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México necesita más educadores en diabetes

En nuestro país existen menos de 300 profesionales de la salud certificados para guiar a los más de 12 millones de pacientes que viven con la enfermedad.

En México, que se ubica como el quinto país con mayor prevalencia de diabetes en la población mayor de 20 años, la educación es fundamental para concientizar a las personas de la dimensión del problema. Pero más allá de campañas que adviertan de las consecuencias de esta condición, se necesita de profesionales especializados en esta enfermedad que provean a los pacientes y a sus familias de las herramientas necesarias para el autocuidado. Ahí entra el educador en diabetes, una figura que cada vez se hace más relevante y necesaria para guiar a los más de 12 millones de mexicanos que viven con diabetes, de los cuales solo la mitad lo sabe y solo el 25 por ciento tiene un buen control. “Nosotros fomentamos la educación como la herramienta esencial para vivir plenamente con diabetes, entonces para que pueda existir esta educación se requiere la figura del educador en diabetes”, advierte la doctora Patricia Mehner Karam, vocera de la Federación Mexicana de Diabetes.

“La educación en diabetes no es parte del tratamiento, es el tratamiento. Esta afirmación del Dr. Elliot Joslin, considerado el padre de la educación en diabetes, deja en claro que el papel del educador es fundamental para que una persona, así como su familia, aprendan a vivir con diabetes y tener calidad de vida”, señala Beatriz López Jara, presidenta del Consejo Nacional de Educadores en Diabetes en México. Esta figura no solo informa, sino que es un profesional de la salud que acompaña y orienta al paciente diabético y a las personas de su entorno cercano a desarrollar las habilidades necesarias para la autogestión de la condición, con el objetivo de prevenir o retrasar el desarrollo de sus complicaciones.

Desde explicarles lo más básico de lo que significa vivir con diabetes, hasta qué comer, qué tipo de actividad física realizar, e incluso cómo medir sus niveles de glucosa y aplicarse la insulina, un educador en diabetes debe poder transmitir todo ese conocimiento a los afectados para que aprendan a sobrellevar la enfermedad e incluso llegar a vivir plenamente. Esta información empodera a los pacientes al desarrollar en ellos habilidades y destrezas que dan como resultado cambios positivos en sus hábitos de alimentación, toma de medicamentos, automonitoreo, actividad física, reducción de factores de riesgo, resolver problemas cotidianos y psicosociales.

A pesar de la importancia del papel que desempeña en la vida de un paciente diabético y en el tratamiento de la enfermedad, desde la Federación Mexicana de Diabetes consideran que “México aún está en pañales” en la materia. En el país existen menos de 300 de estos profesionales que cuentan con una certificación vigente, según datos del Consejo Nacional de Educadores en Diabetes. “El desarrollo de múltiples diplomados de educación en diabetes ha dificultado el control y la estadística, para 2013 se calculaban aproximadamente 3,000 educadores en diabetes en el país, en la actualidad no contamos con la cifra exacta”, reconoce López Jara.

No cualquiera puede ser educador en salud certificado, para obtener el título se debe ser un profesional de la salud. Médicos, nutriólogos, psicólogos, enfermeros, odontólogos, químicos, fisioterapeutas y podólogos son aceptados en el diplomado. “Por la complejidad de los temas y las habilidades que se requieren para la toma de decisiones en las que la vida y bienestar de una persona están en juego, sí debe ser únicamente para profesionales de la salud, quienes también tienen permitido otorgar consultas. Eso no quiere decir que las demás personas no puedan prepararse y ser agentes de cambio en sus ambientes”, explica la nutrióloga López Jara.

La Federación Mexicana de Diabetes ofrece el diplomado también para otras personas que, sin ser profesionales de la salud, están interesadas ya sea porque viven con la enfermedad o porque tienen un familiar que la padece, pero solo obtienen el título de “facilitadores”.

La doctora Mehner Karam dice que: “La FMD tiene la posibilidad de dar cursos a personas que viven con diabetes para que ellos sean como consejeros y tengan todas estas herramientas para poder dar buenos consejos y recomendaciones a las personas que viven con diabetes alrededor de ellas. Por ejemplo, una madre de familia de un niño que vive con diabetes, pues toda esta preparación le ayuda a que el familiar que está padeciendo la condición tenga un mejor control de su glucosa y de otros parámetros para que su calidad de vida sea la óptima”.

El educador en diabetes es un profesional de la salud que guía a los pacientes que tienen la enfermedad.