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El gasto por habitante de Barcelona dobla el de Badalona o L’Hospitalet

Las ciudades metropolitanas con menor renta son las que tienen menos presupuesto

Una vista de Barcelona tomada desde El Mirador del Alcalde, en Montjuïc. Al fondo, Badalona. / MASSIMILIANO MINOCRI
Una vista de Barcelona tomada desde El Mirador del Alcalde, en Montjuïc. Al fondo, Badalona. / MASSIMILIANO MINOCRI
Clara Blanchar

Bucear en los datos sobre los presupuestos de los 36 municipios del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) permite ver las grandes diferencias que hay en el dinero por habitante del que disponen los ayuntamientos. Los presupuestos por persona (con excepciones) también muestran el vínculo entre la renta disponible de los vecinos y la capacidad de gasto sus consistorios: más renta, más disponibilidad de presupuesto; menos renta, menos gasto por habitante.

Por su condición de capital, sus 1,6 millones de habitantes y el hecho de tener más competencias que el resto, Barcelona está un peldaño por encima y gastó el año pasado 2.022 euros por persona. Son datos de los presupuestos consolidados de 2021 que figuran en el Ministerio de Hacienda. En el otro extremo, Badalona contó solo con 811 euros. Es la tercera ciudad catalana (223.000 habitantes). La segunda, L’Hospitalet (264.000 habitantes) también está en la franja baja en gasto: 979 euros.

Siempre según la misma fuente, tras Barcelona, las ciudades que disponen de más de 1.500 euros por habitante son Barberà del Vallès, Begues, Castellbisbal, El Papiol, El Prat, Sant Cugat y Sant Joan Despí. Salvo Barberà, Castellbisbal y El Prat, el resto son municipios con una renta familiar anual disponible por persona muy superior a la media catalana (17.600 euros según el último dato publicado, de 2018).

Las ciudades con más y menos presupuesto

Barcelona, más de 2.000 euros por persona: Por su condición de capital, encabeza el listado con 2.022 euros al año. Las cifras son de presupuestos consolidados en 2021, y la fuente, el Ministerio de Hacienda.

Badalona, en la cola: Con 811 euros por habitante, es la ciudad catalana con menos gasto.

Las siete ciudades que disponen de más de 1.500 euros por habitante: Son El Papiol (1.749 euros por habitante), Castellbisbal (1.726), Sant Cugat (1.669), El Prat de Llobregat (1.603), Begues (1.599) y Barberà del Vallès y Sant Joan Despí (1.597).

Las seis ciudades con un gasto por habitante inferior a mil euros: Esplugues (991 euros), L'Hospitalet de Llobregat (979), Santa Coloma de Gramenet (970), Cornellà (957), Badia (811) y Santa Coloma de Cervelló (915).

En cambio, las ciudades con menor presupuesto por persona (menos de 1.000 euros) coinciden (con dos excepciones) con rentas inferiores a la media catalana. Son Badia del Vallès, Cornellà, L’Hospitalet y Santa Coloma de Gramenet. También tienen menos de 1.000 euros Esplugues y Santa Coloma de Cervelló, aunque la renta de sus vecinos es superior a la media catalana.

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La capacidad presupuestaria de los ayuntamientos depende de diversas variables, explica el director de servicios de Planificación Económica de la Diputación de Barcelona, Javier Martínez de Morentin. El primero es la población, que marca las competencias, que obligan a los ayuntamientos a prestar servicios y reciben más o menos fondos del Estado: la Participación en los Ingresos del Estado (PIE). La segunda es la estructura socioeconómica: tener empresas, industrias.

Pesan mucho también los impuestos que recaudan. El principal para todos los consistorios es el de Bienes Inmuebles (IBI). Pero también otros, como el de circulación. El valor del parque residencial o automovilístico condiciona mucho estos impuestos. Las cuentas también dependen de la capacidad de generar ingresos, con tasas y precios públicos (el aparcamiento, por ejemplo). Y los municipios también pueden recurrir a las subvenciones finalistas de otras administraciones. Para financiar inversiones pueden recurrir al endeudamiento, añade el experto.

En el caso de Barcelona, también está su Carta Municipal, que prevé mayor financiación. Como gran ciudad, afronta gastos de personas que no viven en ella: turistas o trabajadores. Consciente de las diferencias existentes en el área metropolitana, el concejal de presupuesto, Jordi Martí, recuerda que en España los ayuntamientos gestionan solo entre el 12% y el 14% del gasto público, cuando en Europa disponen de más del 20%.

La importancia de la renta a la hora de distribuir

El profesor de Geografía Urbana Oriol Nel·lo invita a observar los recursos municipales “más allá de cuánto tiene este más que el otro”. “Porque los municipios donde se concentra la población más desfavorecida son los que necesitan más servicios y tienen menos recursos. Habría que mirarlos en relación con las necesidades”. En la región metropolitana, el 75% de la población más vulnerable está en los municipios con menores ingresos.

Ismael Blanco, director del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas, insiste en la necesidad de “un nuevo sistema de redistribución de recursos supramunicipales”. “Los municipios con barrios con menor renta tienen menos ingresos por cápita, menos autonomía fiscal por tributos propios y han de hacer mayor esfuerzo en gasto social mientras pueden invertir menos en mejoras. Las transferencias de otras administraciones deberían tener en cuenta esas condiciones”, concluye.

“Debería haber mecanismos para redistribuir que tuvieran en cuenta los déficits o especificidades de cada municipio”, afirma también el profesor de Teoría Económica de la UB Agustí Colom. Dos ejemplos. El Prat tiene rentas medias, pero en IBI suma 564 por habitante (por el Aeropuerto), de ahí que tenga capacidad de gasto. En Santa Coloma, el IBI aporta 206 y las rentas son bajas, pero las aportaciones del Estado son especiales y elevadas (417 euros).

El IBI es crucial para las cuentas municipales, resalta. Barcelona recauda 427 euros por habitante. Pero Begues, Sant Cugat o Sant Just están por encima de los 500. Badalona apenas 218, y L’Hospitalet, 279. La PIE (transferencias del Estado), también: para Barcelona son 690 euros, el triple que otros.

Sobre el desequilibrio entre el gasto por habitante y la renta disponible, el primer teniente de alcalde de L’Hospitalet, Fran Belver, señala que “desde la transformación de la Gran Via en distrito económico, la segunda ciudad de Cataluña ha pasado también a ser la segunda en puestos de trabajo y en aportación al PIB catalán: esto nos ha permitido tener recursos para atender a la gente”. Belver también menciona la “reforma pendiente de la financiación local” y cita el 14%.

En Badalona, sobre su baja disponibilidad presupuestaria, fuentes municipales apuntan a que en el capítulo de ingresos no se han modificado las ordenanzas fiscales desde 2016 (que ya eran bajas) y al hecho de que no se ha revisado el catastro (y por lo tanto el IBI) desde 1998.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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