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Los jueces conceden la libertad condicional a siete presos de las tarjetas ‘black’ durante la pandemia

De los otros siete reclusos que aún cumplen condena, seis lo hacen en sus domicilios bajo control telemático. Solo Rato permanece en prisión

Óscar López-Fonseca
Vista del banquillo de los acusados durante la primera sesión del juicio por las tarjetas 'black', en septiembre de 2016.
Vista del banquillo de los acusados durante la primera sesión del juicio por las tarjetas 'black', en septiembre de 2016.Sergio Barrenechea (EFE)

Siete de los 14 condenados por el caso de las tarjetas black de Caja Madrid y Bankia que permanecían en prisión cuando estalló la pandemia han conseguido en los últimos meses la libertad condicional, según confirman a EL PAÍS fuentes jurídicas. De los otros siete, seis han pasado durante el estado de alarma a cumplir sus condenas en sus domicilios sometidos al control de una pulsera telemática. Uno de ellos, además, está pendiente de que el juez resuelva en breve sobre su petición de excarcelación. El séptimo es el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato, al que el Ministerio del Interior rechazó el 5 de mayo darle el tercer grado penitenciario o semilibertad al tener pendientes dos procesos penales abiertos.

Los siete reclusos de las tarjetas black que han accedido ahora a la libertad condicional son los que recibieron las penas más bajas de los 15 que tuvieron que ingresar en prisión. Se trata de Antonio del Rey de Viñas, Javier de Miguel Sánchez, Francisco Javier Pérez Fernández, Miguel Ángel Abejón Resa (todos ellos con una pena de dos años y seis meses), José María de la Riva, Rodolfo Benito Valenciano y Gonzalo Martín Pascual (los tres con una condena de tres años). Todos ingresaron en prisión en la segunda quincena de octubre de 2018 e Interior les concedió el tercer grado penitenciario o semilibertad entre julio y agosto del año siguiente. En ese momento, pasaron a ir solo a prisión de lunes a jueves a dormir.

Al estallar la crisis sanitaria y aislar Instituciones Penitenciarias las cárceles para dificultar la expansión de la enfermedad, los siete se beneficiaron de la decisión de Interior de facilitar a cerca de 3.000 presos en tercer grado que cumplieran las condenas en sus domicilios bajo el control de una pulsera telemática sin necesidad de ir a la cárcel. Así han permanecido hasta que en las últimas semanas los jueces de vigilancia penitenciaria les han concedido la libertad condicional. Para poder acceder a este beneficio, los siete han tenido que reunir los requisitos que fija el artículo 90 del Código Penal: haber cumplido tres cuartas partes de la pena impuesta, estar clasificado en tercer grado penitenciario o semilibertad, y haber tenido buena conducta en prisión. Otro de los condenados que recibió una de las penas más bajas, Ángel Gómez de Pulgar, ya había obtenido la libertad condicional el 4 de marzo.

De los seis que permanecen en prisión, Rubén Cruz Orive está también cerca de alcanzarla. Condenado a dos años y seis meses, fue el último en entrar en prisión, en noviembre de 2018, tras pedir a la Audiencia Nacional retrasar su ingreso por motivos de salud. Cruz Orive está clasificado en tercer grado y, tras el estallido de la pandemia, cumple la pena en su domicilio bajo control telemático. Fuentes jurídicas aseguran que hay presentada ya una solicitud para que se le conceda también la libertad condicional sobre la que el juez de vigilancia penitenciaria aún no se ha pronunciado.

Siguen en prisión en régimen abierto Francisco Baquero, el exsecretario de Estado Estanislao Rodríguez-Ponga, Antonio Romero Lázaro, Jorge Gómez Moreno (todos ellos condenados por el Supremo a tres años y dos meses) y José Antonio Moral Santín (cuatro años de pena). Durante la pandemia, todos también pasaron a cumplir sus penas en casa bajo control telemático. Fuentes penitenciarias asegura que su situación y las del resto de presos a los que se les dio este beneficio durante la crisis sanitaria será revisada en las próximas semanas para decidir si se les mantiene o se les retrotrae a su situación anterior, cuando tenían que acudir a dormir a prisión cuatro días a la semana. En ese caso, tres volverían a ir a pernoctar al Centro de Inserción Social (CIS, donde cumplen sus penas los presos en régimen abierto) de Navalcarnero y los otros dos al CIS Victoria Kent, en la ciudad de Madrid.

Rodrigo Rato es el único de los 15 condenados por el caso de las tarjetas black que tuvieron que ingresar en prisión que permanece en régimen cerrado en prisión. Tras ingresar en el Centro Penitenciario de Madrid V, en la localidad de Soto del Real, para cumplir la pena de cuatro años y seis meses que le impuso el Supremo, el exvicepresidente del Gobierno fue clasificado en segundo grado u ordinario. Desde entonces, y tras cumplir el primer cuarto de la condena, le han concedido dos permisos de seis días cada a uno. Tras ver como Interior rechazaba darle la semilibertad en mayo, Rato tendrá que esperar a noviembre para que vuelva a revisarse su situación penitenciaria para saber si accede a la semilibertad.

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Sobre la firma

Óscar López-Fonseca
Redactor especializado en temas del Ministerio del Interior y Tribunales. En sus ratos libres escribe en El Viajero y en Gastro. Llegó a EL PAÍS en marzo de 2017 tras una trayectoria profesional de más de 30 años en Ya, OTR/Press, Época, El Confidencial, Público y Vozpópuli. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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