¡Hola! Ya vamos por el tercer número de Americanas y queremos agradecerles a todos los que nos han acompañado en estas tres semanas en este nuevo boletín sobre género y feminismo. Si les gusta, no se olviden recomendárselo a otras personas que crean que lo pueden disfrutar también. Aquí está el enlace para suscribirse.
Este domingo, inspirada por una de las amigas que me ha traído hacer periodismo en América, quiero hablar de las primeras veces. A Marta del Vado, periodista de la Cadena Ser, la conocí en La Guajira colombiana. Después coincidimos en Estados Unidos donde la vi trabajar incansablemente para narrar los agitados años de la presidencia de Donald Trump. Ahora acaba de regresar a Madrid para presentar el programa La Ventana, uno de los de más audiencia de la radio española, y ha aprovechado su primera vez en ese espacio para que se escuche la voz de otra periodista cubana que tiene mucho que contar, Mónica Baró, quien habló de cuando tuvo que hacer sus maletas para poner rumbo al exilio.
Este año, Mónica se fue a España por temor a acabar presa simplemente por hacer su trabajo de reportera y contar lo que pasa en la isla, algo que en Cuba está prohibido si no lo haces en los medios estatales. A ella, escribir de su país le llevó a sufrir “una fuerte violencia política y acoso” y a ser multada por sus publicaciones en redes sociales. Ese primer programa no solo me inspiró por el emotivo discurso de presentación en el que Marta habla de esas primeras veces en las que sigues adelante “aunque la voz y las piernas te tiemblen”, sino por cómo las mujeres podemos aprovechar los espacios que nos vamos abriendo para dejar la puerta abierta para otras y entre todas ir rompiendo los techos de cristal.
Según un informe del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicado en marzo del año pasado, una niña nacida hoy necesitaría más de 200 años para tener las mismas oportunidades, salario, derechos y poder que los hombres. Entre los factores que mantienen esa brecha de género están las ideas machistas que persisten de muchas maneras en nuestra sociedad —en hombres y mujeres— y que, según le dijo Raquel Lagunas, una de las asesoras de ese organismo, a mi compañera Alejandra Agudo “son inhibidores de oportunidades”. “Por ejemplo, a partir de los 12 años, las niñas empiezan a levantar menos la mano en clase; con lo que se restan posibilidades de expresar sus ideas. Es tres veces más difícil para las mujeres llegar a ser políticas por barreras externas, pero también por sesgos propios", explicó.
Los techos de cristal que impiden avanzar a las mujeres en muchos ámbitos de nuestra sociedad tienen grietas que se van abriendo poco a poco. Esta semana, Kamala Harris se convirtió durante algo menos de una hora y media en la primera presidenta de Estados Unidos, mientras Joe Biden se sometía a un procedimiento médico. La noticia puede resultar anecdótica, pero con su investidura en enero como vicepresidenta rompió varios techos de cristal: es la primera mujer y la primera de una minoría étnica (negra y asiática) en jurar como número dos de la Casa Blanca. “Estoy aquí gracias a las mujeres que vinieron antes”, dijo entonces. Esta semana también hemos tenido en las páginas de EL PAÍS a pioneras en diferentes ámbitos. Nuestra corresponsal de Cultura, Camila Osorio, entrevistó a Raquel Coronell, la primera latina en dirigir el periódico de la universidad de Harvard, el Harvard Crimson, una publicación que en el pasado dirigieron o editaron los expresidentes de Estados Unidos John F. Kennedy y Franklin Delano Roosevelt. “Soy muy consciente de mi responsabilidad, sé que estoy ahora en la silla que ellos han ocupado”, le dijo esta semana a EL PAÍS Coronell, hija de dos famosos periodistas colombianos que también tuvieron que exiliarse por su trabajo. Entre sus objetivos desde su nuevo puesto está el hacer de la publicación “una puerta abierta a los hispanos”.
Desde el frente de la política, en Perú, la ministra de la Mujer y de Poblaciones Vulnerables, Anahí Durand, libra otra batalla para tratar de acercar el feminismo al Gobierno de Pedro Castillo, acusado durante su campaña de no entender el problema de los feminicidios. El mandatario empezó con muy mal pie su Gobierno al nombrar un Gabinete con solo dos mujeres y 17 hombres. Tras una leve rectificación, ahora son cinco las ministras pero sigue estando muy lejos de la paridad. Con ese panorama, Durand prepara cursos de igualdad de género para formar a los altos cargos del Ejecutivo. “Se ha incrementado la presencia de ministras, pero ojalá también se incremente más el número de congresistas y alcaldesas. Tiene que haber más espacio para las mujeres y estamos trabajando para ello”, dijo Durand esta semana en una entrevista con mi compañera Jacqueline Fowks.
