Una newsletter sobre correr
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Una newsletter sobre correr
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¿En qué piensas cuando corres?
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¡Hola! Bienvenida a La zancada, la newsletter de EL PAÍS sobre correr más allá de tiempos, entrenamientos y superación. Si te han reenviado este correo y tú también quieres recibirla, puedes apuntarte aquí. En este primer número hablamos sobre qué piensan los 'runners' mientras corren y hacemos nuestra 'entrevista de carrerilla' a una gran corredora y periodista, Almudena Ariza.
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Quiero empezar esta primera entrega haciéndote una pregunta: tú, cuando sales a correr, ¿lo haces para pensar o para no pensar? A lo mejor nunca te lo habías planteado pero, si lo comentas con tus conocidos que corran, verás que las respuestas son muy variadas. Yo, por ejemplo, soy de los que aprovechan el rato que salgo a correr para darle muchas vueltas a las cosas, incluso a las del trabajo. Esta newsletter, de hecho, nació en un entrenamiento largo ahora que estoy preparando mi primer ultramaratón –más abajo os cuento más–. Pero no es así para todo el mundo: he preguntado a varios corredores y corredoras aficionados, de distintos niveles y edades, y me ha sorprendido lo variadas que son sus respuestas respecto a qué se les pasa en la cabeza cuando corren.
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Carlos Carrasco y Jimena Ruiz en la carrera El Derbi de las Aficiones, de Madrid. Foto cortesía de Jimena Ruiz
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“Aunque lo primero que siento al salir a correr sea una sensación de desconexión, con el tiempo me he dado cuenta que correr me ayuda a pensar mejor", me cuenta Carlos Carrasco, corredor de 32 años del club de atletismo Myrmidons. "Ahora aprovecho este momento para darle una vuelta a los temas que me preocupan. La pena es que, como entre semana salgo a correr después de trabajar, sin quererlo la inercia del día me lleva a pensar en el trabajo. Y normalmente llego con soluciones a problemas o con ganas de tomar alguna iniciativa".
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A mí me ocurre algo muy similar a lo que cuenta Carlos, pero hay casos bien distintos. También pregunté a mi compañera en EL PAÍS Alejandra Agudo, de 41 años, que comenzó a correr el pasado julio, se ha enganchado y ahora reflexiona sobre ello en su instagram @una_corriente. Como buena periodista, quiso comprobar sobre el terreno qué pasaba por su cabeza cuando corría. Hizo una salida de 40 minutos y después me escribió esto:
"No pensar es imposible, pero no suelo pensar en cuestiones de trabajo o en los problemas que pueda estar rumiando, sino en todo aquello a lo que el trabajo y los reconcomes no dejan espacio mental el resto del día. Y así desconecto de ciertas obligaciones y conecto con otros aspectos de la vida: el paisaje, mi respiración hasta la parte de atrás de mis pulmones y el propio movimiento de mis piernas y mis brazos, la música si es que voy escuchando música, o los sonidos a primera hora de la mañana o la última del día".
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Alejandra Agudo, en una de sus salidas a correr. Foto cortesía de Alejandra Agudo
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Jimena Ruiz, también integrante del club de atletismo Myrmidons, pareja de Carlos Carrasco y aficionada a la larga distancia, cuenta que "en la primera mitad de las tiradas largas hago un esfuerzo para pensar y distraerme, porque si no, sé que se me va a hacer muy largo. En la segunda mitad, intento centrarme solo en correr". Algo similar me contó Juan Díaz, de 47 años y miembro del Club de Triatlón Hellín (Albacete): "Cuando es una época en la que no estoy preparando carreras corro por el simple placer de correr y para despejar la cabeza", explica. "De hecho, noto cómo me relaja y me ayuda a desconectar. Cuando estoy preparando carreras, suelo pensar en temas relacionados con correr: los entrenamientos que estoy haciendo, las próximas competiciones… Pero no suelo pensar en temas del día a día".
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Juan Díaz, corriendo en el Medio Maratón de Hellín, Albacete. Foto cortesía de Juan Díaz
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Incluso Haruki Murakami, que tiene 0 premios Nobel y pero miles de kilómetros en sus piernas, reflexionaba sobre este tema en su ensayo De qué hablo cuando hablo de correr, en el que escribía:
"Mientras corro, tal vez piense en los ríos. Tal vez piense en las nubes. Pero, en sustancia, no pienso en nada. Simplemente sigo corriendo en medio de ese silencio que añoraba, en medio de ese coqueto y artesanal vacío. Es realmente estupendo. Digan lo que digan".
