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La crisis fuerza a miles de personas a reconvertir su carrera profesional

En 2020 se destruyeron 77.300 puestos de trabajo en Cataluña, y los sindicatos avisan que muchos de ellos no se recuperarán

Josep Catà Figuls
Personas sin empleo asesorados por la Fundación Intermedia. De izquierda a derecha: Bàrbara Ruiz,  Claudio Gonzàlez, Fanny Ripollès y Valeria Ibáñez.
Personas sin empleo asesorados por la Fundación Intermedia. De izquierda a derecha: Bàrbara Ruiz, Claudio Gonzàlez, Fanny Ripollès y Valeria Ibáñez.Joan Sanchez (EL PAÍS)

Con la pandemia de la covid-19 surgió una crisis económica que se alargará aún más que la sanitaria. El confinamiento y las restricciones han dejado un gran agujero en el mercado laboral. Sectores como el turismo, la restauración, el comercio o la cultura pasaron de ser fuente de ocupación a quedarse vacíos. A la espera de que se retome la actividad, muchos trabajadores se han visto forzados a reorientar completamente su vida profesional. Sindicatos y entidades que ayudan a la reinserción laboral han notado un repunte de demanda en planes de formación y de asesoramiento.

El virus pasó como una apisonadora por los sectores que tradicionalmente han generado más ocupación —aunque en muchos casos son empleos precarios e inestables. El impulso público a partir de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ha frenado una mayor sangría de despidos y listas del paro inacabables. En Cataluña, según datos publicados por el ministerio de Trabajo en febrero, más de 190.000 personas estaban aún amparadas por un ERTE; en el pico de la crisis llegaron a ser más de medio millón. Además, 62.000 personas tenían trabajos fijos discontinuos antes de la pandemia, muy habituales en la restauración y en el turismo, empleos que no se renovaron.

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La nueva ola de recortes en la banca destruye 3.100 empleos en Cataluña. En 2020, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), se destruyeron 77.300 puestos de trabajo en Cataluña. En los servicios de alojamiento, han desaparecido tres de cada diez contratos laborales; en el de las agencias de viaje, dos de cada diez; y en servicios auxiliares de restauración, uno de cada diez. “Son muchos los profesionales que han perdido el trabajo y que en el momento en que se reactive todo, o bien podrán volver, o bien no podrán porque estos puestos de trabajo simplemente no existirán”, explica Núria Gilgado, secretaria de política sindical de UGT Cataluña.

En este contexto, ha surgido en muchos trabajadores la necesidad de reinventarse y orientar su vida profesional hacia otro oficio. La fundación Intermedia es una entidad que nació en 2012 para dar respuesta a los coletazos de la crisis financiera de 2008. Intermedia desarrolla 45 programas públicos de reinserción, y han atendido a 13.700 personas. Con el inicio de la pandemia, vieron claro que su función era muy necesaria. “Con la covid tuvimos que reaccionar rápido. Vimos que empezaban a llegar perfiles diferentes, de gente que empezaba a estar en ERTE”, explica la directora general de la fundación, Sònia Moragrega. De esta nueva necesidad surgió el programa Intermedia x Feina. “Nació como una campaña solidaria para asesorar laboralmente a las personas que se habían quedado sin trabajo. Un curso online de cinco sesiones en los que ayudábamos a los trabajadores a identificar sus competencias y a detectar en qué sectores del mercado laboral también son necesarias”, explica la directora general. Hasta finales de año, se atendió a 166 personas y se realizaron más de 340 acciones de orientación laboral. Desde enero de 2021 se implementó el programa con financiación pública, y en lo que va de año ya se han atendido a 221 personas.

“Lo que nos interesa es ver qué necesita la empresa, pero no basándose en los requisitos curriculares sino en las competencias que pueden tener los trabajadores pese a no haber estudiado exactamente lo que se pide”, explica Anna Gusó, técnica de la fundación. Esta tarea de conectar empresas con trabajadores según las competencias se da también en la plataforma Intermedia Job. “Para las empresas es muy útil, porque afinan lo que necesitan. En este momento en el que es tan necesaria la orientación laboral, ver qué competencias tienes es primordial”, añade Encarna Serrano, directora de operaciones de Intermedia.

