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Barcelona también perdió vecinos empadronados durante el año de la pandemia

En un año atípico hubo más emigrantes, vecinos que se marcharon, que inmigrantes, personas que llegaron

Coronavirus Spain
Vecinos en el paseo Marítimo de Barcelona, en enero.Albert Garcia
Clara Blanchar

La crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus, seguida de la crisis social y económica que ha roto todas las estadísticas también ha impactado en la población y en la demografía. En Barcelona, padrón en mano, la ciudad perdió 13.094 vecinos entre enero y octubre, una caída de población pequeña sobre 1,6 millones de habitantes pero que no se producía desde 2007 (puntualmente) o durante un largo ciclo entre comienzos de los 80 y el año 2000. Además, se ha producido una sobremortalidad de 4.700 personas. Y un comportamiento migratorio contrario al que se registraba en los últimos tiempos: ha habido más emigrantes (un 8% más) que inmigrantes (han caído un 43,7%). Más personas que se han marchado de las que han llegado a la ciudad, por las restricciones de movilidad, con un saldo negativo de 10.000 personas.

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La situación pandémica es tan excepcional que las capas superpuestas de fenómenos distintos no acaban en el saldo migratorio. No solo se han marchado más vecinos de los que han llegado, sino que la emigración es distinta: los que se han ido lo han hecho a municipios pequeños y fuera del área de Barcelona. La hipótesis que baraja la Oficina Municipal de Datos es que se han ido a casas familiares o de veraneo. Y una última singularidad: el perfil de inmigrantes es de personas de barrios con rentas medias-altas y altas. Es el caso de zonas como Pedralbes, Gràcia, la Vila Olímpica o Diagonal Mar.

“Son fenómenos provocados por la pandemia que no sabemos si consolidarán”, alerta el concejal de Presidencia, Jordi Martí, que repite varias veces “prudencia” ante los datos. Sobre los nuevos inmigrantes, Martí parafrasea al geógrafo Oriol Nel.lo: “Él habla de los que se llevan la ciudad bajo el brazo, se marchan a entornos más tranquilos y agradables donde pueden hacer la misma vida y teletrabajar”.

El director de la Oficina Municipal de Datos, Màrius Boada, señala sobre los datos del padrón que “rompe la tendencia de crecimiento de la población, que era moderada”. En los últimos años, además, solía atribuirse sobre todo a la llegada de migrantes. Y sobre la inversión del fenómeno migratorio subraya que lo destacable no es tanto la cantidad de personas que se marchan como los municipios que eligen: pequeños, de menos de 5.000 habitantes y en todas las provincias, se constata que han ganado peso durante la pandemia. En cambio, no se han detectado anomalías en el movimiento migratorio de la ciudad con los municipios de más de 50.000 habitantes.

Entre los municipios de destino de vecinos de la capital catalana figuran L’Ametlla del Vallès, Cabrera de Mar, Caldes d’Estrac, Lliça de Vall, Malgrat de Mar, Manlleu, Montgat, Pineda de Mar, Sant Cugat del Vallès, Sant Feliu de Llobregat, Sant Pol de Mar o Sitges, todos en la misma provincia. De Tarragona, entre los municipios de destino aparecen Altafulla, Calafell, Roda de Berà. De Girona, Banyoles, Castell-Platja d’Aro, L’Escala, Torroella de Montgrí, Cadaqués, Breda o Pals. Y de Lleida, Bellver de Cerdanya, Sort, Solsona o La Pobla de Segur.

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La hipótesis que explicaría el fenómeno es que esta migración a municipios pequeños de Cataluña la protagonizan personas que han dejado la ciudad para vivir en una segunda residencia o en la casa familiar. Vecinos que tienen buenas conexiones (internet y vehículo) y se han replanteado el lugar de empadronamiento. Que pueden teletrabajar, incluso estudiar a distancia y comprar también on line. Quizás, apunta la oficina, no han dejado de vivir en la ciudad, sino que van y vienen con mayor frecuencia o estancias más largas. “Es una hipótesis que habrá que comprobar”, insiste Boada.

El director de la oficina insiste además en que los datos de cada municipio de destino pueden ser muy pequeños. “Es la suma de todos, y la tipología de los destinos lo que explica el fenómeno”. En la línea de pedir “prudencia”, el concejal Jordi Martí apunta además que en algunos casos podría ser que solo se haya hecho el cambio de padrón para sortear las restricciones de movilidad.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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