EL PAÍS

En la piel de un refugiado: Siria

El agua es un lujo

Tienes la esperanza de que las cosas mejoren, pero no lo hacen. Sigue muriendo gente, ya son cientos de miles. Compañeros de la universidad han sido reclutados, muchos a la fuerza. No has podido volver a estudiar y tampoco hay trabajo. La electricidad, el agua, las medicinas y la comida hace tiempo que son un lujo. En tiempos de guerra, el dinero y las posibilidades se esfuman. Ya no puedes permitirte viajar en avión, en tu situación actual, solo puedes tratar de escapar dirigiéndote al norte, a la frontera turca.