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Depresión y ansiedad

Para Fanny Ripollès, con toda su vida laboral vinculada a la hostelería, quedarse sin trabajo fue un calvario. “Envías currículums, no te llaman, piensas que tienes que cambiar de profesión, pero ¿a qué te dedicas con 52 años?”, pregunta. Encontró por las redes sociales un programa de orientación de la fundación Intermedia, y ahora está haciendo un curso de carnicería. “En hostelería, llegar al nivel de antes del confinamiento tardará años, y no puedes estar esperando. Sé que cuando puedan me llamarán del hotel, ¿pero cuándo será?”. Valeria Ibáñez, de 53 años, también está en un programa de la fundación después de quedarse sin empleo como dependienta de una tienda de moda. Con una situación personal y familiar complicada, quedarse sin empleo la llevó a la depresión y la ansiedad, y hasta a intentos de suicidio. “Conocí la fundación por el SEPE, y ahora estoy mejor, porque algo saldrá, fijo”, dice. Explica que la han ayudado a valorar qué competencias tiene y sobre todo a precisar en qué quiere trabajar y en qué no

La crisis también ha impactado en los jóvenes. Bárbara Ruiz, de 27 años y graduada en Turismo, está en un ERTE parcial en una agencia de viajes. “Al principio fue muy estresante por el teletrabajo y todas las cancelaciones. Ahora estoy trabajando muy pocas horas a la semana”, explica. Quiere cambiar de sector y está haciendo un curso de marketing digital para encontrar empleo en publicidad. Otro de los trabajadores que atiende la fundación es Claudio González, de 52 años y con una gran experiencia en el sector de la frutería. “Llevo más de 30 años, llegué a tener 48 personas a mi cargo, Después de trabajar durante lo más duro del confinamiento, con el riesgo que implicaba, en junio me quedé sin trabajo, se me acabó el paro en diciembre y tengo que vivir con 450 euros al mes”, explica. González destaca la ayuda de la fundación para confeccionar un buen currículum: “Era un desastre”, admite, “pero ahora estoy muy orgulloso, yo me contrataría”.

La destrucción de empleo en la industria y la banca

De los 77.300 puestos de trabajo desaparecidos en 2020 en Cataluña, 33.100 provienen del sector industrial. En este primer trimestre de 2021 se ha creado ocupación en todos los sectores económicos menos en la industria, donde se han destruido 8.900 puestos de trabajo, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). “No ha tenido que ver con la crisis sanitaria, se trata de estrategias de deslocalización de las multinacionales. Pero han aprovechado el momento”, explica Núria Gilgado, secretaria de política sindical de UGT en Cataluña.

Los desocupados que proceden de despidos en la industria, o los que surgirán de la banca en los próximos meses, tienen una importante experiencia y un nivel de especialización que no se percibe en sus currículums. “Por esto es tan importante que se puedan acreditar las competencias que tienen. Son gente que quizá no tiene todos los estudios pero que tienen unos conocimientos, gracias a su experiencia, que los hace muy valiosos”, destaca Gilgado. En este sentido, los sindicatos consideran que para la reinvención en las carreras laborales es primordial el empleo. UGT y Comisiones Obreras consiguieron que la Generalitat aprobase ayudas para la formación en el último paquete de ayudas para las personas en ERTE.

“Pero también hay que repensar el mercado de trabajo que tenemos, que es muy débil, muy basado en el sector turístico, en la temporalidad y en la precariedad”, dice Gilgado: “Hace falta un cambio de modelo productivo, invertir en industria y en investigación. Los países que mejor han aguantado la crisis son los que tienen fuertes inversiones en estas áreas”, resume la dirigente de UGT.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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