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Los contagios devuelven a Valladolid y Salamanca a unas restricciones similares a las de la fase 1 de la desescalada

El Ayuntamiento pucelano recurrirá la orden de la Junta de Castilla y León porque cree que son medidas “incoherentes” y “no están justificadas”

Un grupo de turistas pasea por Salamanca, la semana pasada.
Un grupo de turistas pasea por Salamanca, la semana pasada.Eduardo Briones (Europa Press)
Juan Navarro

La expansión del coronavirus en esta segunda oleada ha provocado que Valladolid (300.000 habitantes) y Salamanca (145.000) retornen a unas restricciones sociales parejas a las de la fase 1 de desescalada tras el primer azote de la pandemia, con límites en el número máximo de comensales en una mesa o de asistentes a reuniones familiares, entre otras actividades. La Junta de Castilla y León ha implementado unas férreas medidas para limitar el contacto entre los habitantes en ambas ciudades y atenuar así la trasmisión comunitaria que se está produciendo, según la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en ambas localidades. Estas prohibiciones, que no afectan a la movilidad, se publicarán este miércoles en el Boletín Oficial de Castilla y León y entrarán en vigor a partir de la medianoche del jueves. Ambos núcleos se enfrentan a estas limitaciones en plena semana de fiestas patronales, que han sido suspendidas o llevadas a actividades mínimas ante la pandemia.

El Ayuntamiento de Valladolid va a recurrir ante la justicia esta orden del Ejecutivo autonómico. El Consistorio critica que no ha sido informado “en ningún momento del proceso” y estima que “las medidas que afectan a derechos fundamentales de los ciudadanos no están justificadas, son incoherentes con otras actividades que sí se permiten y, además, causan perjuicios a personas y empresas contratadas en la organización de eventos durante los próximos días”. La ciudad, al igual que Salamanca, estaría celebrando sus fiestas patronales esta semana y ya había trazado distintos actos con espacios abiertos y distancia de seguridad. La instrucción de la Junta resulta “desproporcionada”, añaden, porque no se ha solicitado la aplicación del estado de alarma, un recurso que las comunidades tienen disponible si la pandemia se recrudece. Fuentes de la consejería de Educación explican que las universidades de las dos ciudades afectadas mantendrán sus planes previstos sin verse afectadas por esta orden.

El vicepresidente de la Junta y portavoz del Gobierno, Francisco Igea, ha insistido en la gravedad de la situación y ha pedido a los alcaldes de Valladolid y Salamanca que “cuiden de los suyos”. “Es imprescindible que los ciudadanos tengan claro que se va a exigir el cumplimiento de estas medidas”, ha adelantado Igea, en señal de que se vigilará que estas restricciones se ejecuten con minuciosidad. Entre Valladolid y Salamanca, con 164 y 121 casos nuevos en las últimas 24 horas, respectivamente, copan la mayoría de los infectados descubiertos en la comunidad en este periodo, un total de 456. La incidencia acumulada de coronavirus esta última semana es de 176 casos por 100.000 habitantes en Salamanca y 191 por 100.000 habitantes en Valladolid. Los datos de Madrid en ese mismo periodo son de 235,15 respecto al mismo volumen de población. La media española se sitúa en 105,5 PCR afirmativos en siete días por 100.000 habitantes, pero ambas ciudades castellanoleonesas no alcanzan los registros de comunidades con mayores tasas, como La Rioja, Euskadi y Navarra, aparte de la madrileña.

Valladolid ha sumado en todo agosto casi 2.500 nuevos enfermos mientras que la ciudad charra ha alcanzado los 1.500 nuevos contagiados. En el mes anterior la primera de ellas solo acumuló 314 casos más contra los 84 positivos detectados en Salamanca. El desarrollo del coronavirus no está vinculado a brotes especialmente acusados sino a una difusión paulatina del virus por las distintas zonas básicas de salud de ambos lugares.

