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Un rebrote de casos con varios focos obliga a Lleida a quedarse en la fase 1

Cuatro mataderos, dos residencias y un cumpleaños familiar de 20 personas están detrás del aumento de covid-19 en la región sanitaria

Acceso a una de las empresas cárnicas afectadas por diversos casos de coronavirus en Lleida, el martes.
Acceso a una de las empresas cárnicas afectadas por diversos casos de coronavirus en Lleida, el martes.Ramon Gabriel (EFE)

Varios brotes de covid-19 en la región sanitaria de Lleida ha obligado al Departamento de Salud a retrasar la petición de que esta unidad territorial pase a fase 2 el próximo lunes. Los servicios de vigilancia epidemiológica han detectado diferentes cadenas de transmisión entre trabajadores y usuarios de empresas agroalimentarias, pero también en residencias de ancianos y centros sanitarios. También se ha registrado un episodio infeccioso vinculado a una fiesta de cumpleaños donde, incumpliendo las restricciones que fijaba el decreto del estado de alarma, se reunieron 20 personas: cuatro participantes estaban infectados por la covid-19 y acabaron contagiando a todos los asistentes.

Fuentes sanitarias aseguran que los rebrotes registrados se han producido en cuatro mataderos, dos residencias y también ha habido casos de profesionales sanitarios contagiados, “un goteo similar al ocurrido durante toda la crisis sanitaria”, matiza un portavoz del Departamento de Salud. Según los datos de la Generalitat, el día 11 de mayo, cuando se aprobó la propuesta de desescalada de Lleida a fase 1, la tasa de incidencia acumulada en 7 días era de 12,1 casos por 100.000 habitantes, mientras que en fecha del 22 de mayo era de 42,7 casos por 100.000 habitantes. “Del 7 al 13 de mayo se detectaron 45 casos y del 14 al 21 de mayo, se detectaron 142 en toda la región sanitaria”, ha explicado este portavoz.

La portavoz del Govern, Meritxell Budó, en una rueda de prensa sobre el coronavirus. En vídeo, Budó explica por qué Lleida se queda en la fase 1.Foto: EFE

La gerente de la región sanitaria de Lleida, Divina Farreny, mantiene que el aumento de casos se debe a pequeños repuntes en diferentes ámbitos. “Es el sumatorio de casos que en ocasiones eran asintomáticos y que se han detectado después de realizar 3.000 test PCR en una semana. El caso de Lleida es un golpe de alerta para todo el mundo. Debemos seguir con las medidas de protección y las distancias de seguridad”.

El presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Pere Godoy, alertaba el pasado lunes en EL PAÍS que uno de los mayores rebrotes en España procedía de dos mataderos de Binéfar (Huesca). Se da la circunstancia que el 45% de sus respectivas plantillas viven en poblaciones cercanas, pero dentro de la provincia de Lleida (Lleida, Balaguer, Almacelles). Salud afirma que hará visitas a las empresas agroalimentarias para inspeccionar caso por caso y que ya se ha establecido una correcta trazabilidad para ver cómo ha evolucionado el contagio y de donde proviene.

“Los rebrotes tendríamos que situarlos dentro de la normalidad. En algún momento podemos detectar un acúmulo de casos, pero lo importante es detectar los casos y establecer las cadenas de contacto. El virus sigue existiendo y puede contagiar, por eso es clave el control de las cadenas de contactos para evitar transmisiones sostenidas”, explica Toni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del Hospital Clínic de Barcelona. Para evitar riesgos, el Govern ha decidido que Lleida permanezca una semana más en fase 1.

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El alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, ha abogado por mantener “el principio de prudencia” para decidir si la Región Sanitaria de Lleida pasa a partir del lunes que viene de la fase 1 a la 2. De seguir una semana más en la fase 1, el alcalde asegura que generaría “resignación” entre la población pero que, sobre todo, perjudicaría a la actividad económica de la ciudad. Sea cual sea la decisión final de la Generalitat, el alcalde ha querido remarcar que sólo estarían hablando “de una semana” y que, por ello, apuesta por rodear a la ciudad “de un máximo de certezas”.

