La oposición carga contra el Govern de Torra por la gestión del rebrote en Lleida

El rebrote del coronavirus en Lleida y la gestión que sobre el tema ha hecho el Gobierno de la Generalitat han protagonizado el pleno de este miércoles en el Parlament, donde se han escuchado duros reproches por parte de la oposición. Alejandro Fernández, portavoz popular, ha pedido la dimisión de la consejera de Salud, Alba Vergés, al afirmar que “semejante nivel de incompetencia” solo podía implicar pedir responsabilidades. La diputada socialista Assumpta Escarp ha invitado a la republicana a reflexionar si está “capacitada” para gestionar la pandemia y la CUP y los comunes han acusado al Govern de no haber puesto medidas para supervisar las condiciones laborales de los temporeros.

La situación en Lleida es delicada (68 hospitalizados por la covid-19) y la oposición ve al Govern dando bandazos en su intento por atajar el brote. “Dijo el jueves que no le preocupaba Lleida, por la tarde que no necesitaba consejos; el viernes que no hacía falta confinar y el sábado lo hace cuando hay gente de fin de semana y hay casos de transmisión comunitaria. ¿Puede decir que se siente satisfecha?”, ha preguntado Escarp a Vergés durante la sesión de control al Govern. Prácticamente todos los grupos han puesto el énfasis en estos cambios intempestivos. “Usted criticó que el estado de alarma se decretara de un día para otro”, le dijo el líder del PSC Miquel Iceta a Torra, ironizando sobre las críticas del president a la gestión del Gobierno.

Torra y Vergés han defendido su gestión y han asegurado que han actuado desde el rigor y de acuerdo al consejo de los expertos. Y también han salido al paso de las críticas sobre la situación de los temporeros, donde los grupos de izquierda ven improvisación. La consejera ha alegado que la situación de Lleida “es de una complejidad brutal” y ha recordado que el 11 de abril ya celebraron la primera reunión para analizar cómo debían gestionar sanitariamente la llegada de los temporeros y que nunca se han escondido a la hora de tomar decisiones. “Me opongo a que se quiera criminalizar a los payeses”, ha defendido después Torra, que ha agradecido a los temporeros que hayan ido a Cataluña. Poco después ha anunciado que será obligatorio el uso de mascarillas en todo Cataluña.

Las condiciones de los miles de personas que acuden cada año a Lleida a recoger fruta suele ser precaria pese a los anuncios constantes de programas para mejorarla. El impacto del virus ha añadido presión a espacios ya de por sí insalubres y muchos de los temporeros tienen miedo a los controles sanitarios al temer la pérdida de su empleo. Los portavoces la CUP y de Catalunya en Comú reprocharon al president que no utilice la inspección de trabajo para garantizar las condiciones laborales apropiadas. “Los trabajadores que vienen a Cataluña merecen condiciones de trabajo dignas y no los aplausos del president de la Generalitat”, ha criticado Natàlia Sànchez, diputada anticapitalista que se ha preguntado por qué el Govern permite que los agricultores incumplan el actual convenio. “Tenemos la impresión de que confinan a los vecinos pero no a la explotación laboral”, ha dicho.

Jessica Albiach, presidenta del grupo de los comunes, ha afeado a Torra que “no es normal” su tendencia a centrifugar “responsabilidades” y ha comparado la actitud del Gobierno de Aragón con el de Cataluña, que hace 15 días endureció los controles por la subida de casos en la zona limítrofe. “¿Es culpa de Madrid que no se tenga capacidad de rastreo, que no haya un secretario de Salud Pública o que no se haya aprobado el reglamento de la ley de Salud Pública?”, se ha preguntado Iceta.

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