Exteriores retira más de un millar de símbolos franquistas de las legaciones diplomáticas
El registro de enseres contrarios a la Ley de la Memoria Democrática incluye escudos, retratos, vajillas e incluso un mural tapado en la sede central del ministerio
La escultura ecuestre del dictador Francisco Franco, primer director de la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza, fue retirada del patio principal del centro donde se forman los oficiales del Ejército de Tierra y la Guardia Civil en agosto de 2006, más de un año antes de que se aprobara la primera Ley de Memoria Histórica. El retrato del general Francisco Gómez-Jordana y Sousa, promotor de la Escuela Diplomática, se retiró del pasillo del Aula Magna del centro donde se forman los diplomáticos españoles en diciembre de 2022, dos meses después de la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática, sucesora de la anterior.
La retirada no es, sin embargo, definitiva. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid acaba de anularla, dando la razón a un abogado y nieto del conde de Jordana que interpuso un recurso contencioso-administrativo. “Se ha producido una indefensión al no haber iniciado un mínimo procedimiento de constatación de datos, ni haber dado al interesado oportunidad alguna de alegar prueba”, señala la sentencia, adelantada por El Confidencial. “No es un mero defecto de forma, sino un defecto sustancial que infringe la normativa básica del procedimiento administrativo”, agrega.
El Ministerio de Asuntos Exteriores, que ya ha anunciado que recurrirá la sentencia, niega que el nieto del general Jordana sea parte interesada en un asunto de interés general y no particular. Gómez-Jordana fue miembro del directorio militar del dictador Miguel Primo de Rivera, alto comisario de España en Marruecos, presidente del tribunal que enjuició a los militares leales a la República tras la sublevación del 18 de julio, presidente de la Junta Técnica que dirigió el bando rebelde al inicio de la Guerra Civil, vicepresidente del Gobierno de los golpistas durante toda la contienda; y ministro de Exteriores en dos periodos (1938-1939 y 1942-1944), hasta su fallecimiento por causas naturales en plena Segunda Guerra Mundial.
Para Exteriores, sus dos retratos colgados hasta hace poco en dependencias oficiales —uno en la Escuela Diplomática y otro en el Palacio de Santa Cruz, sede histórica del ministerio—, en ambos casos con uniforme de general, incumplen el artículo 35.4 de la ley de Memoria Democrática, que ordena taxativamente: “Carecerán de visibilidad los retratos […] de militares y ministros asociados a la sublevación militar o al sistema represivo de la dictadura”, por lo que “no podrán mostrarse en lugares representativos y, en particular, despachos u otras estancias de altos cargos, espacios comunes de uso, ni áreas de acceso al público”. El responsable de hacer que esta ley se cumpla en su departamento es el propio ministro José Manuel Albares, titular de Exteriores, quien en marzo del año pasado entregó al Ministerio de Cultura el retrato, para su traslado al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.
No fue el único cuadro entregado por Albares al Ministerio de Cultura. A los dos retratos del conde de Jordana se sumaron los de otros tres ministros de Exteriores durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial: Juan Beigbeder Atienza (1939-1940); Ramón Serrano Suñer, cuñado de Francisco Franco (1940-1942); y José Félix de Lequerica (1944-1945). Todos ellos estaban colgados en la galería de la tercera planta del Palacio de Santa Cruz.
La limpieza de vestigios franquistas no se ha limitado a estos retratos. El 9 de diciembre de 2022 el Ministerio de Exteriores remitió un telegrama a todas las representaciones españolas en el extranjero en el que se las instruía para que se asegurasen de cumplir lo previsto en la nueva ley de Memoria Democrática. Se trataba de evitar situaciones engorrosas, como la que vivió el entonces presidente Zapatero cuando fue recibido en 2006 en Senegal con una bandera española preconstitucional.
Tras revisar desvanes y fondos de armario, las representaciones diplomáticas en el exterior identificaron 113 elementos con simbología franquista. Ya antes de este telegrama se habían remitido a la sede central del ministerio 994 piezas de vajilla y cubertería, por lo que el total de enseres retirados asciende a 1.107.
Todos ellos figuran en un registro en el que hay desde un retrato al óleo de Franco (en la Embajada de España en Estocolmo), hasta un busto de José Antonio Primo de Rivera (en la de Roma), condecoraciones de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas —símbolos de Falange— o un repostero con simbología preconstitucioonal (en la legación española ante el Vaticano).
En la propia sede central del ministerio podían verse hasta hace poco símbolos franquistas: de los torreones del Palacio de Santa Cruz, en pleno centro histórico de la capital, se retiraron en septiembre de 2022 cuatro escudos franquistas de España, con el águila de San Juan, que se encuentran ya almacenados bajo custodia del Ministerio de Cultura. Y en el edificio de la plaza del Marqués de Salamanca, donde Exteriores ha concentrado la mayor parte de sus dependencias tras una rehabilitación de la antigua sede del INI (Instituto Nacional de Industria) que se prolongó durante años, ha habido que cubrir unos frescos con un lema de exaltación de la dictadura mediante un sistema con espacios de ventilación que garantiza su correcta conservación.
“No se trata solo de cumplir la ley, lo que es preceptivo hacer en cualquier caso. El Ministerio de Asuntos Exteriores es además el principal responsable de proyectar al extranjero la imagen de España y esa imagen de un país innovador, europeísta y democrático no se puede ver empañada por símbolos de un pasado afortunadamente superado hace mucho tiempo”, alegan fuentes diplomáticas.
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