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El juzgado declara secreta la investigación del incendio de Sierra Bermeja

La fiscalía de Medio Ambiente había solicitado la medida para evitar filtraciones que puedan alterar el trabajo de los agentes del Seprona de la Guardia Civil

Bomberos forestales luchan por apagar las llamas en el incendio de Sierra Bermeja (Málaga), el 18 de septiembre.
Bomberos forestales luchan por apagar las llamas en el incendio de Sierra Bermeja (Málaga), el 18 de septiembre.Francisco Morales (Francisco Morales/EFE)

El Juzgado de Instrucción número 3 de Ronda (Málaga) decretó este jueves el secreto de la investigación sobre el incendio que arrasó 10.000 hectáreas y causó la muerte de un bombero en Sierra Bermeja, al norte de Estepona (Málaga). La jueza lo acordó a petición de la Fiscalía de Medio Ambiente de Málaga, que busca proteger a toda costa las actuaciones policiales y evitar cualquier filtración “que pueda frustrar el buen fin de la investigación a cargo del equipo del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Málaga”, según fuentes de la Fiscalía, que ha interpuesto una denuncia en el juzgado para que se averigüe por qué ocurrió el incendio. El fuego, que obligó a desalojar a unas 3.000 personas, ya está controlado, pero aún no se considera extinguido. Diversas unidades del Infoca permanecen estos días en la zona ante la posibilidad de que surja algún nuevo foco.

Nadie duda de la intencionalidad del fuego. La Fiscalía General del Estado destacó en un escrito que los indicios podían apuntar a una “etiología intencional”. Entre las pistas se encontraban las que explicó el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, quien destacó la existencia de dos focos originados a la vez, a poca distancia entre ellos y de la misma manera: unos “montoncitos de hojarasca y encima una piña, prendida con un mechero”. También se confirmó el uso de una sustancia acelerante. Son datos que los investigadores preferían que no se hubieran hecho públicos, de ahí que el ministerio público haya insistido al juzgado en la declaración del secreto. La fiscalía también ha subrayado que el incendio constituyó “peligro para la vida” debido al riesgo existente para los vecinos de los pueblos afectados y las viviendas diseminadas, subrayando que ello está castigado con pena de hasta 20 años de prisión, como explicó hace unos días el delegado de Medio Ambiente de la Fiscalía de Málaga, Fernando Germán Benítez.

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Los agentes de la Guardia Civil continúan su trabajo de una manera opaca, aunque con cierto optimismo sobre la pronta resolución del caso. Son varias las hipótesis que se manejan respecto al origen del fuego. Una de ellas es el narcotráfico, ya que no sería la primera vez que organizaciones criminales que se dedican al tráfico de drogas prenden un fuego para desviar la atención policial y evitar así la vigilancia ante la descarga de droga. Una disputa vecinal es otra de las opciones que se barajan, así como la posibilidad de que fuese un pirómano el que prendió la primera llama que, con el paso de las horas, obligó a desalojar a casi 3.000 personas de sus hogares en los municipios de Genalguacil, Jubrique, Faraján, Pujerra, Júzcar y Alpandeire, todos al norte de la Costa del Sol y en las cercanías de la ciudad de Ronda. Los pueblos vacíos quedaban en manos de la Unidad Militar de Emergencias, cuya misión principal era defender las zonas pobladas. Su presencia en la zona ha sido objeto de polémica estos días, ya que se reprocha a la Administración andaluza que no pidiera su apoyo con antelación.

La Junta de Andalucía también subrayó que la persona o personas que iniciaron el fuego conocían bien las condiciones del momento en el que lo hicieron el pasado 8 de septiembre: a última hora de la tarde -casi al anochecer, dificultando las tareas de extinción- y una previsión meteorológica que incluía vientos fuertes y racheados, subida de la temperatura y un descenso de la humedad. Los dos focos, además, estaban muy cerca de una zona donde se podía estacionar un vehículo en la carretera hacia el municipio de Genalguacil, vía que habitualmente registra muy poco tránsito. El intenso aire avivó unas llamas contra las que fue muy difícil luchar debido a la complejísima orografía de la comarca, pero también por la escasez de pistas forestales para el acceso de los vehículos motorizados de extinción y la falta de mantenimiento del monte público y sus cortafuegos, según han subrayado fuentes del Infoca.

Tras seis días de trabajo y la presencia de numerosos medios materiales y humanos para la extinción de las llamas, el incendio fue dado por controlado el pasado 14 de septiembre tras la aparición de la lluvia. Aún no se considera extinguido, ya que existe el riesgo de que el fuego esté latente en el subsuelo y pueda aflorar creando un nuevo foco. La posibilidad, sin embargo, disminuye con la misma rapidez con que estos días cae la lluvia en una zona con enormes manchas de bosque carbonizado. Para evitar cualquier problema, diversas unidades del Infoca mantendrán su presencia en la zona hasta que se anuncie la definitiva extinción. Mientras, el incendio también está siendo motivo de bronca política, tanto en el nivel local, en la Diputación de Málaga, como en el regional, en el Parlamento de Andalucía, donde su pleno debatirá los daños del incendio la próxima semana.

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