“Si alguien nos pregunta por qué tomamos hoy estas medidas cuando tenemos buena situación en hospitales es porque sabemos que la situación dentro de 10 días no será buena”, ha proseguido el vicepresidente, quien ha abogado en las últimas fechas por la instalación de la aplicación de Radar Covid. Valladolid, que ha rondado los 600 nuevos enfermos de la covid-19 en los últimos días de agosto, cuenta actualmente con 68 personas hospitalizadas en planta y otras 10 en la UCI. Salamanca, que ha registrado más de 350 contagios en ese periodo, tiene 66 hospitalizados y otros siete bajo cuidados intensivos.

El objetivo de la normativa pasa por “limitar a los grupos de personas para el desarrollo de cualquier actividad o evento de carácter familiar o social en la vía pública, espacios de uso público o espacios privados con la finalidad de controlar la transmisión de la enfermedad”. La hostelería queda así limitada a que los establecimientos de restauración no puedan atender a la clientela en las barras: solo se permite el consumo en mesa y sentados. Las mesas nunca podrán superar las seis personas, siempre con mascarilla y con distancia interpersonal. Lo mismo se aplicará en las terrazas. La movilidad entre municipios o comunidades no se ve afectada. Igea también ha insistido a la ciudadanía para que denuncie o haga saber a las autoridades si se están incumpliendo las pautas de la normativa.

Las reuniones familiares, uno de los principales factores de difusión del virus, también se ven limitadas. Solo podrán darse encuentros de 10 asistentes, ya sea en el ámbito público o en el privado. La orden también ciñe a 15 las personas que puedan acudir a velatorios o entierros, a 50 los fieles concentrados en lugares de culto abiertos y a 25 en el caso de los cerrados y con la condición de no rebasar un tercio del aforo. El público de teatros, cines, corridas de toros o cualquier actividad de ocio queda también limitado a 25 personas si es bajo techo y a 50 en el aire libre.

Las actividades deportivas no federadas tanto en el interior como en el exterior no podrán implicar a más de cinco participantes simultáneamente y deberán ejecutarse sin contacto físico. En el caso de las federadas, se relaja la norma si las reglas permiten los espacios diferenciados para cada equipo. Los espectadores solo serán 50 si es en el exterior y 25 en áreas cerradas. Tanto las actividades de los hoteles como infantiles y la afluencia a las bibliotecas o museos y “equipamientos culturales” se ven también mermadas a 10 personas en total y siempre que se garantice la distancia entre ellas.

El recurso del Consistorio de Valladolid a la norma autonómica ha provocado un nuevo enfrentamiento entre dos habituales enemigos: el alcalde vallisoletano, el socialista Óscar Puente, y Francisco Igea, de Ciudadanos. Este ha reprochado la oposición que se ha encontrado el precepto de la Junta en la ciudad que dirige Puente: “Las ferias no deberían de estar por encima de la salud de los ciudadanos”. El regidor le ha respondido que las actividades planificadas mantenían las medidas sanitarias de distancia social e higiene y que le parece “preocupante tener al frente de la Junta a un señor que vive obsesionado con la ciudad de Valladolid y su alcalde. En Valladolid no hay ferias. Se suspendieron hace semanas. Sus obsesiones le juegan malas pasadas”. Tanto Puente como Carlos García Carbayo, su homólogo salmantino, darán este miércoles sendas ruedas de prensa para analizar la situación. Carbayo, del PP, como el exalcalde charro y hoy presidente regional, Alfonso Fernández Mañueco, estará acompañado de Verónica Casado, consejera de Salud de Castilla y León.

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Juan Navarro
Colaborador de EL PAÍS en Castilla y León, Asturias y Cantabria desde 2019. Aprendió en esRadio, La Moncloa, en comunicación corporativa, buscándose la vida y pisando calle. Graduado en Periodismo en la Universidad de Valladolid, máster en Periodismo Multimedia de la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo EL PAÍS.

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