El proceso de creación cinematográfico es complejo. Y largo. Desde que se pone en marcha un guion hasta que se estrena una película pasan años. Así que eso dificulta a los creadores autores que muchas películas estén atadas a la realidad: cuando llegan a las salas, lo mismo el problema retratado ha quedado atrás o ha incrementado su fuerza. Las películas se hacen cuando se pueden hacer... y se estrenan cuando se pueden estrenar. La actualidad va por otro lado. Y a veces te fulmina: un gran ejemplo fue el estreno de Uno, dos, tres, de Billy Wilder, película que fracasó en taquilla porque ya se había construido el muro de Berlín y radicalizado el enconamiento entre los dos bandos de la guerra fría. No había cuerpo para comedias.
Toda esta parrafada viene a colación por una ola de cine actual que habla de nuevas maternidades, mostrando un enorme cambio social que se ha dado tanto en ese hecho, que ya ha dejado de ser meramente biológico, como de los géneros: por fin ha reventado el binomio masculino-femenino para reconocer otras realidades presentes, fluidas, que también se están asomando en el cine. Hay ahora en cartelera varios filmes que tocan o abordan las nuevas maternidades, gracias a que, como explica Pedro Almodóvar, que durante años ha reflexionado en su cine sobre ello, y que ahonda en ello en Madres paralelas, “en la sociedad actual, las nuevas familias a veces ni requieren un sustrato sexual”. Junto al filme español, en los cines puede verse Titane, de Julia Ducournau, Palma de Oro del último Cannes; Annette, de Leos Carax; y en el festival de Sitges ganó la islandesa Lamb, que se estrenará el 26 de noviembre. Además, otros títulos cuestionan la maternidad tradicional, como Petite maman, de Céline Sciamma; Distancia de rescate, de Claudia Llosa, que adapta la novela homónima de Samanta Schweblin... Incluso Spencer, de Pablo Larraín, que retrata el fin de semana en que Lady Di decidió que había llegado el momento de divorciarse del príncipe Carlos, indaga en esa faceta de Diana Spencer como motor revolucionario. Para el español, "el cambio actual es que la mujer que quiere ser madre ya no necesita mantener relaciones sexuales ni siquiera estar casada para tener hijos. Y eso aporta nuevos modelos de familia, que no requieren de sustrato religioso, el habitual en España, ni sexual”. Por eso, el cineasta define el único cimiento obligado de cualquier familia: “El amor a una criatura y la disposición a criarla sin que nada le falte. Ese amor se puede manifestar de muy distintos modos, y el cine levanta testimonio de ello”.
Este movimiento arrancó hace casi una década en el género fantástico y de terror, “que se atrevió a hablar del miedo de una madre a no ser querida por sus vástagos o al terror a no quererlos o a no sentirlos como hijos”, como advierte Desirée de Fez, crítica cinematográfica y autora de Reina del grito (Blackie Books). Eso sí, las nuevas “escapan al tema en sí, ganan en complejidad y en mayores reflexiones”, explica De Fez. Elisa McCausland, autora de Wonder Woman: El feminismo como superpoder y de Supernovas. Una historia feminista de la ciencia ficción audiovisual, apunta:“Todos esos títulos son sintomáticos del presente en que vivimos, de la necesidad de debatir el tema hoy. Y al final subyace otra reflexión: quién posee el control de esa plusvalía que es el mañana y que es la especie, como en El cuento de la criada”.
Es muy interesante porque incluso puede ir en contra de las mujeres, como explica Claudia Llosa, la directora de Distancia de rescate: "La maternidad emana un simbolismo que muchas veces va en contra de las mujeres en, por ejemplo, las leyes sobre el aborto”. Todas ellas y los directores apuntados han aportado su granito de arena a este reportaje, que espero que os interese.
La generación videoclub
El cinéfilo, sobre si todo si en realidad es muy cinéfago (y yo lo soy), pierde muchas horas en sus búsquedas. Ahora, ante una pantalla, desplazando el ratón por los menús de las plataformas digitales. Antes, frente a las estanterías de los videoclubs. En España, donde en su apogeo parecía haber uno cada dos manzanas (y tiendas de chuches, otra bonita plaga), quedan menos de 300, pero una generación de cineastas alimentó sus ansias de saber con el material que asomaba en sus baldas. A ellos ha dedicado el periodista y crítico Xavi Sánchez Pons el libro El almanaque del vídeo. Historia gráfica y oral de la era del videoclub. Y sobre este fenómeno ha escrito mi compañero Iván Vila este estupendo reportaje, en que también apunta: "Si los cineclubs y las salas de arte y ensayo forjaron a generaciones de analistas en los sesenta y setenta, desde los ochenta muchos se formaron entre aquellas estanterías de los videoclubs que Sánchez califica de “pequeñas exposiciones de cultura pop”.
Hablando de viejas glorias: el caso Baldwin, con la muerte accidental de la directora de fotografía Halyna Hutchins en el rodaje de Rust le lleva al corresponsal de EL PAÍS en Los Ángeles Luis Pablo Beauregard a recordar las bases ideológicas del wéstern, un género clásico en el cine: "Las pistolas han absorbido los valores que el wéstern ha proyectado desde hace un siglo". Lo cuenta aquí para retratar que en el imaginario colectivo estadounidense la libertad, la conquista de terrenos inexplorados y el afán de aventura que alimentaban el wéstern han acabado asociados a las armas. Un viaje ideológico que ha finalizado en unas consecuencias humanas terribles, en forma de vidas perdidas por armas de fuego en EE UU: en 2019 fueron 38.000.