El subdelegado del Gobierno en Lleida, José Crespín, lleva semanas visitando trabajadores y empresas agroalimentarias: “La culpa de lo que está pasando es del virus. No podemos criminalizar al sector que en la mayoría de ocasiones está haciendo las cosas bien y proporcionando a los empleados material de protección”. El delegado del Govern de la Generalitat en Lleida, Ramon Farré, ha defendido al sector agroalimentario de Lleida: “El hecho de que una persona del sector de los mataderos tenga positivo no implica necesariamente al sector, el sector puede estar perfectamente regulado y un trabajador, al acabar, puede compartir espacios de ocio con amigos y contagiarse”, ha declarado a Europa Press.

Sin embargo, los mataderos se han convertido en un foco de riesgo. Roberto trabajó hasta hace unas semanas dentro de Litera Meat en Binéfar, uno de los mataderos inaugurado el pasado verano y en el que trabajan un millar de personas. “Es un macromatadero donde yo me encargaba de gestionar algunos de los grupos de limpieza. Los campos de algodón de las películas son poco comparado con lo que yo he visto allí dentro”, destaca Roberto, que a los pocos meses de empezar a trabajar montó una sección sindical de la CNT. El sindicalista asegura que la mayoría de trabajadores son inmigrantes que viven juntos en pisos que o bien les proporciona la propia empresa o bien en pisos patera donde sobreviven. La empresa ha contratado una flota de autobuses con varias líneas que permite a los trabajadores llegar hasta la empresa. “Dentro hay trabajadores con bolsas de basura porque no hay suficientes equipos de protección individual. Allí les importa el cerdo no las personas”, lamenta.

Cuando se decretó el estado de alarma comenzó a rumorearse dentro de la empresa que había algún trabajador que había contraído la enfermedad. En el ambulatorio de Binefar comenzaron a detectar posibles casos tanto entre los trabajadores de Litera Meat como de Fibrin, el otro matadero del municipio. Es entonces cuando el Gobierno de Aragón obligó a que todos los trabajadores se sometieran a los test. “En vez de un matadero de cerdos parece una granja de virus. Los comedores no respetan las distancias de seguridad. Llegan todos hacinados en autobuses. El 25 de abril hicieron las pruebas a los trabajadores y hay imágenes donde están todos los trabajadores apelotonados. Es de vergüenza”, destaca Roberto.

Una representante de Litera Meat defiende que en la empresa se cumple la normativa y las distancias de seguridad impuestas tras la firma del decreto del estado de alarma. La representante asegura que si antes trasladaban a los trabajadores 15 autobuses desde Lleida y otros municipios ahora lo hacen 30 vehículos para que se respeten las normas de distanciamiento social. “El día que se practicaron las pruebas habíamos marcado franjas horarias pero los trabajadores no las respetaron y por ese motivo hay imágenes donde se ven concentrados”, lamenta. El 1 de mayo de 2020 Litera Meat junto con el Gobierno de Aragón habían efectuado 931 test rápidos serológicos entre los trabajadores, de los que el 171 dieron positivo. Tras estos resultados, la empresa realizó analíticas a estos empleados de los que solo dieron positivo 13. En Fibrin, el otro matadero, llegaron a concluir que 25 trabajadores habían dado positivo.

A este número de casos procedentes de mataderos de lo que se denomina la Franja hay que unir otros detectados en mataderos avícolas de Lleida. Ventura Campo, de CC OO, denunció hace unos días ante la Inspección del Trabajo al matadero de pollos Avidel de Lleida. “En una sección de 15 empleados hubo tres positivos. No se respetaban las distancias de seguridad ni las medidas de protección”. Campo desconoce cómo ha crecido la pandemia en el resto de secciones y en el resto de empresas agroalimentarias de Lleida. Avidel asegura que ha reforzado los protocolos de seguimiento y ha proporcionado mascarillas tanto para el horario laboral como para fuera del trabajo a los 600 empleados. La empresa asegura que hace controles de temperatura y proporciona equipos de protección individual a sus trabajadores. Además, Avidel va a realizar más test a toda la plantilla.

En la provincia de Lleida han fallecido 231 personas por la covid-19, de las que 201 pertenecían a la región sanitaria de Lleida y las otras 30, a la del Alt Pirineu i Aran, que ya está en fase 2 y hace semanas que no registra ningún deceso.

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