Otra pionera en el ámbito político con la que conversamos esta semana es Celeste Sánchez, la primera senadora afromexicana, que preside una comisión especial legislativa sobre los asesinatos de niñas y adolescentes en México. “La mayoría de las víctimas de feminicidio son mujeres racializadas”, advirtió en una entrevista con la periodista María Julia Castañeda.
La lucha por la igualdad se libra en todos los frentes de la sociedad, como nos ha recordado esta semana la leyenda del tenis femenino Martina Navratilova. “Lucho para que la mujer tenga más poder”, le ha dicho a nuestro compañero Alejandro Ciriza desde Guadalajara (México) donde participaba como embajadora de la Copa de Maestras. La deportista está convencida de que “el tenis femenino está abriendo camino en la lucha por la igualdad de las mujeres en todas partes”. ¡No se pierdan la entrevista!
Estos son nuestros artículos recomendados de la semana:
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Claudia Sheinbaum y el futuro de México. La jefa de gobierno de Ciudad de México es la gran baza de la izquierda de su país. Muchos ven a esta licenciada en Física y doctora en Ingeniería Energética de 59 años como la futura presidenta.
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Las hijas de Judith. Mientras el aborto siga siendo delito Colombia, campesinas, jóveves pobres y migrantes temerosas seguirán acudiendo a garajes clandestinos.
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Un autorretrato de Frida Kahlo desbanca a Diego Rivera como artista latinoamericano más cotizado.
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Peinar canas. En el libro Yo, vieja, la socióloga feminista Anna Freixas habla de por qué las mujeres tenemos derecho a volvernos viejas.
Y para despedirnos, unas sugerencias:
📚 Un libro:
La mujer invisible: cómo los datos configuran un mundo hecho por y para los hombres, de Caroline Criado Perez. La recomendación viene de nuestra corresponsal en Brasil, Naiara Galarraga Gortázar.
Aunque a primera vista pueda sonar tedioso, recomiendo este libro porque me dejó boquiabierta. Iba pasando páginas y no salía de mi asombro. Con ejemplos de todos los ámbitos imaginables, te sumerge en una realidad en la que yo no había reparado. Era muy consciente del inmenso poder que los hombres ostentan todavía, claro, pero no de hasta qué punto “la experiencia, la perspectiva masculina, es vista como la universal, mientras la femenina —como si no fuéramos la mitad de la población mundial— es considerada, digamos, un nicho”, escribe Criado Perez. Los efectos son cotidianos: el típico congelarnos con un aire acondicionado pensado para hombres, pero también la recogida de la nieve que prioriza los trayectos masculinos o, más grave, sufrir un infarto porque tus síntomas son considerados atípicos… ¿Las credenciales de esta británica? Es una escritora y agitadora de humor corrosivo que, entre otros éxitos, logró colocar a una mujer (sin corona) en los billetes de la libra esterlina.
🌶️ Un podcast:
Sería injusto recomendar solo un episodio de Carreta de recetas, un proyecto sonoro que logra, a través de la cocina, construir memoria histórica. El espacio, conducido y editado por la filósofa colombiana Vanessa Villegas, habla de política, género, cultura, migración... Villegas, radicada en México, logra que sus invitadas (siempre mujeres expertas) enlacen temas que ante la mirada de cualquier mortal no tendrían ninguna conexión. ¿Qué tiene que ver el cilantro con la ciencia? ¿Por qué la llegada del aceite de oliva al continente americano está ligada a la opresión que supuso la presencia española en tierras colonizadas? Al final de cada capítulo, el oyente no solo termina con información que tal vez antes desconocía. También queda con ganas de meterse a explorar todo lo que hay en la cocina.
➡️ Una cuenta de Twitter para seguir:
Nos despedimos con un poquito de autobombo, pero, si no lo hacen ya, tienen que seguir a nuestras compañeras de EL PAÍS Fem en Twitter, una cuenta que pone el foco en cómo avanza el feminismo en el mundo. Dirigida por la corresponsal de género Pilar Álvarez y las periodistas Isabel Valdés y Alejandra Agudo, es el mejor canal para estar al tanto de todas las noticias de género que publicamos en el periódico.
¡Muchas gracias por acompañarnos y hasta el próximo domingo! (Si les han enviado esta newsletter y quieren suscribirse para recibirlo en su correo, pueden hacerlo aquí).
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