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Extravagancias fiscales en Madrid

El FMI, la OCDE, el Foro de Davos y EE UU impulsan un nuevo consenso en política económica, que deja atrás las bajas de impuestos de los últimos 40 años

Inés Arrimadas , Edmundo Bal y Begoña Villacís, durante un acto en Madrid este sábado.
Inés Arrimadas , Edmundo Bal y Begoña Villacís, durante un acto en Madrid este sábado.Luca Piergiovanni (EFE)
Claudi Pérez

El FMI recomienda aumentar los impuestos a los ricos y a las multinacionales. La OCDE apunta a la necesidad de subidas fiscales en España una vez se asiente la recuperación. El G-20 y el Foro de Davos van en la misma línea. Alemania estudia recuperar el Impuesto de Patrimonio, y los Verdes, que lideran las encuestas en ese país, anuncian “subidas sustanciales” en varios tributos. Y EE UU patrocina un plan de estímulo multibillonario con alzas en el Impuesto de Sociedades y con un gravamen temporal a la riqueza. Hasta el Financial Times dice que la izquierda “está ganando la batalla de las ideas”, en relación al cambio de paradigma en la política económica desde la llegada de Ronald Reagan, Margaret Thatcher, la servilleta de Laffer —la curva según la cual una rebaja fiscal aumentará la recaudación, algo que la evidencia empírica ha descartado una y otra vez— y el Consenso de Washington. Con alguna excepción, esa es una tendencia global. Pero Madrid is different.

Todo el espectro conservador —PP, Vox y Cs— se presentó a las últimas elecciones generales, cuando la economía aún crecía a buen ritmo, prometiendo bajadas fiscales generalizadas. Cuando uno tiene un martillo ve clavos por todas partes: con una caída del PIB del 11% en 2020, las propuestas fiscales de la derecha siguen siendo bajar todos los impuestos. La candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, pretende aplicar “la mayor bajada de impuestos de la historia”; Vox y Cs defienden con uñas y dientes la fiscalidad de Madrid. Y hasta el PSOE ha borrado la palabra impuestos de su programa, en la línea que inauguró José Luis Rodríguez Zapatero con aquel “bajar impuestos es de izquierdas”. Solo Podemos y Más Madrid defienden ahora, oh paradoja, la postura del FMI, de la OCDE, del Financial Times y de Biden, ese señor moderado de 78 años que ha puesto patas arriba la política económica desde la Casa Blanca.

Qué dice el manual. Cuando la economía se enfrenta a un shock como la pandemia hay que aprobar estímulos fiscales para proteger rentas y empleos, aunque aumenten el déficit y la deuda pública; la política monetaria tiene que acompañar, e incluso si es posible hay que bajar temporalmente los impuestos. Así ha sido en todo el Atlántico Norte, en mayor o menor medida, durante la fase más aguda de la pandemia. Pero los vientos de la recuperación ya soplan en EE UU, y empiezan a acercarse a Europa. Y la política fiscal ya ha empezado a cambiar, según el último informe de la OCDE para el G-20: muchos países han aplicado subidas de impuestos y anuncian alzas fiscales adicionales para cuando haya una recuperación robusta, frente a la opción preferida por Europa hace 10 años, los ajustes de gasto.

Qué dicen los organismos internacionales. El FMI aboga por “subir impuestos, en especial los más progresivos” para pagar políticas redistributivas en sanidad, educación y pensiones ante una desigualdad que puede llevar a conflictos sociales. La OCDE, el G-20 y el Foro de Davos apuntan a incrementos tributarios en países con presiones fiscales inferiores a la media, como España. Hasta la muy ortodoxa Alemania estudia imponer de nuevo el Impuesto de Patrimonio, y los Verdes anuncian en ese país subidas de los impuestos sobre el capital, las grandes fortunas y las herencias. Biden es quizá el ejemplo más redondo de esos nuevos aires en la política económica, con un apretón fiscal para financiar políticas contra la desigualdad y la pobreza, y para apuntalar el sistema educativo y la sanidad. Entre los grandes países, solo Francia anuncia una rebaja en Sociedades, aunque apoya las ideas de Biden sobre la tributación de las empresas a escala global, y la Italia de Draghi se decanta por no tocar los impuestos, aunque sin hacer bandera de eso a la vista de la abultada deuda pública.

Qué ha hecho el PP madrileño. Madrid tiene la mayor renta per cápita de España, pero los menores ingresos financieros per cápita por las continuas bajadas fiscales de los últimos años, según el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). La pandemia ha enseñado las costuras de ese modelo: Madrid está a la cola en gasto sanitario sobre PIB y en atención primaria, según las cifras del Ministerio de Sanidad. Es la única comunidad que ha suprimido de facto el impuesto de patrimonio, bonifica el de sucesiones para atraer contribuyentes de otras regiones y tiene el tipo máximo más bajo del IRPF en el tramo autonómico, según denuncia Podemos. Lejos de conformarse con eso, Díaz Ayuso promete una nueva “rebaja histórica” en el IRPF, aunque cabe recordar que Mariano Rajoy se presentó a las elecciones de 2012 con un programa rebajas fiscales, y acabó imponiendo, presionado por la troika, la mayor subida de impuestos de la democracia. Solo Podemos y Más Madrid se han desmarcado de esta tendencia. “La política fiscal de Madrid, a la luz de lo que está pasando en todo el mundo, está quedando en evidencia”, apuntan fuentes de Podemos.

Qué dicen los expertos. El catedrático Ignacio Zubiri sostiene que Europa va a entender mal que España pida fondos europeos para salir de la crisis “y que a la vez la comunidad más rica baje los impuestos”. Y concluye que en Madrid hay “un empacho de ideología que casa mal con la realidad”. Luis del Amo, del Colegio de Economistas, dice que el viraje en el consenso fiscal internacional “no ha llegado aún a España”. “A pesar de Madrid vamos a ver subidas fiscales en muchos países, porque la deuda también ha subido mucho: el PP también prometió bajadas en 2011 y luego tuvo que subir impuestos a lo bestia”. El economista Lorenzo Bernaldo de Quirós lo ve de otra manera, pero la conclusión es parecida: bajar impuestos sin decir qué gastos hay que recortar es algo que se parece mucho al populismo fiscal. “Los grandes países europeos han bajado impuestos desde el arranque de la pandemia. Y una vez se asiente la recuperación vamos a ver estrategias distintas: algunos seguirán a Biden con alzas fiscales, pero otros no: Draghi ha señalizado que no va a subir impuestos. España tiene dos posibilidades, subir impuestos o recortar gastos. Yo soy partidario de la segunda opción, por un Estado más pequeño. Pero lo que es absolutamente irresponsable es prometer rebajas fiscales sin decir qué gastos se van a recortar. Basta ya de sacar a pasear a Laffer: eso es pura demagogia”.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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