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Atendidos 18 menores por desmayos en una fiesta de Halloween desalojada en Sevilla por “infrahumana”

La Policía Local dice que la situación era “de grave riesgo”: el aforo estaba desbordado en una sala sin ventilación, ni aire acondicionado, ni agua y con las puertas de emergencia bloqueadas

Vídeo del interior de la sala desalojada facilitado por el Ayuntamiento de Sevilla.Foto: EMERGENCIAS SEVILLA
El País
Sevilla / Madrid -

La policía de Sevilla ha desalojado una fiesta de Halloween para menores porque el hacinamiento en la sala estaba provocando desmayos entre los asistentes, muchos de los cuales estaban tumbados en el suelo, auxiliados por sus amigos. Un total de 18 jóvenes de entre 14 y 17 años han tenido que ser atendidos por desvanecimientos, crisis de ansiedad, mareos y deshidratación, según ha informado el Ayuntamiento de la capital hispalense. La Policía Local ha asegurado que se había originado una situación “infrahumana”, “de grave peligro para los jóvenes”, en un local sin agua, ventilación ni aire acondicionado, y con las puertas de emergencia bloqueadas. Dos de los menores han tenido que ser hospitalizados. La Policía Local ha abierto una investigación contra el responsable de la fiesta, que en su descargo alegó: “De alguna forma tengo que ganar dinero”.

La policía acudió anoche a la Sala Music Sevilla, en el Polígono Industrial de la Carretera Amarilla, donde se celebraba un concierto de los llamados light (que suelen acabar a las 22.00 y están dirigidos a chavales entre 14 y 17 años), tras recibir numerosas llamadas denunciando la saturación del local, donde algunos asistentes decían que apenas podían moverse y que sentían síntomas de asfixia.

Los policías llegaron sobre las 20.45 y se encontraron una situación “gravísima”. “Los agentes comprobaron cómo una chica de 14 años estaba siendo atendida por una ambulancia, siendo trasladada posteriormente a un hospital, por una crisis de ansiedad, mareos, pérdida de verticalidad y extremidades adormecidas. A la vista la situación y la existencia de más casos, solicitaron más ambulancias en el lugar”, asegura en un comunicado.

Cuando entraron a la discoteca, los funcionarios vieron que el aforo había sido superado con creces y que, además, no había “ni ventilación ni agua en el local ni aire acondicionado”, según un comunicado de la Policía Local. Las salidas de emergencia estaban bloqueadas, de forma que “algunas puertas estaban cerradas y existían vallas metálicas que impedían la salida de las personas”.

Ante esta situación, los agentes retiraron las vallas y liberaron las salidas de emergencias, permitiendo la salida de los asistentes al exterior. Dentro de la discoteca, la situación era esta: ”Encontraron completamente saturadas las diferentes estancias. Encontraron a jóvenes caídos en el suelo que estaban siendo atendidos por otros menores. Todos presentaban la piel enrojecida, fatigados, con exceso de sudoración y mareos, y se quejaban a los agentes de la falta de agua para su hidratación”.

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“Como en una sauna”

Los agentes comprobaron por ellos mismos el agobio que vivieron los menores, con “sensación de ausencia de aire y calor” que “producía náuseas y agotamiento”. “Como en una sauna”, ha ejemplificado uno de los policías que participaron en el dispositivo.

De hecho, uno de los miembros del equipo de seguridad privado de la discoteca denunció a los agentes “las condiciones infrahumanas” para los asistentes, que “habían provocado los responsables del evento”, ya que se habían agotado las botellas de agua y también “se había cortado el agua [en los grifos] de los aseos”, siempre según la Policía Local.

En un primer momento, fueron atendidos en junto a la discoteca un total de 13 menores (de 14 a 17 años), dos de los cuales tuvieron que ser trasladados a hospitales. La cifra de atendidos se elevó finalmente a 18. No obstante, no se descarta que fueran más los afectados y que, tras salir del establecimiento, lograran asistencia por su cuenta.

En el interior del establecimiento, los agentes contactaron con el responsable del evento, de 42 años, para pedirle explicaciones y advertirle de las consecuencias de lo que estaba ocurriendo. Pero la respuesta fue que lo que importaba era el negocio. “De alguna forma tengo que ganar dinero”, les dijo, según el citado comunicado. Los agentes, tras desalojar totalmente el local, lo han precintado y han denunciado al responsable del evento. La Policía Local contactó con los familiares de los menores afectados informarle de los derechos que les asisten como personas perjudicadas víctimas de delito. La investigación continúa abierta para esclarecer los extremos de interés para las diligencias en curso.

“Ha sido un caso de gravísima irresponsabilidad. A los ciudadanos en general, y a los padres y madres en particular, les pido que tengan presentes las medidas de seguridad cuando se acuda a una fiesta y que denuncien ante la Policía Local cualquier irregularidad que puedan detectar”, ha dicho Juan Carlos Cabrera, delegado de Gobernación, Fiestas Mayores y Área Metropolitana.

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