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Molecot, platos pintados a mano para decorar las mejores mesas

María José González-Moro, Juqui Suárez de Lezo y Marta Cotoner convirtieron su pasión por la porcelana decorada a mano en una empresa que hoy vende en la principal plataforma de lujo del mundo

De izquierda a derecha, Marta Cotoner, Juqui Suarez de Lezo y Maria José González-Moro, socias de la firma de porcelana pintada Molecot, en Aravaca.
De izquierda a derecha, Marta Cotoner, Juqui Suarez de Lezo y Maria José González-Moro, socias de la firma de porcelana pintada Molecot, en Aravaca.Jaime Villanueva
María Porcel

Como ocurre con ciertas, escogidas, firmas hoy ya asentadas, Molecot empezó gracias a dos elementos lejanos a esa intención empresarial: la amistad y la afición. La amistad entre tres mujeres que las llevó, juntas, a empezar una pasión que se ha profesionalizado y convertido en una empresa que vende en todo el mundo y que ahora ha dado un paso más gracias a entrar en la plataforma Moda Operandi, una de las más importantes del mundo en cuando a venta por Internet de artículos de lujo. En ella se pueden adquirir los exclusivos y perfeccionistas platos, velas, jarrones, maceteros o hasta lámparas que diseñan y pintan las tres socias de Molecot.

Los altos muros de un chalet de Aravaca no permiten sospechar que lo que se esconde tras la automatizada cancela es —además del hogar de una de sus fundadoras y creadoras— el taller de Molecot. Tornos, pinceles y botes de pintura, además de armarios que rozan el techo donde se guarda la porcelana francesa de Limoges con la que trabajan, llenan la sala donde pasan sus horas.

Detalle del taller de Molecot en Aravaca, Madrid.
Detalle del taller de Molecot en Aravaca, Madrid.Jaime Villanueva

Sentadas en el porche de la casa que alberga el taller, estas tres amigas del colegio se muestran cómplices. Sus bagajes profesionales tienen poco que ver con lo que en seis años ha llegado a ser Molecot. María José González-Moro se dedicaba a la banca y pasó cinco años viviendo en Suiza. Al volver, y con tres niñas pequeñas, decidió apuntarse a un taller de pintura sobre porcelana con sus dos amigas de la infancia. Juqui Suárez de Lezo era abogada, había pasado nueve años en la asesoría jurídica de Telefónica hasta tomarse una excedencia cuando tuvo al tercero de sus cuatro hijos, mientras que Marta Cotoner era arquitecta de interiores y ejerció durante unos años, hasta que tuvo cuatro niños. Así, entre sus tareas profesionales y el tiempo que les dejaban sus amplias familias, empezaron a descubrir que su gusto a la hora de pintar la porcelana era también del agrado de muchos.

“Nunca, jamás en mi vida se me hubiera ocurrido que de aquellas clases íbamos a llegar a montar algo”, reconoce González-Moro, que cree que también estar pasando por un momento vital similar les hizo meter una marcha más. “También es que en las clases todos empezaron a decirnos: ‘Uy qué mono, hazme uno”, recuerda Suárez de Lezo. “Empezó como algo un poco de amigos, muy informal, y luego empezó a coger forma y a tener éxito”, recuerda Cotoner.

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Al año ya montaron una sociedad. “Queríamos las cosas muy legales”, ríe Suárez de Lezo, a coro con sus amigas. Y se convirtió en un trabajo, yendo a diario al taller y teniendo que sacar colecciones, cumplir con pedidos... “No puedes parar, siempre hay algo que hacer”, afirma Cotoner. “Y además no nos faltan las ideas, tenemos mil proyectos”, reconoce González-Moro. Ideas con las que evolucionan, pero que hacen que su porcelana, además de por la gran calidad de la misma, sea reconocible por el hilo conductor de Molecot: fuertes pinceladas de color, la combinación de blanco y negro, el uso del dorado, las iniciales... pero últimamente también los motivos florales, como en una de sus últimas colecciones, que montan con todo detalle en una fastuosa mesa llena de tulipanes para la sesión de fotos que inmortalizará la entrevista.

Sus piezas se encuentran en su propia página web, pero también en la tienda Gunni Trentino del Paseo de la Habana, en la plataforma española EsFascinante y ahora en Moda Operandi, un salto que es “muy emocionante”. Y por supuesto triunfan en sus redes (tienen 24.000 seguidores en Instagram), que gestiona Suárez de Lezo con pasión, y que las acerca mucho a sus clientes y les permite personalizar las creaciones. “Es parte del lujo, ese trato exclusivo con el cliente, que a lo mejor se ha encaprichado con una colección pintada a mano pero en otro color, o le gusta otro tipo de iniciales... Nos adaptamos. Hay un trato bastante cercano, recibimos y estamos en contacto”, explica.

Las tres lo gestionan y lo pintan todo, a mano y en su taller, aunque algunos de sus diseños ya se transfieren a la porcelana (a mano también) en una fábrica española de la que, muy cucas, prefieren no dar demasiados detalles, pero que las ayuda a lograr un mayor ritmo en la producción “y con la misma calidad”, afirman al unísono. Las bodas son uno de sus principales escaparates, al suponer una ocasión perfecta para un regalo de ese tipo: bonito, duradero, especial, muy pensado para un hogar. De hecho, las bodas les han dado uno de sus momentos más especiales, porque crearon uno de los regalos que el futuro duque de Alba, Fernando Fitz-James Stuart y Solís, y su esposa, Sofía Palazuelo, recibieron al casarse, en octubre de 2018.

Algunos de los platos de porcelana de Limoges pintados a mano de Molecot.
Algunos de los platos de porcelana de Limoges pintados a mano de Molecot.

En sus seis años de existencia han llegado ahí pasito a pasito, porque aunque “cada vez hay más gente que pinta vajillas, otra cosa es diseñar y hacerlo a más escala”, a un nivel profesional. “Con nuestras subidas y bajadas”, reconoce Cotoner. Pero ver su logo estampado tras sus piezas, acudir a una prestigiosa feria de hogar en París en 2019 o colaboraciones con marcas como María de la Orden o Coordonné las hace confiar en el futuro. Aunque “con mucha paciencia”, como dice González-Moro. Y con mucho, mucho papel de burbuja. Para que los Molecot lleguen tan y como salieron de ese taller de Aravaca.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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