Creadores excepcionales
Antes de pasar a los estrenos, dos entrevistas a sendos cineastas muy interesantes. Hoy se estrena en España La ruleta de la fortuna y la fantasía, la primera de las dos obras maestras que esta temporada presenta el japonés Ryûsuke Hamaguchi, que en la carrera a los Oscar tiene Drive My Car, adaptación de un cuento de Miyazaki. Como narrador, a Hamaguchi le gusta reflexionar sobre lo inesperado, sobre los encuentros fortuitos: “El azar es el mundo. No existiríamos sin él”, explica. “Ahora bien, ¿cómo lo incluyes en una narración cinematográfica? Al final concluí que solo podía hacerlo con estas historias encadenadas, para que el espectador siga las pistas”, en La ruleta de la fortuna y la fantasía. Y ahonda en esta entrevista: “¿Qué ves en pantalla? Una plasmación del misterio a través de los silencios y los extrañamientos”. Puede que este 2021-2022 el mundo del cine haga justicia por fin a Hamaguchi.
El otro es el italoamericano Jonas Carpignano, cuya Para Chiara se proyecta este domingo en el festival de cine europeo de Sevilla (desde donde os escribo), antes de su estreno comercial. Para Chiara cierra su trilogía sobre Calabria, y la protagoniza la Chiara del título, que lleva a sus 16 años, una vida plácida de adolescente en Gioia Tauro, una pequeña ciudad con un importante puerto comercial en la costa calabresa. Durante el 18º cumpleaños de su hermana mayor, su padre se muestra taciturno, alicaído. Al día siguiente desaparece y deja a Chiara sumida en dudas... hasta que descubre que su progenitor es un mando medio de la ‘Ndrangheta, la mafia de Reggio Calabria. En feliz definición de un crítico británico, Para Chiara es como si Los Soprano fuera contada por Meadow, la hija mayor de Tony. A Carpignano la frase le hizo mucha gracia en esta entrevista realizada vía Zoom el pasado martes: “En realidad, Meadow sí sabía a qué se dedicaba su progenitor. Chiara no, y su padre además no es un capo. Aunque es cierto que he usado a una adolescente porque es el momento vital en el que se construye el carácter individual, en el que el ser humano aprende a desenvolverse en el mundo. Chiara se maneja en un mundo global de redes sociales, y a la vez su destino está marcado por su comunidad, por cosas que no conocía. Sabe mucho y a la vez conoce poco”.
Estrenos de la semana
Aquí vamos con cuatro lanzamientos.
SANTOS CRIMINALES. Alan Taylor
La película de la semana para Carlos Boyero, que escribe sobre esta precuela de Los Soprano: "La sitúan en la década de los sesenta, cuando Tony Soprano es niño y adolescente, cuando el gansterismo de los negros quiere plantarle cara a la mafia blanca, durante las revueltas de Newark. Aparecen los padres y las hermanas de Tony, pero el auténtico protagonista es su tío Dickie Moltisanti, el padre de Christopher, aquel desaparecido señor del que hablaba reverencialmente Tony en la serie. Y no es tan maligno como lo que vendrá después. Intenta dotar de cierta cordura y humanidad a su delictiva empresa. No le sobra el encanto. La película no posee ninguno. Sus dos horas de metraje se me hacen eternas. La historia es tan grisácea y aburrida como la fotografía que la ilumina. Te desinteresas de los personajes y de lo que les ocurre. La mayoría de ellos no son creíbles, carecen de fuerza, parecen una mala caricatura de aquellos que vimos en la serie. Todo es un anodino desastre".
LA RULETA DE LA FORTUNA Y LA FANTASÍA. Ryûsuke Hamaguchi
Elsa Fernández-Santos explica sobre esta joya: "Tres intérpretes, el asiento trasero de un taxi, el espacio impersonal de una moderna oficina y una coqueta cafetería le sirven al cineasta japonés Ryûsuke Hamaguchi para desplegar una puesta en escena en apariencia fría, pero tórrida a través de la que los fantasmas del pasado y del desamor se abrirán paso entre diálogos de una soterrada violencia y un larvado rencor".
ETERNALS. Chloé Zhao
Javier Ocaña apunta: "¿Por qué razón alguien como Zhao, afianzada en la élite del arte de autor americano, decide aceptar una oferta tan extravagante como la de Marvel? Y, más allá, ¿cuáles son las intenciones de la poderosa casa de los superhéroes, parte integrante además del aún más opulento imperio de Disney, para reclutar a la directora? En el primer caso, aparte del dinero, consustancial y quizá siempre relevante y comprensible, está el reto; eso sí, también el riesgo. En el segundo caso, de nuevo con lo temerario por delante, quizá se encuentren los muy llamativos esfuerzos de Marvel por la diversidad, tanto en cuestión de género como de multiculturalismo".
TRES. Juanjo Giménez
También Ocaña escribe "Podría definirse como un thriller mental, o como una intriga psiquiátrica, que no psicológica, sobre una mujer a la que se le viene abajo la sincronía de la vida: poco a poco empieza a oír los sonidos y las conversaciones con cierto retardo. Al principio con apenas unos milisegundos —un par de frames, fotogramas, según la descripción de la película; de nuevo, el metalenguaje—. Con el paso de los días, de más de un minuto. Que la protagonista sea una prestigiosa técnica de sonido amplifica el enigma, y la hermana en cierto sentido con algunos grandes títulos de la historia del cine en su trama principal, aunque nunca en el tono. De nuevo, Giménez va por libre: qué nueva, original e indescifrable parece siempre Tres".
Un abrazo a todos. Para cualquier consulta, en Twitter soy @gbelinchon
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