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Corredores que piensan y corredores que desconectan
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Pero, ¿por qué hay corredores que, automáticamente, arrancan a correr y se ponen a pensar y corredores que se centran solo en correr y en desconectar? “La respuesta la tenemos en su aprendizaje previo, y en una intencionalidad repetida durante muchos entrenamientos”, explican por correo electrónico Natalia Pedrajas, Psicóloga y Doctora en Estilos de Vida Saludable y directora de La Psicóloga en Casa; y Carla Rodríguez, Psicóloga especialista en emociones en el deporte, directora de la asociación Suelta los Frenos Psicología y Deporte. “Si el ejercicio en tu vida ha sido un momento para conectar o para desconectar no depende de que tengamos cerebros distintos, sino de cómo hayamos configurado lo que se hace en el 'momento carrera".
Según las especialistas, la predisposición a un estado u otro depende diferentes factores:
- El motivo por el que estemos practicando deporte.
- El estado personal en el que nos encontremos.
- La experiencia previa en el deporte ("un deportista experimentado que salga a hacer deporte podrá abstraerse más fácilmente de las demandas externas y las sensaciones corporales", cuentan).
Aunque por lo general no lo hagamos conscientemente, las psicólogas me han contado algunas pautas para que los 'runners reflexivos' puedan desconectar y viceversa:
"Primero nos tenemos que preguntar, ¿tenemos otras formas o espacios en nuestra vida para reflexionar? Si no los hemos creado, posiblemente la carrera sea un buen momento, ya que el ejercicio físico automatizado (cuando no tienes que pensar qué haces, simplemente corres de forma automática y no piensas cómo estás corriendo) consigue liberar un espacio en nuestro cerebro perfecto para que el hipocampo se centre en lo que mejor sabe hacer, la evocación de recuerdos y la consolidación de los mismos.
El hecho de correr por un entorno conocido, o salir con un tema en la mente sobre el que queremos pensar mientras nos movemos hace que se favorezca esa reflexión. Si lo que queremos es centrarnos en la carrera, deberemos trabajar conscientemente el llevar la atención a aspectos concretos de la misma, variando del exterior (sonidos, colores, el tiempo, las personas, el entorno, etc.) a nuestras sensaciones corporales de respiración, latido, sensación de la musculatura, posición de nuestro cuerpo… Es importante alternar porque no podremos mantener durante mucho tiempo la atención en unos elementos sin empezar a despistarnos, momento en el que nuestros pensamientos alternativos y autodiálogo pueden entrar en acción".
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Entrevista de carrerilla con... Almudena Ariza
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Almudena Ariza, además de ser una de las periodistas más icónicas de toda la televisión española y tener, como dice mi compañera Luz Sánchez Mellado, más de cinco folios de currículum, lleva más de 11 años corriendo y participando en carreras populares. Es la prota del primer Cuestionario de carrerilla, una entrevista de preguntas igual que sus protagonistas: ¡rápidas!
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Almudena Ariza, en una carrera popular. Foto cortesía de Almudena Ariza
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Empecé a correr porque... Me tocó cubrir una maratón en Nueva York -era corresponsal en la ciudad- y me quedé enganchada. Por un lado, me fascinaron las historias de la gente corriente que se lanza a completar una carrera de larga distancia como esa. Hay mucha épica en ello. Y también me deslumbró el ambiente: más de dos millones de personas en la calle vibrando con entusiasmo ante miles de corredores anónimos a los que la ciudad trata como héroes. Es una fiesta increíble. Entonces me dije que tendría que vivir eso en primera persona, estar ahí y sentir esa felicidad que veía en la cara de los corredores cuando cruzaban la meta. Y a los pocos días empecé a correr; un año después terminé mi primera carrera de 10 kilómetros, luego llegaron las primeras medias maratones y tres años más tarde, me estrené como maratoniana en Madrid. Y mi gran sueño lo cumplí más adelante: corrí tres años la maratón de Nueva York. He completado también las maratones de Barcelona y Valencia, experiencias ambas inolvidables.
