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Jacinda Ardern: primera ministra, madre trabajadora e ‘influencer’

La política es la gran favorita para las próximas elecciones de Nueva Zelanda por su eficaz gestión de la covid y por su carisma en redes sociales, donde es capaz de reírse de sí misma

Jacinda Ardern, en una conferencia en Wellington, Nueva Zelanda, en enero de 2020.
Jacinda Ardern, en una conferencia en Wellington, Nueva Zelanda, en enero de 2020.Nick Perry (AP)

Cuando su hija Neve cumplió dos años el pasado junio, Jacinda Ardern horneó un pastel en forma de piano que fue mucho más difícil de preparar de lo que ella esperaba. La primera ministra de Nueva Zelanda publicó un selfi al lado de su creación en su cuenta de Instagram, con el siguiente comentario: “Hay una lata de lentejas apuntalando esta cosa por detrás. ¡Feliz cumpleaños Neve! Gracias por ignorar todas las imperfecciones de la vida y ser una joya”. Y es que, desde que ocupó el cargo en el 2017, Ardern ha compartido con los neozelandeses los hitos y tribulaciones de combinar el poder con la maternidad, y ha agradecido varias veces ante el público el trabajo que hace su pareja, el periodista Clarke Gayford, que es el principal cuidador de Neve. En una entrevista a la prensa local, Gayford confesó que la llegada de la covid supuso un desafío para la familia, con días en los que Ardern no llegaba a casa hasta la medianoche para luego levantarse a las cinco de la mañana.

La capacidad para mostrar su lado más humano es uno de los atributos detrás de la elevada popularidad de la primera ministra, con quien el partido laborista confía en ganar las elecciones que se celebrarán el 17 de octubre. La diputada Priyanca Radhakrishnan explica a EL PAÍS por qué cree que su jefa despierta tanta admiración: “Ya hemos tenido tres primeras ministras en Nueva Zelanda, pero Jacinda hace política de forma diferente. Ella no ataca al oponente, sino que juega limpio, y combina la empatía con la fuerza. La gente se centra en su bondad porque es el aspecto novedoso, pero también es una líder que toma decisiones con garra”.

Jacinda Ardern no tiene apuros en mostrar sus flaquezas tanto en el ámbito personal como en el político. Cuando el coronavirus regresó a Nueva Zelanda a mediados de agosto, la primera ministra confesó sentirse “abatida” después de celebrar más de 100 días con cero casos de la enfermedad. Explicó a la prensa que se encontró mejor después de hablar por teléfono con la canciller alemana Angela Merkel. A pesar de tener ideologías políticas distintas, las dos líderes mantienen una cálida relación, hasta el punto de que cuando un periodista le preguntó “a qué líder mundial iría a visitar primero”, Ardern respondió: “Creo que no te voy a sorprender, es Merkel”.

El Gobierno neozelandés ha sido reconocido a nivel internacional por su estrategia de contención de la covid, que solo ha causado 25 muertos en un país de casi cinco millones de habitantes. Priyanca Radhakrishnan explica cómo la primera ministra antepone las vidas de los neozelandeses por encima de cualquier otra consideración. “No es fácil confinar a una ciudad, una región o un país porque el impacto económico es significativo, todos somos conscientes de ello. Pero para nosotros, escoger entre la gente y la economía es una dicotomía falsa, porque si pierdes la gente pierdes la economía”, afirma la diputada.

La región de Auckland, la más poblada del país, sigue en nivel de alerta elevada por la covid, con los actos públicos de la campaña electoral cancelados hasta nuevo aviso. Es por esta razón que las redes sociales se han convertido en campo de batalla para los líderes políticos. Jacinda Ardern aparece casi a diario en sus cuentas de Facebook e Instagram, y combina intervenciones formales donde promueve sus promesas electorales con unas conexiones mucho más informales, desde su casa y vestida con un chándal, con introducciones como esta: “Saludos a todos. Estoy delante de una pared vacía porque es el único sitio de mi casa que no está desordenado”.

La cuenta de Facebook de Ardern tiene 1,7 millones de seguidores, comparada con la de su rival, la líder de la oposición Judith Collins, que tiene 58.000. Ardern y su pareja no publican fotografías de su hija, pero comparten muchos detalles de su vida privada, como la vez que él tuvo que teñirle el pelo a ella (durante el confinamiento) o su fracaso cuando intentaron quitarle el pañal a la niña demasiado pronto. La líder laborista se ha convertido en una sensación en Internet gracias a su naturalidad ante la cámara, su carácter entrañable y la capacidad de reírse de sí misma, hasta el punto de que los medios de comunicación la llaman la “mayor influencer política del país” o “la primera ministra de Facebook”.

Aunque sirve de inspiración para mujeres en Nueva Zelanda y el resto del mundo, la primera ministra admitió en una entrevista que su deseo es “normalizar” la figura de la madre trabajadora. Cuando una niña se le acercó durante un acto de campaña, agarrando con las dos manos un cuento ilustrado sobre su vida, Ardern se paró unos minutos a charlar con ella y escribió esta dedicatoria en el libro: “Las chicas lo pueden conseguir todo”.

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