Hola, soy Ana Marcos, redactora de Cultura en EL PAÍS.

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Te quiero compartir una de las tantas reflexiones que me hago a mí misma diariamente en el trabajo. Recibo decenas de emails con propuestas para publicar en la sección de Cultura del periódico. Es sencillo distinguir las que encajan, las de agenda obligatorias, incluso las que en apariencia no parece que puedan tener un hueco, pero que luego si "le das una vuelta" (una de las frases favoritas de los responsables de los medios) se convierten en "un tema" (otra de las afirmaciones más repetidas en las redacciones aunque no siempre se lleven a término).

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Esta misma mañana me ha llegado la información de que el Museo del Prado cuelga a partir de este miércoles 30 de octubre en una de sus salas dos obras del artista Johannes Hispanus. Las piezas están dedicadas a la historia de Cimón e Ifigenia, una de las novelas incluidas en el Decamerón de Boccaccio.

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Al ver las imágenes de las telas, hay poca duda de su calidad y de las ganas genuinas que me han entrado de ir al Prado inmediatamente. Al revisar la historia de estos dos personajes me han surgido otras dudas que os comparto para ver si me podéis echar una mano.

El autor es muy relevante: un pintor español activo en la Italia cuatrocentista.

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La temática también tiene su interés al ser profana y salir de una obra literaria de importancia que se une al hecho de que se mezcle con las doctrinas neoplatónicas que circulaban en los círculos humanistas de la Florencia de finales del siglo XV.

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¿Y la historia de seducción? ¿Cómo la cuento?

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El relato breve, resumido, es que Cimón, un noble pero inculto joven chipriota, se encuentra con Ifigenia, se enamora, y decide convertirse en un noble educado en la filosofía, pero también en las artes de la guerra, para conquistar su amor. Al ser rechazada su petición de mano porque ya estaba comprometida por otro noble, emprende una batalla que implicará hasta un secuestro por ¿amor?

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Te dejo este resumen que hacen Dulce María González Doreste y Francisca del Mar Plaza Picón en Estereotipos femeninos desde la antigüedad clásica hasta el siglo XVI.

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Cimón ante la belleza de Ifigenia, que se asusta al verlo, hace que solicite a su padre Aristipo un preceptor para que lo eduque y lo convierta en un hombre “civil”.13 De este modo Cimón llega ser un buen filósofo, un sabio y experto no solo en ciencia, sino también en el arte de la guerra y en el uso de las armas, hasta el punto de que no había hombre tan valiente en Chipre. Cuando le pide al padre de Ifigenia la mano de esta en matrimonio, aquel le informa de que ya ha sido prometida a un noble de Rodas, Pasimundo, que viene a buscarla en barco. Cimón, impulsado por el amor a Ifigenia, ataca el barco que la transporta y la secuestra. Una tormenta los arroja a las costas de Rodas, donde son apresados y encarcelados. Ifigenia es liberada para casarse con Pasimundo, pero el magistrado rodio Lisímaco pone en libertad a Cimón para que le ayude a rescatar a su amada, que es la prometida del hermano de Pasimundo, y en el enfrentamiento armado que tiene lugar, Cimón da muerte a Pasimundo, recuperando de nuevo a Ifigenia. Finalmente arriban a Chipre donde se casan y Cimón es honrado y alabado por los chipriotas.

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Muchos teóricos de este relato plantean que todo lo que hace Cimón se justifica por el amor transformador. Es decir, de alguna manera ponen en valor que un hombre sea capaz de cambiarlo todo por una mujer. Y no al revés. Por otro lado, con tal de hacerla suya, es capaz de ir hasta la guerra, cueste lo que cueste. De alguna manera también ejemplifica la frase "el que la sigue la consigue" con toda la problemática que encierra este dicho.

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No pretendo en este boletín dudar del valor de estas dos piezas y cómo contribuyen al discurso museístico del Museo del Prado. Pero, ¿creéis que sería necesario que estos dos cuadros no hablaran solo por su calidad, belleza, la maestría de su autor y su contexto histórico y pictórico?, ¿una o varias cartelas explicativas contribuirían a la narrativa de estas obras?, ¿sería incluso conveniente una de esas maravillosas e interesantes charlas que programa el museo?

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Si podéis y os apetece, os escucho en amarcos@elpais.es

• Antonio Lorenzo, retrato de un pintor con ideas. Una exposición que muestra su trabajo como pintor y grabador donde es relevante el dibujo y color en sus composiciones que incluyeron estructuras tubulares, metales, mallas u objetos y piezas escultóricas como máquinas fantásticas e inútiles. Desde el 24 de octubre hasta el 26 de enero, en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca.

• Saul Steinberg, el artista con muchos artistas dentro. La Fundación Juan March dedica una gran retrospectiva al ilustrador rumano-estadounidense, maestro del dibujo lineal y fino retratista de la identidad humana.

• Flow States, la trienal que redefine el arte latinx y su historia global.

  La muestra en el Museo del Barrio de Nueva York presenta el trabajo de 33 artistas, emergentes y consagrados. 

• Bénédicte Savoy: “En España veo mayor reticencia a abordar las cuestiones coloniales”. Especialista en la devolución del arte africano, la historiadora francesa pronunciará una serie de conferencias en el Museo del Prado sobre la restitución de las obras expoliadas.

• Los ricos gastan menos en arte: las compras de grandes coleccionistas bajaron un 32% en 2023. Pese a la estabilidad del sector y los buenos resultados de las ferias del otoño en París y Londres, un informe apunta a una mayor precaución entre los compradores más adinerados.

• Vivir en siete metros cuadrados. Los estudios Star Strategies + architecture y Board han diseñado Cabanon, el miniapartamento más grande del mundo.

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Nos volvemos a leer en 15 días. Gracias por seguir al otro lado. Un abrazo.