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Bruselas reconoce que Marruecos necesitará más ayuda para frenar la migración

La Comisión Europea cree que la crisis de Canarias obligará a Rabat a redoblar los esfuerzos de control

Los servicios de emergencias atienden a un grupo de migrantes llegado a Lanzarote, la pasada semana.
Los servicios de emergencias atienden a un grupo de migrantes llegado a Lanzarote, la pasada semana.Javier Fuentes Figueroa (EFE)

La Comisión Europea considera que el desplazamiento hacia el oeste del Mediterráneo de las rutas de la migración irregular obligará a Marruecos a asumir nuevos compromisos en su esfuerzo por controlar los flujos que llegan a España. La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, que esta semana ha visitado Rabat, se muestra dispuesta a estudiar un mecanismo de compensación financiera para ayudar al Gobierno marroquí a afrontar los costes de la nueva crisis migratoria.

Johansson aseguró este martes en la capital marroquí que el mecanismo reclamado por Marruecos “será discutido” con las autoridades del país magrebí. Y aunque no dio detalles, la comisaria reconoció que la crisis migratoria que soportan las islas Canarias obliga a Bruselas a reforzar su colaboración con Marruecos, entre otras cosas, para acelerar el retorno de los emigrantes irregulares sin derecho a asilo.

La agencia europea de fronteras (Frontex) señala que durante el mes de octubre las llegadas irregulares a Canarias se han multiplicado por 10 sobre la cifra mensual de hace un año, hasta alcanzar las 5.300 personas. En los 10 primeros meses de este año, la cifra asciende a 11.400, con la mayoría de las llegadas registradas desde agosto. Frontex detalla que los países subsaharianos son el origen de la mayoría de esas personas.

La situación migratoria en el sur de España se colará incluso en la cumbre europea de la próxima semana (10 y 11 de diciembre). El borrador de conclusiones de ese encuentro subraya la necesidad de colaborar con la vecindad sur del continente para garantizar “una región más segura y estable”. El texto defiende la necesidad de reforzar el diálogo de la UE con los vecinos del sur. Y se compromete a apoyar esa relación “con el uso eficiente de nuestros instrumentos financieros”, en una señal de respuesta a las demandas de asistencia financiera que se cursa desde los países como Marruecos que se han convertido en el punto de salida hacia la UE de la migración irregular propia o procedente de países terceros.

El departamento de Johansson recuerda que “la UE ya concede un gran apoyo a Marruecos para la gestión de los flujos irregulares migratorios y la gestión de las fronteras”. Las mismas fuentes reconocen que el país vecino “ha sido esencial en la ruta occidental del Mediterráneo desde que los flujos alcanzaron su pico 2018”. Y añaden que “en 2020 han surgido nuevos desafíos, con la ruta hacia las islas Canarias, que pueden requerir nuevos compromisos de las autoridades marroquíes”.

Marruecos ha recibido hasta ahora 343 millones de euros de ayuda comunitaria para la gestión de fronteras (el grueso de esa cantidad, desde 2015). Es el segundo mayor paquete de asistencia en toda la vecindad sur de la UE, solo por detrás de Libia. Pero las necesidades parecen ir en aumento y a la intensificación de la crisis migratoria se suma el impacto económico de la pandemia de Covid-19.

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A raíz de la Covid-19, la Comisión, según explican fuentes oficiales, se ha comprometido a reasignar o adelantar unos 450 millones de “para responder a las necesidades presupuestaria excepcionales de Marruecos”. Bruselas ya ha desembolsado más de la mitad de esa cifra (264 millones hasta la fecha). Y al esfuerzo de solidaridad comunitaria se ha sumado la inversión canalizada a través de las entidades financieras europeas que se sitúa, según la Comisión, en una cartera de casi 1.000 millones de euros al año.

Marruecos, sin embargo, parece reclamar más ayuda o, al menos, el desembolso de la prometida hasta ahora. Pero la UE se encuentra en medio de su propia crisis presupuestaria, con las cuentas para el año 2021 y el marco financiero para los próximos ejercicios bloqueados por Hungría y Polonia, que se resisten a un mayor control del Estado de derecho dentro del club comunitario.

Con las cuentas de 2020 a punto de expirar y las de 2021 pendientes de negociación, Bruselas reconoce que hasta finales de este año el margen de ofrecer más recursos a Marruecos está prácticamente agotado. Las ayudas frente a la pandemia todavía pendientes ascienden a 186 millones de euros. “Pero no disponemos de margen para cumplir los compromisos en este año”, indican en la Comisión. Parte de esas ayudas, añade la Comisión, tendrá que desembolsarse en 2021, un año que, a efectos presupuestarios, permanece todavía lleno de incertidumbre en la UE.

La Comisión ofrece, además, 40 millones de euros de una partida de apoyo presupuestario para la gestión de fronteras, disponible hasta septiembre de 2021 y que se espera desembolsar a lo largo del próximo año. En total, 226 millones que podrían llegar durante el próximo ejercicio y aliviar la situación.

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