Correr, ¿en silencio o con cascos? Siempre con música y con música de salsa (en un 99%). He hecho playlists para los entrenamientos, para cada una de las carreras y otras relacionadas con las ciudades en las que he vivido. Las podéis encontrar en mi sesión de Spotify. ¿Y por qué salsa? Soy muy salsera y bailo desde hace muchos años. En cuanto escucho salsa se me mueven los pies. O sea que me anima mucho para correr.
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Haz clic en la imagen para ir a una de las listas de salsa para correr de Almudena Ariza.
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Mi entrenamiento favorito es… Sábado por la mañana muy temprano: correr por la ciudad cuando aún está despertando. Temperatura fresca: pero ni frío ni calor. Hacer una distancia larga sin mucha prisa, sintiendo el esfuerzo, pero disfrutando cada kilómetro. Y después volver a casa a buena hora para un copioso desayuno. Y empezar el finde con la sensación de “he hecho los deberes”.
Mi carrera favorita es… La maratón de Nueva York. Es un acontecimiento único e inolvidable. Te marca para siempre. La última maratón que he corrido ha sido la edición de los 50 años de esa emblemática carrera y fue después del covid. Yo estaba un poco más floja pero… terminé bien. Fue espectacular.
Si solo pudiera competir en una distancia, sería… Media maratón. Se disfruta casi tanto como la maratón pero exige mucho menos esfuerzo de entrenamiento; no tienes que planificar tanto.
¿Correr solo o acompañado? Siempre sola. Es mi momento. Me gusta estar conmigo y desconectada de todo lo demás.
Cuando corro, pienso en… A veces no pienso, simplemente corro, disfruto y voy en modo “meditación”, dejándome llevar, saboreando el camino. Otras veces pienso mucho y se me ocurren ideas, soluciones para enfrentar problemas; me siento más lúcida cuando corro, más serena y hasta más optimista. Yo siempre digo que correr me mejora el día.
Mi sitio favorito para salir a correr es... Central Park, porque es el lugar en el que más he entrenado. El lugar donde empecé a correr, donde hice mi primera carrera y el que conecta con la ciudad en la que he vivido casi ocho años y donde he sido muy feliz. Nueva York es la ciudad que me hizo enamorarme del running y Central Park es ya un símbolo en mi vida.
Lo que menos me gusta de correr es… Cuando tienes alguna molestia y piensas: ya ha vuelto ese dolor. Y te empieza a aparecer el fantasma de alguna lesión, de que algo va mal e imaginas lo que viene después, que quizás es parar de correr.
Y lo que más me gusta de correr es... Siento que es un regalo que me hago a mí misma. Me gusta la sensación de domesticar la voluntad, de vencer la resistencia (tu cabeza siempre te boicotea y te obliga a pensar que estás mejor en la cama) de ganar la partida a la pereza. Y cuando ya estás en la calle te dices: ¿ves qué bien? Pues ahora… a disfrutar.
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Y yo ando corro en...
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Como había comentado al inicio, la idea de esta newsletter nació en un entrenamiento de la carrera que estoy preparando ahora mismo: Transvulcania 2025, la que será mi primera ultramaratón de montaña (73km y 4.300 metros de ascenso). Fui a cubrir esta carrera de la isla de La Palma en el año 2016 para la revista Corredor De Montaña, lloré de emoción viendo la salida y me prometí que la correría en algún momento de mi vida. Y, casi 10 años después, llegará el momento. Así que por el momento me he puesto a las órdenes de un entrenador, he empezado correr más largo de lo que acostumbro (y a dolerme más cosas que de costumbre) y este verano tendré mi primera cita con una carrera que supera la distancia de maratón, La Vuelta al Aneto (55 kilómetros y 3600 metros de ascenso). Os iré contando y, si tenéis algún consejo o idea que darme, ¡soy todo ojos! Escríbeme, que te leo.
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Y con esto nos despedimos hasta la próxima. Si te ha gustado esta carta y quieres ayudarnos a crecer, puedes reenviársela a tus conocidos o decirles que se apunten aquí para recibirla.
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PABLO CANTÓ
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Forma parte del equipo de Redes Sociales de EL PAÍS. Trabajó durante cinco años en Verne, la sección dedicada a la cultura digital de este diario, y actualmente se encarga junto a Anabel Bueno de coordinar y escribir su boletín quincenal.
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