, yo fui padrino de un par de sus bodas. Famoso fue su amorío con Concha Velasco, ella quería un marido, pero Fernando no quiso casarse con ella y ella no quiso esperar a que resolviera su matrimonio”.

Lo que es casi una anécdota para quien es una de las actrices más queridas del cine español ha levantado ríos de pólvora. Para ella es uno de los amores de su vida, de quién hablo con cariño y negando que lo hiciera para pagar antiguas deudas con Hacienda, que afirmó estaban resueltas. Concha, Conchita Velasco como se la conocía hasta 1977, comenzó a estudiar ballet clásico, danza española y solfeo a los 11 años, tiene en su haber 137 premios, 16 discos, decenas de películas, series de televisión, obras de teatro de gran éxito y también haber sido la presentadora del programa de TVE, Cine de Barrio, durante casi una década, hasta septiembre de 2020.

Siempre ha dicho que “si fuera rica no trabajaría tanto” y que han sido las deudas las que le han obligado a estar más activa de lo que le gustaría, pero también hay un fondo de pasión por su oficio. La primera vez que se puso frente a una cámara fue en 1956 en La fierecilla domada, con Carmen Sevilla de protagonista y ella tuvo una única frase: “¡Oh, señora!, no os oímos llegar”. Precisamente fue a Carmen Sevilla a quien sustituyó como presentadora en Cine de Barrio 55 años después.

Concha Velasco y el director de cine Pedro Olea, flanqueados por los hijos de la actriz, Manuel (derecha) y Paco.
Concha Velasco y el director de cine Pedro Olea, flanqueados por los hijos de la actriz, Manuel (derecha) y Paco.ULY MARTÍN

Velasco iba para bailarina, fue vicetiple de la vedette argentina Celia Gámez, y obtuvo su primer papel protagonista en la película Las chicas de la Cruz Roja. Fue sumando títulos a su currículo y en los sesenta una canción interpretada por ella, La chica ye-ye, se convirtió en éxito e himno de una generación de mujeres que apostaron por la minifalda y por no comenzar a intentar alejarse de la imagen de mujer-florero, novia o señora de, a la que tenía acostumbrado el cine y la sociedad de la época.

Si en lo profesional las cosas le han ido rodadas a la actriz y con los años ha consolidado la calidad de su trabajo, que al final de su vida ha tenido papeles memorables en el teatro, no ha ocurrido lo mismo en su vida amorosa ni en su trayectoria como empresaria. Se enamoró del director de cine José Luis Sáenz de Heredia y lo dijo en la revista Semana en 1971: ”Vivo enamorada de un hombre que no puede casarse conmigo”. Él estaba casado. Después llegó el actor Juan Diego y a mediados de los años setenta Fernando Arribas, el padre de su hijo Manuel. Y vivió ser madre soltera con la naturalidad que le otorgaba ser famosa y estar bien pagada.

Ella misma ha contado que estuvo enamorada platónicamente del cantante Manolo Escobar durante muchos años y en el mismo entorno de trabajo conoció a quien ha sido su único marido, el actor Paco Marsó, padre de su segundo hijo, Francisco. Con él estuvo casada 28 años desde el 18 de abril de 1977, pero su relación pasional y cambiante, fue todo menos un camino de rosas. En 2005 llegó una separación anunciada y lastrada por deudas económicas derivadas de fracasos en la gestión empresarial de algunas de las producciones teatrales que emprendieron juntos y de las deudas contraídas con el fisco.

A lo largo de su dilatada carrera de artista, Velasco se ha arruinado en varias ocasiones y en todas ha estado presente Paco Marsó. Desde que se casaron él se dedicó en exclusiva a la producción escénica, fundamentalmente en aquellos proyectos en los que era protagonista Concha Velasco. “Nos metíamos en producciones carísimas, como Hello Dolly (2001), que no recuperábamos ni llenando”, confesó la actriz a EL PAÍS en 2012. Ella sin embargo era una de las actrices mejor pagadas y muchos medios han llegado a afirmar que de no ser por su exmarido, que falleció el 5 de noviembre de 2010, sería millonaria. La fortuna se esfumó pero Concha Velasco mantiene el título de señora del teatro, la calidad de sus interpretaciones y la modernidad de haber vivido la vida que quiso cuando las mujeres no tenían tan fácil poder hacerlo.

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Sobre la firma

Maite Nieto
Redactora que cubre información en la sección de Sociedad. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local de Madrid, subjefa en 'El País Semanal' y en la sección de Gente y Estilo donde formó parte del equipo de columnistas. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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