De ‘Aitor’ a ‘Wolfgang’, estos son los nombres de la nueva temporada de borrascas profundas

El domingo 1 de septiembre empezó la nueva temporada de borrascas de fuerte impacto en Europa, la octava desde que comenzó su labor el equipo de nombramiento europeo del suroeste, que fue creado en 2017 por las agencias meteorológicas de España, Portugal y Francia, a las que después se sumaron Bélgica y Luxemburgo, para bautizar a los peores temporales y alertar así mejor de sus posibles efectos adversos a la población en forma de viento, lluvia, nieve o mala mar. Aunque todavía no está en el radar, la primera borrasca con nombre de este 2024-2025 será Aitor y la última, Wolfgang. En la lista, destaca por su significado para el público español Herminia, la abuela de Cuéntame.

Todos los nombres de la nueva temporada, que va de septiembre a septiembre, son Aitor, Berenice, Caetano, Dorothea, Enol, Floriane, Garoe, Herminia, Ivo, Jana, Konrad, Laurence, Martinho, Nuria, Olivier, Pauline, Rudiger, Salma, Timothee, Vanda y Wolfgan. En la lista los hay de todos los otros idiomas hablados en los países del grupo, por ejemplo Dorothea es la versión alemana del español Dorotea y del inglés Dorothy, los tres el mismo nombre femenino de origen griego cuyo significado es Don de Dios. “Hay nombres de todos los países y se intenta, aunque es difícil, que sean pronunciables en todos los idiomas”, aclara en un hilo de X Aemet.

Las borrascas, también llamadas depresiones o áreas de bajas presiones, son meteorológicamente el peor fenómeno que puede sufrir Europa, ya que pueden llevar aparejados vientos huracanados, es decir, de más de 120 kilómetros por hora. Pero no se nombran a todas, sino solo a las que se prevé que puedan causar un gran impacto por la fiereza de sus vientos, que tienen que ser de más de 90 kilómetros ―aviso naranja―.

Aunque no vaya a haber vientos tan intensos, también se las bautiza cuando puedan provocar un tiempo muy adverso por lluvias o nevadas de nivel naranja o rojo, el máximo. El objetivo, al igual que se hace con los huracanes en EE UU ―no en vano una borrasca es un ciclón, al igual que un huracán―, es que la comunicación de los riesgos para la población sea más efectiva. Y, al igual que en este país, se sigue un orden alfabético y se alterna un nombre de hombre con uno de mujer.

Con esta lista en la mano, le pondrá nombre al fenómeno el primer país del grupo al que afecten y ya no variará durante todo su ciclo vital. Además del equipo español, en Europa hay otros cuatro grupos de nombramiento: oeste ―Reino Unido, Irlanda y Países Bajos, que fueron los pioneros―, norte ―Noruega, Suecia y Dinamarca―, central ―Alemania, Austria, Suiza, Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría―, Mediterráneo central ―Italia, Eslovenia, Croacia, Macedonia del norte, Montenegro y Malta― y Mediterráneo oriental ―Grecia, Chipre e Israel―.

En resumen, España y su grupo dan nombre las borrascas atlánticas y a las del Mediterráneo occidental que le afectan y Grecia, por ejemplo, hace lo propio con las suyas. Pero, para añadir un puntito más de confusión al asunto, la Universidad Libre de Berlín permite a los ciudadanos apadrinar y nombrar a los anticiclones y a todo tipo de borrascas desde 1954, por lo que puede ocurrir, y de hecho ocurre, que el mismo fenómeno europeo tenga dos nombres distintos. Poner nombre a una borrasca cuesta 199 euros y un anticiclón, 299, porque son más duraderos. Los fondos recaudados se dedican a la investigación.

Este es el segundo año que los nombres se recogen en una tabla. El año pasado Aemet cambió el colorido rosco ―llamado así por su similitud con el rosco del concurso Pasapalabra― que venía utilizando para representar a estos fenómenos desde la temporada 2020-2021 por una simple espiral azul sobre fondo blanco. El rosco se inauguró en 2020-2021, la temporada de la tremendísima Filomena. Durante las primeras tres fue una tabla, por lo que el diseño ha cambiado cuatro veces en las primeras seis temporadas de nombramiento.

La última borrasca personalizada de la anterior temporada fue Renata, nombrada el pasado abril por Météo-France. Se quedaron sin usar Sancho, Tatiana, Vasco y Wilhelmina. A diferencia de lo que ha ocurrido ya dos veces con la lista de nombres de huracanes, la del grupo suroeste europeo no se ha agotado nunca hasta el momento.