John Hoffman (Michigan, 1957) vive en Estados Unidos, pero pasa mucho tiempo en Barcelona. Él es el consejero delegado de GSMA, la entidad que organiza el mayor congreso de móviles del mundo (Mobile World Congress), que se celebra la próxima semana en Barcelona. En la última feria logró reunir a más de 100.000 personas en la capital catalana, más de la mitad cargos directivos.
Pregunta. El Mobile World Congress (MWC) nació vinculado a la telefonía móvil, pero hoy es un gran foro en el que participan la industria financiera, el mundo educativo, la salud... ¿Cuál es el siguiente paso?
Respuesta. Siempre hemos estado focalizados en la movilidad. Y todos los negocios, grandes o pequeños, tienen algún tipo de componente de movilidad. Estamos viendo cómo en Estados Unidos los consumidores van de las tarjetas a los pagos a través del móvil, pero también vemos cómo sectores como el transporte están cada vez en esa vía. En el MWC tendremos a Seat, BMW o Mercedes, por ejemplo. Y eso también lo vemos en sectores como la salud, la seguridad o la industria con el Internet de las Cosas. Esa ha sido la evolución que explica la transformación del congreso desde una cita que iba estrictamente sobre móviles.
P. ¿Qué es lo nuevo en esta edición?
R. Vamos a ver más sobre la industria del entretenimiento, con compañías del mundo de la televisión por satélite, distribución de contenidos o los videojuegos.
P. Hay quien habla de una burbuja en sectores como el fintech o los videojuegos. ¿Está de acuerdo?
R. No puedo responder que sí o que no a esa pregunta, porque depende de los sectores y los países o regiones. En algunos casos he de decir que sí y en otros, que no. Por ejemplo, el sector de la salud es un buen ejemplo. En algunos países está abrazando todo tipo de actividades. En otros, como en Estados Unidos, donde la salud está mucho más regulada, es difícil ver que pase a todos los ámbitos de la misma forma que en otras regiones.
P. ¿Cuál es la huella real que ha dejado el MWC en España?
R. ¿Cómo han adoptado sus hijos los móviles? ¿Los usan mucho? Yo tengo problemas a veces con mi hijo de diez años para determinar cuánto es demasiado. No ve la televisión ya, lo hace todo por el móvil. Él ve vídeos de Youtube, lee noticias, ve espectáculos, consulta los resultados deportivos… Desgraciadamente no lo usa demasiado para educación a pesar de que la escuela empieza a hacerlo todo de forma electrónica. Él tiene su móvil, y en la escuela tienen un grupo de chat con el que se comunican para los deberes o juegos. Pero se comunican de forma electrónica. Mi mujer y yo discutimos cuánto es demasiado.
P. ¿Pero cómo ve la industria española?
R. Está haciendo mucho con la movilidad. Las principales compañías, como Seat, están haciendo mucho en tecnología, pero también el sector financiero, en especial bancos como la Caixa, o la salud, están muy involucrados. La Mobile World Capital realiza durante el año muchas actividades en ese sentido, en salud o big data.
P. ¿Está funcionando la Mobile World Capital?
R. Hay mucho que hacer, pero estamos logrando grandes progresos. Está muy focalizada en la parte de emprendeduría en innovación. Ellos tienen su fondo que invierte en muchas pequeñas compañías para hacerlas crecer.
P. La idea era convertir Barcelona en un pequeño Silicon Valley de la industria del móvil.
R. Está mejorando mucho. Hay muchas compañías más.
P. ¿Pero Barcelona es percibida como eso?
R. No aún, pero solo hace cinco años que es la capital del móvil y eso lleva tiempo. Yo quiero que Barcelona llegue allí, que tenga ese legado. Silicon Valley no nació con Apple o Google, lo hizo con pequeñas compañías. Tenéis un buen núcleo, pero hay que cambiar la cultura sobre emprendeduría, de asumir riesgos, la mentalidad sobre cómo triunfar cuando tienes algo en contra. Hay que construir una cultura como la que tienen otras ciudades como Tel Aviv sobre cómo emprender o superar obstáculos en España. Hay que cambiar esa mentalidad y asumir que se ha de fracasar algunas veces para poder tener éxito. Y eso es difícil de adoptar, porque la gente no quiere hacerlo mal. Pero ese es el espíritu emprendedor.
P. Este año parece que van a tener un MWC tranquilo, al menos sin huelga de metro. ¿La movilidad sigue siendo un problema en Barcelona?
R. ¡Espero que sea tranquilo! Nos sentimos muy bien al respecto. Incluso el año pasado pudimos usar el transporte público de forma extensa. El año pasado, el lunes fue mal. Ahí se nos juntaron dos cosas: la huelga de metro y varias manifestaciones en el centro de la ciudad, por lo que se complicaron algunas actividades por la tarde. Pero hubo servicios mínimos y a partir de ahí mejoró.
P. ¿La culpa fue de la alcaldesa de Barelona, Ada Colau?
R. No, las discusiones laborales son siempre complicadas. Nosotros no estamos ni de un lado ni del otro, sino que lo que deseamos es que se llegue a un acuerdo.
P. Pero el año pasado estaba enfadado…
R. Estaba decepcionado. Pero no con la alcaldesa. Ella es buena y su equipo trabajó duro para enderezar la situación.
P. ¿Cómo de cerca trabajan con el nuevo gobierno catalán?
R. Mucho, como con el anterior. Y hemos trabajado con tres diferentes desde que estamos aquí y con gobiernos a varios niveles.
P. ¿Han recibido alguna oferta para llevar el MWC a Madrid?
R. No.
P. ¿Y han pensado en llevarlo allí en algún momento?
R. No. Estamos comprometidos con Barcelona y tenemos un contrato hasta 2023.
P. ¿La restricción de abrir nuevos hoteles en el centro de la ciudad les afecta?
R. Ahora tenemos una buena capacidad hotelera. Nuestro cliente es muy senior. A nuestros visitantes les gustan los buenos hoteles. Vienen de más de 200 países de todo el mundo, el 57% de ellos el año pasado eran cargos directivos. Y Barcelona tiene muy buenos hoteles y de categoría, muchos de ellos renovados.
P. ¿Qué opina sobre la situación política en Cataluña?
R. Sí, como en Escocia u otros sitios… El GSMA considera que la opción de que la gente pueda decidir es apropiada y cualquier acuerdo al que puedan llegar los gobiernos de Cataluña y España tendrá sentido.
P. ¿Tienen buena relación con Donald Trump?
R. Nunca me han preguntado al respecto… Es un presidente interesante. Personalmente, desearía que no usara Twitter, porque Twitter parece confundir a la gente. Él usa Twitter a veces sin entender su impacto. Es mi presidente y debo apoyarlo. ¿Si siempre estoy de acuerdo con lo que dice o cómo lo dice? No.