Nordés, la ginebra premium de origen gallego, apuesta por volver a lo esencial y lo que de verdad importa: esos momentos únicos en familia o con amigos, mientras se pueda seguir disfrutando de su compañía, donde se trata de sublimar lo cotidiano.
¿Y a qué sabe un Nordesiño? Esta bebida ligera (con menos alcohol que una copa de vino) se prepara en menos de tres minutos y consta de tres ingredientes: 25 ml. de Nordés gin, 50 ml. de vino albariño y 100 ml. de tónica, que podemos acompañar de un toque de limón y una brocheta de uvas blancas on the rocks. Un sumiller diría que el Nordesiño “sabe al viento atlántico que precede a los días de sol”, porque al fin y al cabo, Nordés es Galicia dentro de una botella. Pero si distinguimos ingrediente por ingrediente descubriremos primero una ginebra aromática y diferente, donde destaca su destilado con base de uva gallega albariño y aromas de albaricoque, jazmín y cítricos.
Se matiza con 11 botánicos macerados por separado: laurel, hierbaluisa, menta piperita, eucalipto, salvia y salicornia, todos ellos silvestres gallegos, acompañados de otros botánicos de ultramar: enebro, cardamomo, jengibre, té negro y flor de hibisco. El vino albariño en la receta del Nordesiño potencia precisamente la base vínica de Nordés, con un toque ácido y afrutado, que contrasta con la tónica neutra, refrescante, ligeramente amarga y con una chispa efervescente. El twist de limón despierta las papilas gustativas y el apetito, previo a una comida con amigos. Y por último, la brocheta de tres uvas blancas, le aporta un toque de color y además enfatiza el sabor a fruta blanca.
Si vivimos una época extraordinaria habrá que adaptarse y convertir lo cotidiano en algo extraordinario. Nordesiño se convierte así en una bebida llena de matices, capaz de sublimar el aperitivo, esa tradición que haga frío o calor, sea dentro o fuera de casa, podemos mantener con nuestros seres queridos. Necesitaremos una copa Nordesiño, a medio camino entre el vaso de vino y la copa de balón de gintonic, y suficiente hielo, gin, albariño, tónica, limón y uvas blancas. Si no tenemos una copa Nordesiño, siempre podemos utilizar una copa de vino. La experiencia gastronómica se completa con el picoteo del mediodía, sean tapas, pintxos o canapés que también podemos preparar fácilmente en casa.
¿Qué tapas maridarían bien con un Nordesiño? Sus toques herbales y cítricos son la combinación perfecta para acompañar unas tostadas de jamón ibérico, embutidos, quesos y todo tipo de patés sobre pan gallego. Pero también sorprenderá su maridaje con verduras, mariscos, pescados o escabeches. Si tenemos invitados por sorpresa y no nos ha dado tiempo a preparar nada, como fondo de armario, en este caso, fondo de despensa, no pueden faltar unas gildas, frutos secos o patatas fritas para improvisar un aperitivo.
Para aquellos sibaritas que quieran convertir ese picoteo informal en un pequeño delicatessen pueden buscar inspiración en los tres binomios chefs-cocteleros que han experimentado con Nordesiño para innovar en las tapas, todo con ingredientes de temporada y de proximidad. El binomio formado por el chef Pepe Vieira y el bartender Willy Gómez destacan la idea de “subir a otro nivel” algo que podría parecer tan sencillo como un aperitivo. El cocinero propone un maridaje con bonito, como homenaje a los pescados del norte, marinado previamente en una reducción de lima y pomelo, y ahumado en frío con virutas de limonero y curry de semillas de grelos. Si por lo que fuera no disponemos del tiempo suficiente para esta elaboración... también podríamos combinar el Nordesiño con una sencilla y clásica receta de bonito con tomate.
El chef Mario Sandoval y el coctelero Mario Villalón, por su parte, recuerdan la autenticidad de las tapas y el maridaje de sabores que reconocemos fácilmente, como los afrutados de los albariños y el toque amargo que sorprende. Sandoval propone como tapas unas “gildas texturizadas 2.0” con helado de piparra… que en la intimidad de nuestra cocina y en 10 minutos pueden ser sustituidas por las típicas gildas de guindilla en vinagre, anchoas en salazón y aceitunas verdes sin hueso. Por último, el chef José Carlos García y el coctelero Alejandro Sebastián evocan en Nordesiño los recuerdos de la playa y la brisa marina, con toques herbales que maridarían con un clásico ajoblanco, acompañado de mango y piñones. Estas son solo algunas de las propuestas para sorprender en la cocina, pero una de las grandes cualidades de Nordesiño es su versatilidad para maridar con diferentes tipos de ingredientes y propuestas gastronómicas. Las posibilidades son infinitas, así que solo queda elegir bien la compañía, salir al sol y disfrutar de los pequeños placeres de la vida.