El calor del sol hace que la humedad del suelo se convierta en vapor de agua y este se eleva en la atmósfera.
El calor del sol hace que la humedad del suelo se convierta en vapor de agua y este se eleva en la atmósfera.
Cuando ese vapor de agua choca con una masa de aire frío se condensa, es decir, vuelve a ser agua líquida.
Si el vapor de agua era mucho, se forman enormes nubes llenas de lluvia: una tormenta.
Para que el sol pueda evaporar mucha agua de la superficie terrestre tiene que calentar tela, y eso es lo que ocurre en verano.
Este proceso, además de mucho calor, necesita unas horas para completarse.
Por eso las tormentas suelen ocurrir en verano y a partir de las seis de la tarde.
Texto:
Victoria Toro
Diseño y HTML:
Amanda Espuela y Nelly Natalí Sánchez